Las noticias en Israel son que las clases comenzaron hoy con éxito, sin amenazas de huelga, y yo ya filmé a mi hijo conduciendo el acto de apertura. Eso es lo más importante.
Le sigue en importancia, claro está, los misiles Qassam que cayeron en Sderot y alrededores ayer, cuando chicos de la secundaria hacían un encuentro previo con sus docentes. De un tiempo a esta parte han cambiado las constelaciones políticas en Gaza, y para entender quién ha lanzado los misiles hay que retrotraernos al líder espiritual del Hamás, el jeque Ahmad Yassin.
Hasta su muerte, el Hamás, como buena organización palestina, era aislacionista e independentista aun dentro del mundo árabe y musulmán, resistiendo todas las voces internas que lo presionaban, ante la quiebra económica impuesta por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea, a aceptar el padrinazgo, el dinero y los pertrechos iraníes.
En 2001 Israel liquida al líder terrorista, y la nueva conducción del Hamás acepta el abrazo de oso iraní, pasando a la égida de los ayatollahs chiítas, tradicionales enemigos del mundo árabe, que son en general sunitas. La conducción política y económica se instala en Damasco, el gran aliado iraní.
Pero cuando comienza hace un año y medio la revuelta en Siria, el Hamás no tiene más alternativa que apoyarla, puesto que buena parte de los rebeldes son sunitas en armas contra el régimen alawita (que religiosamente son un antiguo desprendimiento chiíta) del carnicero de Damasco, Bashar El Assad. Éste se siente traicionado por el Hamás, y arroja de todas las escaleras a su líder político, Khaled Mashal.
Hamás queda huérfano de protectores, y vira hacia Egipto, aún gobernado por el general Tantawi, post-Hosni Mubarak, pero donde los Hermanos Musulmanes, su movimiento matriz, van levantando cabeza. En efecto, el Hamás se autodefine en su carta fundacional como «el brazo palestino de los Hermanos Musulmanes».
Tantawi le dice al Hamás, no necesariamente con estas palabras: «No tengo problema en que pactemos una alianza, pero yo tengo que cuidar mis relaciones con Estados Unidos, Israel y Occidente en general. Ustedes tienen hace cinco años encerrado a un pobre soldadito, Gilad Shalit. Libérenlo y hay trato». La liberación de Shalit en 2011, pues, fue posible gracias a la revuelta siria y a una flexibilización en la posición del Hamás, no de Israel.
Desde entonces, en los hechos, la relativa calma entre Israel y Gaza se debe a una coyuntural comunión de intereses entre Egipto, Israel y Hamás, todos interesados en bajar los decibeles de la violencia. Una vez que los Hermanos Musulmanes asumen el poder ordenadamente en Egipto, tienen interés en controlar a las facciones más extremistas que ellos, y asegurar el monopolio del uso de la fuerza en su país. Su introducción de tanques en el Sinaí (cuya prohibición es una cláusula clara en los acuerdos de Camp David de 1979) está más motivado por su necesidad de reprimir a las nuevas facciones terroristas beduinas allí, que con cualquier intención de violar el tratado de paz con Israel.
Israel, no hace falta explayarse, tiene la obsesión de la paz y la tranquilidad por razones obvias, pero ahora acrecentada por la coyuntura abierta frente a Irán.
¿Y Hamás? El gobierno hamásico en Gaza necesita desesperadamente una calma que le permita reafirmar su poder político y económico una vez abandonado el cálido hogar iraní. Necesita reconquistar a las masas palestinas, que no estaban tan acostumbradas a la tan estricta ley de la Shaaría. Y necesitan consolidar su control de corte mafioso de la principal industria gazeña: la industria de los túneles de contrabando de mercaderías civiles, drogas y armas.
Pero dentro de esta política, quizás la principal obsesión es la represión de las facciones opositoras en Gaza, generalmente terroristas y jihadistas más fundamentalistas que el Hamás, similar al desafío que enfrenta la Hermandad Musulmana egipcia. Irán no iba a renunciar tan fácilmente a su cabeza de playa en «Palestina», así que luego de la traición hamásica, los iraníes pasaron a apadrinar a la Jihad Islámica y a los Comités de Resistencia. Hamás incluso llegó a crear un cuerpo de policía especial cuya función exclusiva es prevenir lanzamientos de misiles contra Israel, desafiando su autoridad. Suena surrealista, pero si las cosas no pasan a mayores en el último año entre Israel y Gaza, es en buena parte gracias al Hamás.
Otros desafíos se asoman en Gaza, como una pequeña sucursal de la multinacional del terror, Al Qaeda, y como una organización salafista, quizás los fundamentalistas de mayor extremismo en el mundo de la jihad, que ven a todos los demás musulmanes como herejes, autodenominada «Consejo de Combatientes junto a Jerusalem».
Según el analista de asuntos árabes del Canal 2, Ehud Yaari, ellos son los que lanzaron los Qassam de ayer, pero no en respuesta a Israel… sino en represalia contra alguna acción represiva del Hamás.
Ahora que la cosa no es con Israel, y que se entiende un poco más la interna palestina, uno podría quedarse más tranquilo. Pero no sé, la sensación de que los palestinos dirimen sus entuertos jugando al «Tiro al pato» no es muy agradable que digamos. Pero por lo menos no es personal. Al fin y al cabo, somos sólo patos…
«La liberación de Shalit en 2011, pues, fue posible gracias a la revuelta siria y a una flexibilización en la posición del Hamás, no de Israel.» Dicho así es como que nos hicieron un favor. No leí en esta nota que liberamos a 1027 terroristas por él.
