Exclusión de mujeres… ahora en la ginecología

"Devolver a las mujeres a las publicidades callejeras". Mujeres se preparan para salir a manifestar.

Genial. Los organizadores de la Convención sobre «Innovaciones en la ginecología  y la Halajá (ley religiosa judía)» han anunciado que las mujeres no podrán participar. Las ginecólogas y las investigadoras en el área que debían exponer, deberán enviar hombres a hacerlo por ellas. Para las mujeres se anuncia una convención en fecha separada. Deberían agradecer.

Las preguntas son muchas. ¿Cuál es el miedo de los ginecólogos religiosos? ¿Estar sentados cerca de mujeres en la platea de la Convención? ¿O en realidad no hay ginecólogos religiosos y los temerosos son los organizadores, que temen por las tentaciones que sufrirán los participantes masculinos durante el evento? ¿Quién fue el imbécil que se olvidó que la ginecología es la medicina femenina?

La imbecilidad, ya lo vemos, no es exclusiva de ningún pueblo ni sector social. Una columnista en la prensa israelí (Tzefi Saar, Haaretz) propone sumarse y aportar más propuestas para enriquecer el espíritu de la época:

– Prohibir la entrada a los jardines de infantes a personas entre 2 y 6 años de edad.

– Emitir órdenes judiciales de alejamiento a abogados de los tribunales.

– Prohibir la postulación de políticos de mente estrecha, nacionalistas y racistas en la lista del Likud a la Knesset.

– Se prohibirá el estudio de la Torá a estudiantes de ieshivot.

– Los jazanim no podrán entrar en las sinagogas.

Y así sucesivamente. Podemos seguir nosotros: los actores serán excluidos de los teatros, los periodistas de las redacciones, los revoltosos estudiantes tendrán prohibido ir a clases.

Y la vuelta puede seguir: los ladrones no podrán ir a la cárcel, los enfermos no podrán entrar en los hospitales, los asesinos no podrán ingresar en la sala de ejecución (en USA y otros lugares), los drogadictos tendrán prohibida la entrada a instituciones de rehabilitación, los negros no podrán entrar en lugares de blancos, los habitantes de viviendas no podrán ingresar en ellas. O sea, ¿para qué limitarse?

Podemos también ponernos serios y analizar. ¿A qué se debe esta fiebre de la condenable práctica religiosa de «exclusión de mujeres»? En efecto, en los últimos dos años se acumularon los ámbitos de exclusión.

A la tradicional «Ezrat Nashim», la costumbre más antigua de separar a las mujeres de los hombres en las sinagogas ortodoxas, se le sumaron ahora: separación en algunos autobuses de pasajeros, prohibición rabínica a los soldados religiosos -contra órdenes de sus comandantes- de presenciar actos militares donde cantan chicas, separación de las veredas: de un lado caminan los hombres, enfrente las mujeres. En algunos hogares ultraortodoxos se ha comenzado a ver mesas separadas para las comidas: mamá y las chicas por aquí, papá y los muchachos por allá.

Los incidentes se multiplican. Una inmigrante rusa se niega a pasar a la parte trasera del autobús generando el escándalo. A una nena de 8 años que va al colegio, un jaredí (ultraortodoxo) le escupe en la cara por caminar en la vereda equivocada en Beit Shemesh, una ciudad con predominancia religiosa, pero no ultra. Empresas privadas se autocensuran, absteniéndose de colocar imágenes femeninas en las publicidades en la vía pública, para que los jaredim no las arranquen. Manifestaciones, debate público.

Las teorías que he recolectado en este ambiente enrarecido son dos. Una es buena noticia: las mujeres están protagonizando una revolución silenciosa contra su condición. En los últimos años han surgido ONGs de mujeres religiosas, que se quejan por el hecho de que no sólo deben criar a numerosos hijos, sino que son las que mantienen económicamente el hogar, mientras los hombres tienen exención para estudiar en las ieshivot, so pena de ser convocados a las filas del ejército, y para cuidar «el alma del pueblo judío».

Son ellas las que se están formando, se profesionalizan, son las que estudian matemática y computación, se modernizan, y empiezan a abrir los ojos. Por fin, han comenzado a sentir que «algo huele mal en Meah Shearim», y que a las mujeres «les vieron la cara».

