Ya dije que no había comentado el discurso de nuestro primer ministro, don Biniamín Netanyahu. En ese discurso dijo, ni más ni menos, que en determinadas condiciones, Israel estaría dispuesta a aceptar la idea de un estado palestino viviendo al lado de Israel.
Dijo las palabras «estado palestino», pero tuvo que condimentarlas con tanto discurso de derecha, que aquí no dejó contento a nadie. Y además no dijo «dos estados para dos pueblos».
Ahora, en el noticiero de esta noche, acaba de decir Netanyahu algo más inequívoco: «Hemos creado un consenso nacional alrededor de la fórmula ‘dos estados para dos pueblos’, que tiene que ver con que los palestinos deben aceptar, en ese caso, a Israel como estado del pueblo judío, y que el problema de los refugiados se resolverá por fuera del territorio soberano de Israel».
Así, cortito, con la fórmula pronunciada en sencillo, como al pasar, «dos estados para dos pueblos», Netanyahu acaba de completar el viraje histórico del Likud hacia el mainstream israelí, ubicado más a su izquierda. Esto es incontestable, por más que duela en el estómago de más de uno de mis amigos de la izquierda. Queda ver qué pasará por el estómago de mis amigos de la derecha.
Estoy de acuerdo con un estado palestino, pero no sólo porque a esta altura sea lo justo, sino porque implicará también la culminación de la configuración de Israel como el estado del pueblo judío. Si como izquierdista apoyo el derecho de autodeterminación de todos los pueblos, es ridículo que apoye a Palestina como «el estado del pueblo palestino», y reclame al mismo tiempo que Israel sea el «estado de todos sus ciudadanos» porque, según el argumento palestino, pronunciado textualmente por el presidente de la Autoridad Palestina, Abu Mazen: «no se concibe un estado basado en la religión; el estado palestino será un estado laico». A veces la hipocresía y el carácter manipulativo del débil tampoco tienen límites. De esto se desprendería que el único pueblo al que está bien negarle el derecho a la autodeterminación es el pueblo judío. Izquierdistamente sea dicho, con el nivel académico que me caracteriza: ¡Váyanse a freír espárragos!
Ahora sólo falta que los desarrollos históricos en el campo de lo discursivo se acerquen a lo que pasa en el terreno. Algunas señales ya hay. Si bien se sigue construyendo en los territorios, la construcción se ha reducido significativamente, y varios checkpoints principales se han retirado, mejorando considerablemente la calidad de vida de los palestinos de la calle. Obvio que es por la presión de Obama, no hemos nacido ayer. Pero ni Barak ni Olmert habían llegado a tanto.
Desde la izquierda hoy digo: ¡Vamos Bibi todavía!
GRANDE MARCE
Yo sabía… todos los centristas y zurdos (sionistas por supuesto) aplaudieron sin miramientos el discurso de Bibi, esperaba que vos también lo hicieras, aunque de una manera incluso mejor. Te faltó agregar una parte fundamental de esta política (además del reconocimiento del Estado judío) y es que el Estado palestino sea DESMILITARIZADO (que no pueda hacer tratos con países enemigos de Israel, que no pueda entrar una cantidad de armas desproporcionada, que no posea fuerzas armadas, etc). Es la segunda condición básica importante para el final del conflicto y el establecimiento de dicho Estado. La razón de esta exigencia es más que obvia a la luz de lo ocurrido de manera ininterrumpida durante los últimos 16 años. Por supuesto que los palestinos no tengan un ejército con el que poder amenazar a Israel no hará menos soberano a dicho país futuro, sino más pacífico.
Por otra parte, esperemos que Bibi NO llegue a los extremos de las concesiones de Olmert y MENOS QUE MENOS de Ehud Barak (cuando fue Primer Ministro… no te suena Marce el término «intifada»?). No tanto por la cuestión de las exigencias o las renuncias territoriales (aunque eso también en parte), sino más que nada por las garantías de que haya paz una vez que Israel se retire de un sitio y la cuestión cronológica de Bibi de «ustedes me aseguran paz LUEGO yo hago concesiones». Veremos como sigue, pero por el momento, para mi y casi toda la sociedad israelí (dejando de lado los fanáticos extremistas, tanto de izquierda como de derecha), nuestro amigo Bibi tiene un 10 redondo redondo redondo. KADIMA LIKUD!! (lo digo por el Likud, je).
Saludos
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Marce:
No te preocupes. Aunque Bibi haya evolucionado, no pensás igual que él.
El discurso fue bueno. No lo «reputeó» a Obama como hubiera querido el tablón del Likud, ni tampoco se bajó los pantalones… todavía. Esto del país palestino desmilitarizado va a ser un gran dolor de cabeza, me parece. Y todavía no entramos en la letra chica, que es el territorio del supuesto estado palestino… Así que, es posible que pienses igual que Bibi, porque el discurso es bastante esponjoso como para que muchas opiniones tengan lugar. Hay que reconocer que el muchacho habla mejor de lo que gobierna. Un abrazo, Ariel.
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No hay que confiar en estos burguesotes que gobiernan hoy en dia a israel y a ese producto para «hacer bandera» de unidad llamado kadima. Mas alla del sionismo, la supervivencia de israel, bla bla, la guerra les es extremadamante redituable (ojo, lo mismo digo para los dominadores del lado arabe), total los Qassam no caen en Ramat Gan, caen en Sderot donde viven pobres laburantes. La lucha de clases es universal, y universal es detenerse a pensar quien es siempre el beneficiario. No tienen un Borojov para primer ministro?
Saludos desde Argentina , muy interesante tu pagina, chau.
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