
Como Michael Jackson, pertenecer tiene su precio. Bibi cambia de color.
Vaya primero un palo para el premier Biniamín Netanyahu. En su encuentro con el ministro de exteriores de Alemania dijo, refiriéndose a la eventual evacuación de la Margen Occidental, que «los territorios no serán Judenrein», «zona libre de judíos» que era el concepto nazi de la limpieza étnica del Tercer Reich. Lo dijo, lo repitió, y recomendó a sus ministros utilizar ese mismo concepto en sus declaraciones. El alemán movió la cabeza perplejo, pero no respondió. No se puede juzgar a las víctimas en sus expresiones, sobre todo cargando con semejante culpa.
Pero diantres -por usar una palabra delicada y en desuso, pregúntenle al zeide lo que significa-, ¿no le da vergüenza? De un solo plumazo, Bibi ha borrado esfuerzos gigantescos de educadores, políticos, diplomáticos y comunicadores judíos y no judíos en todo el mundo por separar el Holocausto de lo que ocurre en los territorios, porque toda traspolación histórica es brutal y deshonra la memoria de las víctimas. Y así como no permitimos que los anti-sionistas comparen, al punto que nos negamos a entrar en la mera comparación, que implicaría en sí un triunfo del comparador, así me niego a discutir la ridiculez de la comparación de Bibi, por no decir su imbecilidad.
Y de aquí a su otro discurso. Aluf Ben, el brillante analista de Haaretz, da razón a mi último post: «El domingo (en la reunión de gabinete) Biniamín Netanyahu aprovechó esa tribuna para emitir su declaración más significativa hasta hoy: ‘Hemos logrado un acuerdo nacional en torno al conepto de dos estados para dos pueblos’. En su discurso de Bar Ilán, tres semanas antes, Netanyahu ya había dado su acuerdo a un estado palestino, pero se había cuidado de formulaciones, y habló con una manifiesta falta de entusiasmo. Esta semana sonó totalmente distinto, al adoptar el viejo slogan de la izquierda, encima presentándolo como un logro de su gobierno en sus primeros 100 días».
Y agrega Ben, casi como si fuera lector de mi blog: «Netanyahu también respaldó su lema con medidas en el terreno, en cooperación con el ministro de Defensa Ehud Barak. Muchos checkpoints fueron retirados, y a los palestinos les es mucho más fácil circular por las rutas de la Margen Occidental. La cooperación de seguridad entre Israel y la Autoridad Palestina ya superó los récords de los días de Oslo, según altos funcionarios palestinos. Ambas partes tienen interés en minimizar el asunto, cada lado por sus propios motivos políticos, pero debe ser dicho a favor de Netanyahu, que está cumpliendo en el terreno lo que prometió en su campaña electoral».
Más adelante, Aluf Ben da otra «pista» de que Netanyahu se propone lanzar dentro de poco un proceso político de extrema significación. Es cierto que Bibi habló en Bar Ilán de las condiciones para la creación de ese estado palestino, y de las garantías que le exigía a la comunidad internacional, empezando por Estados Unidos. «Pero una averiguación reveló que Netanyahu estaba adoptando de hecho el ‘Documento de los Ocho Puntos’ que su antecesor Ehud Olmert había presentado a la Administración Bush. Los puntos en sí son bastante triviales: desmilitarización total del estado palestino, observadores extranjeros en la frontera con Jordania, Paso de Rafah con supervisión europea, control israelí del espacio aéreo y en la adjudicación de frecuencias. Barak ya había elevado exigencias similares en Camp David hace nueve años, y Olmert las reformuló, logrando incluso, según testimonio de sus allegados, acuerdo norteamericano para ellas. Netanyahu quiere obtener de Obama esas garantías por escrito, para asegurar que Israel goce de la legitimidad internacional para sus temores de seguridad respecto de la creación de un estado palestino».
A partir de allí, Ben se dedica a analizar las motivaciones personales del premier para este viraje histórico, por el cual él y el Likud adoptan la línea de «dos estados para dos pueblos» y abandonan la idea de la «Gran Eretz Israel». Está claro que ello convierte en irrelevante la oposición de Kadima, y que Netanyahu aspira a atraer a sus miembros de regreso al Likud, así como a gente de otros partidos, convirtiéndose en «más grande que Ben Gurión».
Pero la historia se escribe así, al compás de los intereses personales de sus pequeños-grandes actores. Y si todo lo que quiere este político llamado Netanyahu a cambio de hacer lo correcto, es que lo aplaudan, entonces, aplaudamos. Que, como diría Adler, prácticamente todo lo que hace el ser humano, luego de sus pulsiones fisiológicas, es para satisfacer su instinto de pertenencia. Y Bibi quiere pertenecer al consenso nacional, ser un prócer.