La fiebre excluidora, entonces, sería una reacción masculina contra la revolución femenina. ¿Se pronuncian? ¿Se expresan? ¿Salen a la calle? ¿Cantan?? El mensaje de Hadarat Nashim es: aquí todavía mandamos nosotros.

La otra teoría, que no es contradictoria, preanuncia batallas por venir. Dice que los cambios en la sociedad ultraortodoxa (jaredit) no provienen sólo de un despertar de la conciencia femenina, sino que los hombres también están saliendo de la égida de los rabinos, en múltiples marcos de trabajo para jaredim, ejército para jaredim, educación superior para jaredim, mujeres que se profesionalizan y se expresan, etc.

Por eso, los «askanim», activistas colaboradores de los rabinos y de los partidos políticos jaredim, se están quedando «sin trabajo» una especie de «mano de obra desocupada a la jaredí», y han hallado solución a su inactividad: la militancia de imponer en la calle ultraortodoxa prácticas absolutamente novedosas -y perniciosas- en la tradición judía.

En efecto, no existe una verdadera tradición de exclusión de mujeres en el judaísmo tradicional, fuera de las sinagogas. Es más: no hay ni siquiera hoy un solo «psak halajá» (fallo halájico) que lo ordene o la avale. Alguien lo está inventando, contradiciendo todo espíritu judaico. Y debe ser detenido.

11 pensamientos en “Exclusión de mujeres… ahora en la ginecología

  1. Es increíble que ahora si la mujer se empiece a consientizar de lo que pasa a su alrededor, en su sociedad, en su vida diaria y que haga algo al respecto
    Por que excluir a la mujer en la vida publica dentro de su país? que clase de discriminación es esa?
    No creo que la respuesta a que una mujer se manifieste sea un ofensa violenta por parte de los ultraortodoxos… debe de haber una represalia

    Basta del extremismo religioso que esta creciendo en Israel!!!

    Vamos a ceder ante los caprichos de los ultraortodoxos? y prohibir a la mujer tener una vida publica, a quitarle derechos en su propio país?, mientras que ella trabaja, educa, estudia, crece como ciudadana de ese pais…

    A donde llegara esto?

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  2. qué sigue entonces? la policía religiosa en Israel como hay en Afganistán o Irán o quieren imponer en otros países. nunca entendí las religiones y estas cosas no hacen más que abonar mi idea de que no son necesarias y son un lavado de cerebro con fines poco claros. Si al final queda claro que las estructuras religiosas, TODAS ELLAS, no dejan de ser grupos de poder que buscan acomodarse en los gobiernos con el único fin de acaparar eso, poder y obviamente dinero.

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    • Hola Gus!
      Mi pensamiento no va tan lejos. Mi pensamiento anárquico se reduce a «vivir y dejar vivir». Como dijo Wafa Sultán, una mujer musulmana a un imán fundamentalista: «Usted puede creer en las piedras si quiere, mientras no me las tire a mí». La suerte que tenemos en Israel, al menos por ahora, es que el estado y la policía es laica y que los que no creen en este fundamentalismo judío son una mayoría dispuesta a salir a la calle y a darse de palos con esta otra gente, que amenaza con crear un pueblo judío paralelo con el que la mayoría no está dispuesta a conciliar.

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  3. Hola Marcelo, quisera aclarar que no estoy de acuerdo con ningun ataque , agresion o calificacion a nadie. Claro que la gente se olvida que esto nos incluye a todos. Veo un gran enchastre y distorsion de lo que tendria que saberse en su ambito y en su medida. Los asuntos que afectan a la sociedad en Israel son muy dolorosos justamente porque son entre los mismos judios, cosa que no pasa fuera de Israel, por seguir, a mi , personalmente me insulta que como religiosa me rotulen, califiquen y categoricen con conceptos como fundamentalista, ULTRA ?religiosa, y demas . No creo merecer esto, pero lo peor es que quienes lo hacen SUFREN DE LO MISMO DE LO QUE SE QUEJAN. Somos un pueblo muy inteligente para manejarnos de una forma tan de letrina entre hermanos, a ver cuando nos decidimos a crecer , y esto significaria dejar que los que QUIEREN SER ORTODOXOS LO SEAN Y LOS QUE NO QUIEREN, TAMBIEN. Pero por favor ….. el respeto mutuo es algo mucho mas amplio de lo que se declama vivir hoy, y lo peor…. la verguenza que damos a los paises que permanentemente estan fijandose como nos desunimos.