Así es la izquierda y por eso nadie los vota.
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Fabián, gracias por el comentario. No mencioné el precio por Shalit porque estaba hablando de otra cosa. Acordate que Hamás pedía la liberación de 1.485, y se bajó a 1.027. Eso es flexibilizarse. Fuera de eso, ahorrémonos las chicanas políticas, que pueden no terminar nunca. Por ejemplo, yo podría decir que la derecha, lejos de todos sus principios, ha negociado siempre con terroristas, como en este caso, y que ha ido adoptando paulatinamente todos los principios de la izquierda, hasta llegar incluso al reconocimiento de la fórmula «dos estados para dos pueblos»… y que por eso los votan. Pero de nuevo, me parece de mal gusto y no era el tema de la nota. Saludos.
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Marcelo, el problema acentuado ahora es que has entrado en un tecnicismo. «Flexibilizarse» ahora se refiere según vos a bajar de 1485 terroristas a 1027 por un sólo soldado. Todo el mundo debería tener en claro que el intercambio justo debería haber sido 1 a 1. Vos llamás flexibilización a una negociación de shuk de un grupo terrorista por gente con las manos manchadas de sangre. Asimismo yo podría llamar «flexibilización» a una declaración del Hamás que diga que quieren destruir a Israel, pero que pueden pensar en una tregua de 10 años. Es el continuo discurso de auto engaño de la izquierda israelí. El día en que llamen a las cosas por su nombre (y dejes de decir tonterías como que se «flexibilizaron» por pasar de 1400 a 1000 por 1) van a recuperar credibilidad. Y te lo digo como alguien que ERA de izquierda y no lo es más.
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Hola Fabián, ahora nos entendemos (un poquito) mejor, y estoy prácticamente de acuerdo con casi todo lo que decís. Con lo único que disiento es que cuando decís que el intercambio tendría que ser de 1 a 1, que tenés razón, ese tango también es de a dos. Esa desproporción es de una larga data y la responsabilidad israelí también está. Lo de la flexibilización no es una tontería, sino un hecho, te guste o no. Querían una cosa, se conformaron con otra. Israel también, pero esa fue la definitoria. Así son todas las negociaciones en las que al final se llega a algo, como en este caso. En el resto, como el tema de la hudna de 10 años, coincidimos plenamente. Pero cuando dejes de decir tonterías como la de que yo digo tonterías -es decir, cuando bajes el tonito y discutas educadamente (esta vez casi lo lograste)-, hasta casi podríamos hacernos amigos.
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Creo que se entiende perfectamente el punto de Marcelo. Evidentemente Hamás, producto de la coyuntura regional, flexibilizó su propuesta y se «conformó» con menos de lo que tenía planeado (también gracias a los buenos oficios israelíes)…. incluso aceptó que no se liberara a jefes terroristas de la peor calaña como Ibrahim Hamed, Marwan Barghouti, Ahmed Sa’adat y otros. No obstante eso, Israel pagó un precio demasiado caro: 280 asesinos con sangre judía en las manos están libres. Espero que cuando Israel tenga que volver a entrar a Gaza (y esta vez será la última, porque no quedará nada) cumpla la sagrada misión que encomendó Golda Meir cuando dijo «ningún asesino de judíos tendrá una muerte natural mientras exista Israel». Y no nos olvidemos de Samir Kuntar (eso cuando entremos a Líbano).
Por cierto, Ahmed Yassin fue liquidado en 2004, no 2001.
Lo que le sucedió a Fabián (la metamorfosis de ser un sionista de izquierda a uno más cercano a la derecha) es muy común cuando amenazan a tus hijos con la aniquilación. Conozco muchos casos idénticos. Todavía recuerdo cuando tenía fervientes discusiones con Fabián en su viejo blog «Del arte de cruzar los océanos» acerca de quién era el legítimo propietario de Judea y Samaria… esas discusiones parecen de otra época. Sino pregunten a Bernardo, un intelectual socialista más parecido a Mario Wainfeld que a otra cosa (pero sionista, obviamente). Puedo no estar de acuerdo con algunas cosas, pero Marcelo es una persona íntegra y coherente con sus ideas. Por eso siempre tendrá mi cariño y admiración, aunque poco sea lo que valga la opinión de un judío diaspórico como yo.
Hay una frase (creo) bastante conocida por allí: «En Israel todos son Ramatkal (porque todos opinan como si fueran los comandantes en jefe), pero cuando el gobierno finalmente emite una orden… el pueblo entero cierra filas y obedece exactamente esa orden, ni más ni menos». Si Bibi dice verde clarito, será verde clarito. Espero que cuando estalle la próxima gran guerra, tengamos a Marcelo del lado de los que escriben artículos magistrales en defensa de Israel (como sucedió en Plomo Fundido, quedé maravillado hasta hoy). Sería un ciberguerrero imprescindible para la hasbará (y no lo digo en broma, aunque suene lo contrario).
Abrazo
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Otro artículo magistral que difundí en su momento con mucho gusto y este excelente texto. Cuando las papas queman, Marcelo está del lado de su pueblo, no es como los vendepatria estilo Meretz. Y encima escribe artículos de lujo que dan gusto para leerlos y discutir con los goim. Si haría una colección de los mejores artículos de opinión en la hasbará hablahispana, Marcelo ocuparía los primeros lugares. Por eso me parece injustificado el tono de Fabián (él también cuando quiere escribe como los dioses). Como dije anteriormente, ansío con impaciencia leer lo que tendrá para decir Marcelo cuando estalle la guerra con Irán, estoy convencido que no defraudará a sus fieles lectores.
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