¿Hacia una tercera Intifada?

Vista de Acco, por lo general.

Vista de Acco, por lo general.

Parece que Taufik Jamal, taxista de Acco, actuó con poca inteligencia, pero sin malas intenciones, cuando entró en una calle judía de la ciudad con su coche, ya comenzado el Día del Perdón el miércoles por la noche. Según testigos y gente que lo conoció y publicó, es un hombre maduro, padre de familia a la que mantiene con un taxi, y que asegura que no viajaba rápido ni con música a alto volumen, como lo acusaron. Pero, diga o no la verdad, no es eso lo que importa. Lo verdaderamente importante es que sobre sus hombros podría cargar con el comienzo de una nueva Intifada.

Porque los judíos se enojaron y respondieron a la provocación, intencional o no, con un casi linchamiento. Y los árabes de su barrio, el barrio Wolfsohn, respondieron con disturbios y pedradas. Y los judíos, entonces, no se quedaron atrás, y hoy quemaron una casa árabe. Para muchos judíos, todo esto «demuestra» que «con los árabes no se puede convivir». Bueno, ok. Pero cuidado, porque para muchos árabes, esto «demuestra» exactamente lo mismo, pero al revés.

Y decir que «ellos empezaron» es infantil. No porque dude o no de que Jamal diga la verdad, ni porque crea o no que su acto fue estúpido pero inocente. De nuevo, eso es irrelevante. Es infantil, porque, primero: si los árabes empezaron, los judíos siguieron; devolvieron con la misma moneda, y en extremo. Segundo y más importante: porque, en ese caso, Jamal no fue más que el emergente de una tensión que ya existía. Y que la tan «emocionante» convivencia entre árabes y judíos en Acco era una ilusión. La pregunta no es quién empezó, sino cómo fue que se desarrolló el odio mutuo que estalló el miércoles.

Está bien que la policía prevenga, que contenga, que arreste. Pero el gobierno tendrá que ponerse las pilas para atacar el problema. Abrir canales de diálogo, no suspender el Festival de Teatro de Acco. Escuchar a los vecinos, resolver problemas concretos, proponer proyectos, generar acuerdos.

Una de las razones por las cuales los árabes israelíes están cada vez más disconformes es por la desigualdad en las políticas de desarrollo, en paralelo con el mensaje democrático del país. Se trata de un mensaje para esquizofrénicos: los árabes son iguales ante la ley, gozan de todas las libertades y tienen 10 diputados en la Knesset, ya hasta un ministro. Pero las zonas industriales, construidas por el estado, y el estímulo a la inversión y el desarrollo, son para los poblados judíos. No hay una sola zona industrial árabe en Israel. Y eso, en paralelo con un proceso de desagrarización y proletarización de la minoría árabe que viene desde la creación del estado. Los sociólogos Horowitz y Lissac lo llamaron «proletarización sin industrialización». Y eso como ejemplo y síntoma.

El mensaje esquizofrénico funcionaba quizás con los padres y abuelos de los actuales jóvenes árabes, que fueron los derrotados en la Guerra de la Independencia en 1948-49. Sólo podían estar agradecidos de, a pesar de quedar incluidos en el estado vencedor, no fueron expulsados ni, mucho menos, eliminados o sometidos, sino que, para su sorpresa, les fue concedida la ciudadanía y la igualdad legal. Con eso podían darse por conformes.

Pero sus hijos ya nacieron dentro de la democracia israelí. Ellos no perdieron ninguna guerra ni atacaron al naciente estado judío, y comparten, no sólo la igualdad, sino el atrevimiento, la «jutzpá» israelíes. Si el estado es democrático, los árabes de hoy no pagar las culpas de sus padres y abuelos. Si el estado dice que es democrático, que lo sea hasta el final, dicen. Si va a haber nuevos barrios y poblados judíos, que los haya también árabes, si hay ayuda para los estudios para los judíos, que la haya también para los árabes. Aunque más no fuere, con un «ulpán». Estos son dilemas que el estado no ha resuelto, pero existe el temor de que no sepa, no esté interesado, o no esté capacitado para resolver.