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    • Mabel querida, sabés bien que nunca osaría usar el calificativo de «ultras» y de «fundamentalistas» a todos los grupos de religiosos judíos, y definitivamente no creo que la comunidad a la que pertenecés merezca ese calificativo. Se trata de grupos de extrema con una agenda que le es extraña al judaísmo, vos y yo juntos hemos coincidido más de una vez en que hay judíos religiosos que «no entendieron nada». Es más, para mí vos, por tu formación, pertenecés a esa revolución femenina de la que hablo en mi nota. Me gustaría que nos hablaras más de eso, de lo que atraviesa la mujer en el mundo jaredí.

      Tu distinción está bien y te la agradezco, pero te hago dos observaciones:

      1) Definitivamente sí hay grupos calificables como fundamentalistas, y los jaredim razonables y de buena voluntad bien harían en despegarse de ellos en lugar de defenderse en bloque. Con tu agudeza, que conozco tanto, me gustaría que combatas esas prácticas, que manchan a todas las comunidades jarediot sin comerla ni beberla.

      2) El hecho de que desde afuera nos vean no debe cerrar nuestras bocas a la hora de criticar y criticarnos. ¿Acaso ciertos rabinos jaredim se autocensuran cuando insultan a todo lo que huela a sionismo, laicismo, reformismo y todo lo que no sea como ellos? No lo hacen, y en mi opinión está bien que así sea. En mis tiempos, en la Argentina, el periodista Martín Caparrós respondía de la misma manera a quienes lo censuraban por criticar a Alfonsín por dañar a la democracia recién nacida: «El hecho de que haya que defender a la democracia no puede impedirnos criticar al gobierno; eso sería lo contrario de lo que decimos defender». Lo mismo cabe sobre judíos y judaísmo, probablemente el pueblo más pensante, más crítico y más autocrítico de la tierra. Busquemos un judaísmo y una sociedad israelí judía mejor, en lugar de querer barrer sus taras debajo de la alfombra.

      Fuera de eso, te mando todo el cariño y un abrazo, que por razones varias será sólo virtual 🙂

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      • Marce , por empezar es muy dificil buscar una sociedad judia mejor, como vos decis, si CADA JUDIO TIENE UN PUNTO DE VISTA Y SU FORMA DE VER LAS COSAS. asi, pasaremos la vida discutiendo y envejeciendo sin hallar nada, porque?, simplemente porque cada uno defiende su pensamiento. Por otro lado jamas escucho ni leo (ni aqui tampoco), alguna critica a los no ortodoxos por como tratan a los que si lo son. La democracia es muy distinta a lo que estan tratando, porque ella misma se basa en reglas y limites que hoy estan desfigurados por motivos que nos muestra el mundo a cada momento,; independientemente, si el famoso y controvercial encuentro de ginecologia y HALAJA pone sus reglas, o las aceptas o no vas. Como sucede en cada lugar que pone sus reglas, que en este caso no son ni novedad ni sorpresa ni provocacion, no cabe la reaccion de tanta ofensa, me huele a cosa desmedida y a querer aprovechar esto tambien para quejarse de los «religiosos». Como vos decis, vivir y dejar vivir es: hay un encuentro de ginecologia , si quiero voy y si no no. No me interesan las gansadas que digan los que se exceden , sean quienes sean, lastima que solo me entero de las gansadas que dicen los religiosos…… cuando quieras hablo de la mujer jaredi hoy. Cariños de siempre y eso va en el corazon……. te llega igual, no?

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      • Mabel, el judaísmo no tiene que ver con uniformar el pensamiento, sino con crear en el disenso, convivir con él y generar cosas a partir de la crítica y del deseo de mejorar. Así está escrito en el Talmud, sin ir más lejos: como un tratado de disentidores. Creo que está fantástico que cada uno trate de defender su pensamiento, y te aseguro que muchos, como en cualquier lado, lo van cambiando. En Israel hay miles que hacen teshuvá, y también muchos (no sé cuántos) que dejan la vida jaredí e intentan ser laicos. Vos pasaste por un proceso, otros pasaron por otro, y la vida es así, disenso y puntos de vista diferente. Me extraña que en tu vida hayas llegado a la conclusión que todos tienen que pensar igual.