O, para usar el lenguaje tanguero del Negro Dolina: «Todo lo que hace el hombre es pa’ levantarse minas». Pero para eso la tenemos a Doña Sara, la primera dama, manteniendo las riendas bien cortas.
Me parece absolutamente correcto hablar de un estado Judenrein cuando se mira con 18 ojos, por aquí y por allá, el concepto del estado de la nación judía y no se hace lo mismo con el concepto de estado palestino que se sobreentiende, POR TODOS, como árabe y sin población judía. ¿Esa hipocresía no le molesta?
«ha borrado esfuerzos gigantescos de educadores, políticos, diplomáticos y comunicadores judíos y no judíos en todo el mundo por separar el Holocausto de lo que ocurre en los territorios…porque toda traspolación histórica es brutal y deshonra la memoria de las víctimas» ¿Tiene también la culpa Bibi del discurso de Obama en El Cairo, o solamente nos cuesta criticar al nuevo mesías?
Me parece a mí que la mirilla, o las entendederas políticamente correctas, están un tanto desenfocadas. Corrijan el tiro
«Netanyahu quiere obtener de Obama esas garantías por escrito, para asegurar que Israel goce de la legitimidad internacional para sus temores de seguridad respecto de la creación de un estado palestino” ¿Acaso eso es malo, no lo han hecho otros, o el problema es Netanyahu?
«Y si todo lo que quiere este político llamado Netanyahu a cambio de hacer lo correcto, es que lo aplaudan, entonces, aplaudamos»
Mejor aplaudamos a toda esa izquierda israelí (y sucedaneos como mal menor, estilo Olmert), solamente cuestionada en las urnas (¿autocrítica? rara avis), que siempre ha vendido conocer lo que deseaban los palestinos para llegar finalmente a una paz final (y seremos felices y comeremos perdices), en Oslo, en Taba, en Annapolis, y en cada ocasión le han dejado en evidencia por no conocer de que hablaban, o sea, hablar de oídas o mejor, lo que querían oír.
Para más información, su reivindicación del estado de todos los ciudadanos, para integrar a los árabes israelíes, y el fenomenal chasco que ha representado las «nuevas visiones» del liderazgo social y político árabe israelí, con reivindicaciones de una confederación de naciones casi totalmente separada y cuasi independiente, con instituciones separadas, duplicadas e independientes, con capacidad de veto, y con un «estado de los ciudadanos» de risa para los chicos de progreso de rigor.
El culpable, Bibi, la vía correcta la izquierda y los defensores del «estamos cansados de pelear, estamos cansados de vencer, estamos cansados de ganar…» (Olmer dixit).
¿Y por qué no solicitan que los países árabes les dejen en paz en su reducto de Tel Aviv, con eso creo que les bastaría?
¿Cómo dices..? «Pero la historia se escribe así, al compás de los intereses personales de sus pequeños-grandes actores. Y si todo lo que quiere este político llamado Netanyahu a cambio de hacer lo correcto, es que lo aplaudan, entonces, aplaudamos»
Aplaudamos pues a la izquierda israelí, sin «ningún tipo de intereses personales», y que sin duda recibirá los favores de tantos actores europeos y americanos
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Creo que Bibi tiene cierta conciencia nacional. Lo que está haciendo es algo histórico y todos debemos rezar por el éxito de su plan porque, como creo yo, esta será la decisión final para ajustar cuentas, porque una vez que el Estado palestino se cree, si no hay condiciones que garantizan la seguridad de Israel, no las habrá nunca más.
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Buenas.
Me pone nervioso cuando leo en los comentarios de Jabotito,»Lo que está haciendo es algo histórico y todos debemos rezar por el éxito de su plan». De cual plan hablas? de aquel que tuvo en la manifestacion de 1994, que, junto a Ariel Sharon saludaban a los enfermos extremistas con posters de I.Rabin z»l que lo colocaban a este como «nazi», «traidor», «terrortisa palestino»?
Espero que simplemente te refieras al discurso retorico del primer ministro de hoy en dia, que no es mas que palabras y papeles.
Biniamin Netanyahu cree en lo que dice? No les voy a negar que este personaje no habla del reconocimiento de dos estados. Pero barbaro!!! … Hasta yo hablo.
«Un pueblo que olvida su pasado esta condenado a repetirlo». Se acerca otro 4 de noviembre sin el unico que entendio que sin la practica, las ideas se pierden. Y nosotros, tenemos el deber de no olvidar no solo quien fue Itzjak Rabin, el ultimo lider del pueblo sionista, sino tambien, que papel jugo Biniamin Netanyahu, en esos momentos.
