Cómo no defender a Israel

Por Carlo Strenger – Haaretz, 22.9.10

Deberíamos estar contentos. Luego de más de medio año de rodeos, el Ministerio de Diplomacia Pública (Hasbará) y Asuntos de la Diáspora ha lanzado la versión en inglés de su sitio Masbirim (Esclarecedores), que apunta a proveer a aquellos que quieren responder a los detractores y enemigos de Israel con material para defender a este país. ¡Qué idea maravillosa! Finalmente contamos con las municiones que nos permitirán, de una vez y para siempre, contrarrestar a todos los críticos de Israel.

Veamos pues el contenido del website. El mismo parte de la suposición de que la gente ignorante en el mundo piensa que Israel es un país atrasado, donde la gente se traslada montada en camellos, y explica orgullosamente que Israel es pletórico en automóviles, que los israelíes no cocinan en primitivas parrillas, ni que comen sólo falafel.

La sección que pretende derribar mitos sobre Israel ofrece abundante «información». Se nos dice que la Línea Verde ha sido inflada más allá de toda proporción, y que los asentamientos no son de ninguna manera un obstáculo para la paz. El problema real es que los árabes no aceptan en absoluto a Israel. El problema, parece insinuar el sitio web, es que Tel Aviv no es menos que Elon Moreh (asentamiento en Cisjordania, N. de T.), pues los árabes sencillamente no aceptan la existencia de Israel. Más aun, así se nos dice, Israel no tuvo nada que ver con el origen del problema de los refugiados palestinos.

Todo el proyecto Masbirim está basado en la falsa premisa de que defender todo lo que hace Israel es una manera efectiva de representar los intereses y asuntos de este país. El Ministro Edelstein podría saber ya que esto no funciona, nada más revisando la excelente información recogida por el proyecto Israel Branding del Ministerio de Relaciones Exteriores. Uno de los hallazgos más importantes es que en el mismo momento en que los voceros israelíes asumen una posición esencialista, según la cual Israel tiene razón en todo y jamás comete errores, pierden a su audiencia automáticamente.

Los siguientes son algunos consejos para la gente que quiere generar empatía hacia Israel, que no costarán al contribuyente israelí un centavo, debido a que se basan en datos sólidos por los que ya han pagado. El proyecto Branding Israel ha mostrado que la élite juvenil global es el público más importante al que debemos dirigirnos.

No piensen que están todos mal informados, ni piensen que son estúpidos. No tienen ninguna de las malas persepciones que el Ministerio de Hasbará les imputa. Tienen una sola preocupación primordial: piensan que la ocupación de los territorios palestinos y la construcción de asentamientos en los territorios es indefendible; que el acoso a los palestinos en la Margen Occidental y el bloqueo en Gaza es inmoral; y que Israel utiliza a menudo fuerza desproporcionada, como lo hizo en el operativo Plomo Fundido. No están para nada preocupados por si utilizamos más camellos que automóviles.

Mi sugerencia es: no traten de venderles patrañas. Nunca se rebajen al nivel de los peores detractores de Israel. Nunca mientan, y nunca distorcionen los hechos. Nunca utilicen frases propagandísticas huecas; perderán su credibilidad en el preciso momento en que lo hagan.

En lugar de ello, traten de de hacer a Israel humanamente inteligible. Señalen que la mayoría de los israelíes desean una solución de dos estados, pero que una serie de eventos, desde la segunda Intifada, al bombardeo del sur de Israel luego de la retirada de Israel de la Franja de Gaza, ha decepcionado profundamente a los israelíes; que éstos tienen temores bastante justificados de que una retirada de la Margen Occidental podría conducir al bombardeo de la zona central de Israel; y que son bastante reacios a correr riesgos por la paz después de estos traumas.  

Hablen acerca de los temores y los errores de Israel; de la parálisis de su sistema político; del hecho de que los israelíes tienen problemas para elegir a un primer ministro que no exude un duro machismo, debido a que temen los muchos peligros reales que los rodean. Díganles que los israelíes a menudo no pueden desentenderse por más tiempo de los muy reales peligros de Hezbollah y Hamás por un lado, y del Fatah y otros árabes moderados por el otro, porque vivir en Israel puede ser bien traumático.

Se encontrarán con que la gente estará dispuesta a escucharles. Yo vivo esta experiencia una y otra vez. A menudo escribo en The Guardian, un diario que no es precisamente pro-israelí. La mayoría de los comentarios son considerados (aun cuando siempre van a haber algunos groseros). No siempre aceptan mis argumentos, pero en general aprecian los intentos de proveer un análisis equilibrado y no ideológico.

Mi experiencia con otros medios europeos es similar: los periodistas me dicen que están absolutamente hartos de los voceros oficiales israelíes; sienten que éstos los llenan de propaganda vacía, y no creen una palabra de lo que escuchan. Pero se interesan inmediatamente cuando les explican qué difícil es la situación de Israel en términos humanos. Estarán dispuestos a escuchar explicaciones acerca de las cosas inaceptables que Israel hace, si comparten su experiencia aquí, en lugar de hablar con slogans propagandísticos, más típicos de regímenes totalitarios.

Díganles que están preocupados por el aumento del odio hacia Israel; díganles que son críticos de muchas de las políticas de Israel, pero que sienten que muchos detractores siemplemente no advierten que la sombra de la muerte pende sobre Israel todo el tiempo, y que muchos de los temores de Israel son, desafortunadamente, bastante reales.