Si hay una buena noticia en todo esto, es que no hay aquí racismo involucrado, sino un dilema no resuelto: la discriminación positiva del pueblo judío visto como minoría perseguida en el mundo en perspectiva histórica, al precio de una discriminación de otra minoría dentro de la actual coyuntura del pueblo judío como poseedor justo de un estado. Confío en que se trata de un gigantesco malentendido. No estoy convencido de las intenciones ni de la inteligencia de los tomadores de decisiones para resolverlo con seriedad.

8 pensamientos en “¿Hacia una tercera Intifada?

  1. Marcelo, ya me estoy volviendo a la Argentina en unos dias, pero te puedo asegurar que en estos siete meses que pase viviendo en este hermoso pais, pude hablar con varios arabe-israelies y comprobar en la practica que es cierto lo que se dice en la teoria: los arabes de Israel constituyen la poblacion arabe que mejor vive en todo el Oriente Proximo, su calidad de vida y libertad es muy superior a la que gozan sus hermanos arabes en cualquier pais islamico. Te lo dice hasta el revisionista Benny Morris. El sistema de salud israeli, la educacion israeli, la vida laboral, el acceso a la tecnologia, la democracia y el sistema electoral entre otros, estan al acceso de la poblacion arabe y te puedo asegurar que muchas familias arabes de este pais agradecen haber nacido aqui y no en Jordania, la Autoridad Palestina o Irak (en palabras de un propio joven musulman de la aldea Khashajra cerca de Nazareth que trabaja en un kibutz). Porque este pais, a pesar de ser un Estado judio, antes que nada es democratico y es una nacion avanzada, con un progreso, un nivel de vida, un desarrollo y una libertad civilizada que la convierte en unica en todo el Medio Oriente (para bien), y la poblacion arabe-israeli, como parte integral de la ciudadania de este Estado, goza de todo ello.

    Y si realmente pensas que la poblacion arabe no goza de los mismos beneficios que la poblacion judia, te pido por favor que, si podes y estas interesado, nos presentes pruebas concretas. Porque segun lo que he visto yo y he estudiado (que no es poco, te confieso) los arabes de Israel pueden estar agradecidos de haber nacido aqui. De lo contrario, se estaria justificando a aquellos detractores antisionistas que comparan al Estado de Israel con la Sudafrica del Apartheid.

    Y si hay problemas particulares de los arabe-israelies, sin duda no se resolveran mientras esa minoria realice pogromos contra sus vecinos judios, sus parlamentarios escupan sobre los simbolos naciones, colaboren con los terroristas (palestinos, libaneses, sirios, etc) y no desmuestren fidelidad al Estado que tanto les ha dado y tan poco le han devuelto. Si quieren recibir mas, deberan dar un poco mas.

    Un cordial saludo

    PD: segun informo la policia que trata de controlar los disturbios en Akko, hasta ahora la mayoria de los heridos son judios.

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  2. Andrés, ante todo, te deseo un buen regreso a la Argentina, y espero que nos volvamos a ver pronto.

    Todo lo que decís está bien, no tengo problema en estar de acuerdo, si bien no con todo. Pero también te propongo no «absolutizar», si es que existe el término. Personalmente comparto la definición de Gustavo Perednik, al que ambos admiramos, que dice (no textualmente): esto desde ya no es un Apartheid, y la relación entre árabes y judíos en Israel está caracterizada por tensiones del tipo que existen entre minorías y mayorías en cualquier democracia occidental (véase Europa y las minorías musulmanas, sin ir más lejos). La situación de los árabes es ciertamente la mejor de las que viven poblaciones árabes en todo el Medio Oriente, pero es mejorable, dice también Gustavo, (aunque lo enfatice al revés: su situación es mejorable, pero es la mejor del Medio Oriente). No se puede negar que el nivel de pobreza, desocupación y delincuencia entre la minoría árabe es proporcionalmente más alta que en el sector judío, y ello debe ser atacado en el plano de las políticas sociales, no en el plano de lo político. Mi crítica a la población y dirigencia árabes, por ejemplo, es que no han sabido hacer lobby potenciando su poder de voto para mejorar su situación, que es al fin y al cabo lo que quieren. En este país tan heterogéneo, el trabajo de lobby funciona y es parte de las reglas de juego, aunque a veces huela mal. En eso, no se dan cuenta que pueden hacer exactamente lo mismo que los ultraortodoxos, que se manejan hábilmente según las reglas de juego de la democracia Israelí. Lo que ha resultado es una dinámica de líderes árabes locales de corte caudillista que utilizan el caballito de batalla del odio al establishment judío para posicionarse en una interna política que poco tiene que ver con los judíos. Pero la generalidad de los árabes no se siente representada por los grupos que han salido a manifestar violentamente en estos días, tampoco por sus representantes electos, pero tampoco por el estado israelí, al que no logran sentir como propio, y no sólo por su culpa.