        Por otro lado, espero que no estés leyendo los diarios israelíes solamente cuando se ataca a los jaredim. Acá se ataca a todos, nadie se la lleva de arriba. Incluso cárceles israelíes están llenas de políticos presos por corrupción, tanto laicos como religiosos. ¡Por fin un país normal!

        Y lo del concreso de ginecología, qué querés que te diga. Los ginecólogos no ponen mejitzá (biombo) en el consultorio, pero sí en la sala del congreso… Más que a cosa privada que si querés vas, y si no, no vas, porque criticarlo es provocar, el congreso en sí, en el contexto que estamos viviendo acá, es la provocación misma. ¿Por qué sólo los jaredim son tan sensibles a la ofensa? Tienen que saber, pues, que cuando ELLOS ofenden a alguien, ese alguien se ofende. Acción y reacción. No se puede todo: ofender y sentirse ofendido cuando el otro se ofende. Esto se está convirtiendo en el teatro del absurdo.

        Por supuesto que me llega el cariño del corazón!

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  4. habría que preguntarse si hay realmente necesidad de que las pacientes de la ginecología sean mujeres…a la distancia y sin entender sobre religión ,esta sensura parece indicar que tratar de mezclar ciencia y ¨halajá¨, al menos vista como se desprende del artículo, suena bastante bobo.

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    • Fabi buenísimo, como dijo alguien: «La medicina sería bárbara si no fuera por los pacientes», o «la educación sería una profesión estupenda si no fuera por los alumnos», y así sucesivamente. Charly García fue más lejos: «La Argentina es un país maravilloso, lástima que está llena de argentinos…»

      En cuanto a ciencia y religión, una no contradice necesariamente a la otra. Muchos que practican la religión están preocupados porque sus creencias no se ajustan del todo a los adelantos tecnológicos, y a ellos hay que buscarles respuesta a medida que se inventan y descubren cosas, sencillamente para que dichas creencias no se vean violentadas. Uno de los asuntos ginecológicos es si hacer o no control familiar, porque la Torá dice: «Creced y multiplicaos». Contra lo que se cree, el promedio de hijos por mujer fértil en los sectores religiosos es de alrededor de 6. Significa que sí se cuidan, y la pregunta con la que se debaten muchos es cómo es legítimo hacerlo, sin con adminículos, con pastillas, o sólo con las fechas (muchos religiosos se hacen menos problema y se cuidan como todo el resto del mundo). Otro debe ser si se puede abortar o no, y en qué casos, etc. En este congreso específico la verdad que no sé qué se trató, aunque podría ser interesante averiguar…

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  5. Marce, si justamente te digo que cada cual viva como quiera!, no me entendiste el concepto de que cada uno mantiene SU pensamiento sin querer ceder nada, y eso es esteril, siempre. Con respecto a tu ultima frase, me encanto, porque el teatro del absurdo se creo hace mucho, cuando nosotros todavia eramos chiquitos. Ademas el Talmud es un tratado de discusiones sobre temas, pero para ampliarlos, NO PARA CAMBIARLOS, se entiende la diferencia?. Me reconfortaria no ser la unica jaredi opinando aqui, fijate que todos hablan….y hablan….. y hablan. Alguien se sento en serio a estudiar???????. Mis respetos licenciado…. mas y mas cariños.

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  6. A la periodista Tzefi Saar le faltó agregar «prohibir la entrada de periodistas pro-árabes, antisionistas, entreguistas, ignorantes, manipuladores y que siguen las mismas recetas fracasadas de las negociaciones en el diario Haaretz». Digo yo, para ser más ilustrativo…

    Me opongo rotundamente a la discriminación de las mujeres en los espacios públicos (autobuses, hospitales, etc), pero es un error pensar que la mayoría de la población haredí aprueba esto. De hecho, en las manifestaciones en Beit Shemesh, en Internet y en muchas sinagogas se hicieron presente un número considerable de observantes para explicar que escupirle en la cara a una nena de ocho años porque no se viste como a uno le gusta o pretender que las mujeres viajen en la parte de atrás de un transporte público es un comportamiento inaceptable, una aberración que no tiene NADA QUE VER con la Halajá y una profanación del nombre de D’s. Hay que rechazar la discriminación contra la mujer sin estigmatizar a toda una comunidad religiosa por ello. De lo contrario, nos estaríamos convirtiendo en lo mismo que criticamos.

    A propósito del tema, tengo un mensaje para todos los observantes de la Torá, especialmente los haredim.

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