Si quieren que la gente entienda a Israel, lean a Amos Oz y David Grossman. Ellos son mucho mejores embajadores de Israel. Y por último: si se sienten dolidos por los errores de Israel, no tengan miedo de compartirlo. La mayor parte de sus interlocutores prefieren la imperfección humana a una engreída arrogancia.

Traducción: Marcelo Kisilevski

7 pensamientos en “Cómo no defender a Israel

  1. Creeme, Marcelo, que no poca gente intentó brindar esos argumentos al exterior, esa «hasbará crítica» que tanto promueve el periodista de Haaretz, y no sirvió de nada… el resultado fue exactamente el mismo que con la «hasbará escencialista».

    Saludos

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  2. Lo que se dice en el artículo respecto a que es más efectivo explicar la situación en la que la gente vive en el país para humanizar la imagen que tiene la opinión pública global respecto a Israel es cierto pero en realidad las noticias que nos llegan suelen tener el mismo tono anti-israelí, The Economist, El País, The New York Times, el ABC…

    No creo que los artículos del Haaretz sean los mejores embajadores cuando lo que se cuestiona es la propia existencia del país. Suele ser un periódico muy crítico con todo lo que respecta a Israel y cuando habla de la comunidad árabe suele caer en sensiblerías.
    No me cabe en la cabeza hasta que punto esto puede ser beneficioso cuando los medios anti-israelís lo utilizan para justificar sus posturas, muchas veces cuestionables.

    En el «ABC» online publicaron no hace mucho un artículo de este periódico referente a un sistema para detectar si los artículos que se compraban procedían de los asentamientos y de esa forma poderlos boicotear. Lo cierto es que no entiendo muy bien que son los asentamientos y no estoy segura de que me gusten pero esto me sacó de quicio, ¿realmente la gente hace distinciones entre si es un boicot a Israel o a otra cosa?.
    ¡ Tuve que hacer una transferencia a Tel Aviv y la empleada me pregunto si Tel Aviv estaba en Gaza!

    En cuanto a la juventud en su conjunto, no es que sea idiota pero en gran medida se deja arrastrar por ideologías, símbolos, modas, eslóganes y hoy por hoy “el pañuelo palestino” es junto al retrato del Ché un símbolo de rebeldía, de lucha contra la opresión, de todo ese tipo de romanticismos que tanto gusta a ciertas edades. La élite de la juventud me temo que no debe ser mucho mejor cuando no se cuestiona de la misma forma las persecución religiosa y étnica que se está llevando a cabo de forma sistemática en otros puntos de la zona.

    Entonces, ¿qué se puede hacer para mejorar la imagen de Israel fuera?.
    Desgraciadamente no lo sé, tiene muchas cosas en su contra. Posiblemente una cosa que pudiera beneficiarlo es hacer una política más inteligente con respecto a las minorías. Muchas veces se las trata mal y no siempre esto está justificado.

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  3. Bravo, Marcelo!
    te mereces una copa de buen tinto y empanadas de Orna:
    llegó la hora de re-encontrarnos para pensar en un esclarecimiento alternativo.
    Abrazo,desde las arenas del Neguev,
    Moshé Rozén

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  4. Moshé… tanto tiempo, viejo Sheliaj de Hashomer. Espero que él y Marcelo puedan hacer algún cambio en relación a la imagen de Israel con esa Hasbará crítica. Dudo que funcione, pero si logra resultados positivos, cuenten conmigo para cualquier cosa en la que pueda servir.

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  5. En realidad, Marcelo, ahora que lo pienso, la estrategia de mostrar al Israel real (en vez del virtual), ausente en los medios de comunicación, un país próspero, avanzado, democrático y normal, independientemente de la temática del conflicto, es una táctica hasbarense que ya demostró su eficacia en reiteradas oportunidades (la cancillería ya lo probó en un estudio: http://www.ynet.co.il/english/articles/0,7340,L-3696887,00.html). Todos los que visitaron alguna vez Israel se llevaron una grata sorpresa del país e, incluso suponiendo que su visión crítica sobre el trato a los palestinos no cambie un milímetro, en la mayoría de los casos valoran todas las cosas bellas y positivas que tiene la sociedad israelí (incluso para un detractor de Israel hay un antes y un después en su pensamiento si viaja allí). Por eso creo que mostrar el Israel real, que no parece una nación en guerra bajo ningún punto de vista, provoca admiración en más de un visitante que observa con sus propios ojos lo que logró un diminuto pueblo desde la nada y con grandes dificultades. En conclusión, no me parece mala idea mostrar al público que no conoce demasiado del conflicto que, después de todo, en Israel no falta electricidad ni estallan bombas todos los días. Saludos.

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  6. Por fin un poco de racionalidad. Y un planteo realista frente a una propaganda pro-israelí que es torpe, arrogante y obsoleta. Cuando leo a los voceros de la extrema derecha (los herederos de Betar y grupos similares) me da vergüenza ajena, te juro. Me dan ganas de salir a decirle a los gentiles que no se crean que todos los judíos somos como esos, que la enorme mayoría queremos razonar y promover el entendimiento. Y a veces lo hago.
    Eddie

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