Es aborrecible el olvido de que este personaje junto a Ariel Sharon estuvieron sentados sonrientes y cancheros, saludando a la tribuna en 1994. contexto? manifestacion extremista de derecha. actores? fundamentalistas, enfermos. que hiceron? compararon a Rabin con un general de la S.S, con un terrorista palestino, con un traidor.
Senores…nuestro primer ministro aplaudio!
Acaso la democracia incluye tal enfermedad? O es la libertad de expresion, senores, que deja a tales infalibles y mentes actuar libremente? Ah, me olvidaba… quizas un lider de un pueblo en oposicion tenga derechos extras que su populacho, de boicotear otro primer ministro de tal atroz manera? Pues, no en vano, es ahi donde se incentiva el odio hacia nuestro ex visionario…que destina en su muerte. Aquella manifestacion apoyada por Sharon y Bibi son la apertura de la botella de champagne que va desatar la efervesencia que todos sabemos como termina.
Personalmente, no le creo ni una sola palabra a este personaje. Ni una sola. Rabin penso y creo un camino. Pero Netanyahu sigue pensando como siempre. No obstante, su coherencia se hace invisible. Y dice cosas que no da huellas de las mismas. Por eso no hizo «nada historico». Dar un discurso en Bar Ilan es historico? o quizas lo innovador esta en pensar en dos estados ahora? Porque es el verso mas barato que se vende en el Shuk Ha Carmel.
Desconfio enormemente de Biniamin Netanyahu, y me repugna aplaudirlo.
Y como sionista, voy a comenzar a cuestionarme cada dia de mas, hasta donde es importante hablar y donde debemos empezar a hacer. Porque Hertzl hablo e hizo, Aharon D. Gordon y Jaim Waizzman tambien. Ben Gurion no solo escribio el «Amanecer de un estado» sino que hasta hoy y para siempre nos dejo el legado de que siga amaneciendo en Medinat Israel. Itzjak Rabin penso en la paz, y actuo en pro de conseguirla. Y fue el ultimo hombre mas respetado por el mundo, de la historia de Israel.
Netanyahu hizo discursos. Pero con mano dura y mente cerrada, van a quedar como siempre, en el armario.
NO OLVIDEMOS QUIEN ES BIBI.
Saludos.
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Yo también soy de izquierda pero no me apuro en aplaudir a Bibi. Desconfío de sus intenciones. Si bien es cierto que el discurso de Bar Ilán fue un avance viniendo de él, me queda la impresión de que Bibi se esfuerza más en dejar la pelota en la otra cancha que en buscar una solución. Esa es la razón por la cual en el Likud la oposición al discurso fue tan floja, saben que con las cosas planteadas en los términos en que Bibi las planteó, el proceso queda estancado y la posibilidad real de un estado palestino sigue tan lejos como siempre, o más lejos aún. Temo que a la hora de la verdad, si Bibi llega a hacer concesiones con posibilidades de materializarse sobre el terreno, le van a hacer la vida imposible, peor que a Sharón con la itnatkut.
Pero aunque Bibi tuviera las mejores intenciones y su partido siguiera apoyándolo sin rechistar, sigue sin haber partner del otro lado. No me imagino qué puede ofrecer Bibi que Abu Mazen esté dispuesto a aceptar. Y Abu Mazen no es más que un monigote que apenas tiene autoridad en cisjordania y no vale nada en Gaza.
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¿Contradicción en los términos?
(a) «No me imagino qué puede ofrecer Bibi que Abu Mazen esté dispuesto a aceptar».
(b)»Y Abu Mazen no es más que un monigote que apenas tiene autoridad en cisjordania y no vale nada en Gaza».
¿Ofrecer qué, a quién y para qué, vista su importancia?
«Yo también soy de izquierda (…) Desconfío de sus intenciones»
Aahhhhh, ahora lo entiendo, seguro que de la otra parte más que nada confía… una barbaridad
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RTB tiene razón en el sentido de que Bibi le quiere poner la pelota a la cancha de Abu Mazen (por eso incluso ahora llama a dialogar, obteniendo como respuesta un rotundo rechazo de la parte palestina, lo que le da mayor legitimidad). Sin embargo, no creo en lo más mínimo que como él dice su objetivo principal sea a toda costa evitar la creación de un Estado palestino, sino más bien crear las condiciones para que la creación de dicho Estado, de como resultado algo distinto a lo que viene pasando desde hace 15 años cada vez que Israel se retira de un lugar: lograr la paz definitiva y el final del conflicto.
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