    Mi pregunta de si los disturbios son un emergente de algo más profundo tiene que ser respondida a nivel sistémico, pero no creo que se haya llegado a un punto sin retorno. Y por eso creo que una iniciativa como el Festival de Teatro de Acco es lo último que se tiene que postergar o anular, porque ésas son las arenas sobre las que se construye una convivencia que es y ha sido posible.

    En cuanto a tu reclamo de agradecimiento por parte de los árabes, por haber nacido aquí, suena mal, Andrés. Los árabes no tienen que estar más agradecidos de haber nacido aquí que cualquier argentino por haber nacido en la Argentina. Suena a paternalismo perdonavidas: «Y digan gracias que les damos lo que les damos, y no pidan más, quédense calladitos en el molde». Cuando en realidad, los árabes tienen derecho a compararse con los judíos israelíes, no con los árabes extranjeros. Y no tienen por qué decir gracias porque éstos estén peor. Y para nosotros como judíos, la igualdad de derechos no debiera ser motivo de gratitud, pues éstos son garantía como seres humanos, un derecho natural, y no un regalo que damos en nuestra magna misericordia.

    Ya sé, faltan las «pruebas». Te las prometo para un post, pronto. Pero tomalas, cuando lleguen, en el espíritu de cosas que deben ser mejoradas, no como justificaciones «ofrecidas en bandeja nada menos que por un judío» para atacar a Israel. No tengas miedo que eso desestabilice el derecho de Israel a existir, ni que sea «pasto para los leones antisemitas», porque esos leones no necesitan de nuestro pasto: el hecho de que sea obvio que Israel tiene ese derecho, no quiere decir que no debamos mejorar lo que hay que mejorar.

    Buen viaje y sigamos en contacto!

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  3. Marcelo, pasando a otro tema que esta indirectamente relacionado con el de este post: vos realmente crees en el peligro demografico de la poblacion arabe-israeli? es decir, consideras ciertas todas las estadisticas que aparentemente demuestran que si los arabes del pais se siguen reproduciendo como hasta ahora, en un futuro no muy lejano van a superar numericamente a la poblacion judia?

    Teniendo en cuenta que en 1949 la poblacion arabe-israeli llegaba apenas a las 160.000 personas y hoy en dia se multiplico por diez (a causa de su enorme natalidad) hasta llegar a casi un millon y medio… no te parece un peligro para la existencia de Israel como Estado judio? (independientemente de la seguridad o la convivencia)

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  4. De acuerdo. Entiendo tu postura Marcelo. Si es cierto todo eso que dices como por ejemplo que el nivel de pobreza es mayor, proporcionalmente hablando, en la poblacion arabe con respecto a la judia, estare dispuesto a recibir las pruebas para comprobar esto. Agradezco tu mensaje y tus buenos deseos. Espero que nos volvamos a ver algun dia. Y aprovecho esta ocasion para invitarte a debatir en un blog donde yo precisamente le estoy tratando de demostrar a un antisionista que Israel es la antitesis del Apartheid sudafricano: discuciones (puedes meterte en el debate y «arrasar con todo»)

    Hubo otro debate mas intenso, largo e interesante aqui: discuciones (hice lo que pude)

    Y no dudes que voy a utilizar todas las herramientas, conocimientos y mensajes que das para el debate… jaja! a menos que «me ganes de mano» y contestes vos primero.

    Un abrazo grande

    (este comentario parece que no fue publicado, obviamente lo envie antes que el de las 9:43 PM)

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  5. Querido Andy, respecto de tu pregunta sobre mis creencias sobre la amenaza demográfica, la verdad es que no sé. Es que hay diversas escuelas, y yo no soy un estudioso del tema. Al punto que parece de verdad sea un asunto de creencias. Por un lado está el presagio de una mayoría árabe entre el Jordán y el Mediterráneo en pocos años más, del demógrafo Sergio Della Pergola. Por otro, hay quienes dicen que ello ya es una realidad. Otros, en cambio, señalan que dentro de Israel el tema no es tan lineal. Esos 160.000 que señalás, en 1948 constituían el 16% de la población. Hoy, 60 años después, son casi el 20%, un aumento lento o bien rápido, según cómo lo mires. Pero, al mismo tiempo, el índice de hijos por mujer de los árabes de ciudadanía israelí ha bajado de 10 en 1948, a 4 hoy en día, y ello se debe al aumento de la calidad de vida en términos occidentales, que los lleva a acercarse más a los patrones de ese tipo de vida, es decir a la familia más nuclear, ya no tan basada en el clan. Con lo cual, el ritmo de crecimiento relativo a la mayoría judía también disminuye, a condición que se mantenga el ritmo de ésta, basada eminentemente en la inmigración. No sé en qué se basan los optimistas para decir que el peligro demográfico no existe, de eso tendré que investigar más, entiendo que dicen que hay otros criterios de medición a futuro, supongo que calidad de vida es uno de ellos. Mientras tanto, como dijo un árabe que recibió una vez a un grupo de Majón: «Si quieren que Israel siga siendo judío y democrático, vengan a Israel y HAGAN BEBÉS!», o sea.

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  6. Gracias por la respuesta Marcelo. Si mi vida pasara únicamente por la ideología, ya mismo estaría haciendo Aliá, casándome con una «sabra» y teniendo tres hijos hermosos como mínimo (como dijo aquel árabe en el Majón). Desafortunadamente la vida es más compleja y no se puede vivir «haciendo patria», hay otros problemas que trascienden los ideales, como la familia, el idioma, la economía para sobrevivir, el arraigo cultural, la falta de independencia, etc, etc, etc. De manera que, aunque todos los judíos de la diáspora deberían hacer Aliá lo más pronto posible, no está en mis planes por el momento vivir en Israel (puede que sea un hipócrita). Sólo espero y rezo porque la amenaza del peligro demográfico sea falsa (de los árabe-israelíes, de los palestinos poco importa porque no son ciudadanos de Israel y probablemente en un futuro cercano tengan su propio país), de lo contrario, para preservar el Estado judío no quedará más opción que expulsar a la población árabe y quitarle la ciudadanía (o impedir que sus hijos la tengan), ya sea mediante un intercambio de población pacífico como propone Liberman, o una expulsión forzosa como sucedió con los judíos de Gaza. Lo siento, pero los dos milenios de persecución y exilio del pueblo judío me demostraron que, si bien la democracia es un valor supremo al que debemos aspirar todos, no pienso sacrificar al único y pequeño Estado judío que tenemos en el globo terráqueo, nuestra única patria recuperada luego de tanto martirio y sufrimiento, para mantener dicho valor. Por eso rezo, porque quiero que no tenga que ser necesario sacrificar a la democracia para salvar la identidad judía de Israel (sin mayoría judía no existe Estado judío, así de simple), para que los optimistas tengan razón.

    Listo. Me confesé.

    Un cordial saludo.

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  7. Andrés, qué honor tu confesión! Te aclaro que lo que yo dije citando al árabe no tenía intención de «pincharte» con la aliá -lo único que me falta!- sino precisamente subrayar que el carácter judío del estado depende de que haya una mayoría que lo pueda sostener, nada más. Y en el debate de judío «vs.» democrático, con estas tensiones que existen y seguirán existiendo -como lo hay en todas las democracias del mundo- ambos valores conviven de un modo notable, teniendo en cuenta las circunstancias que todos conocemos. Así que estamos bastante de acuerdo…

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  8. Marcelo, tal vez esta noticia te pueda interesar. Evidentemente el conductor arabe no tenia mala intencion ni era un provocador, simplemente cometio un error estupido y no midio las consecuencias de sus actos (como el mismo lo admitio). De cualquier manera, no creo que sea justo «cortarle el cuello» a el solo, ya que, como vos afirmaste en el post, esto no fue mas que un detonante que revalso el vaso, no un motivo en si mismo. Y la culpa por la violencia que perpetraron los grupos fanaticos de arabes no la tiene ese conductor. Evidentemente hay causas mucho mas profundas en este disturbio que se venian gestando hace mucho tiempo.

    Un saludo

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