Primera conversión laica al judaísmo

Herzl, padre del sionismo, como campo de batalla de la definición de lo judío.

El sionismo no sólo fue la revolución popular del retorno judío a su tierra ancestral, sino una revolucionaria reinterpretación del judaísmo -como una nación, como una cultura: por primera vez en siglos aparecía una nueva concepción del judaísmo que colocaba a la religión en un pie de igualdad con las demás manifestaciones de la cultura judía: historia, idioma hebreo, música, literatura, danza, movimientos políticos judíos, etc. Y también religión como opción. Es decir, el judaísmo como pueblo y nación, y ya no como religión.

Siempre me hizo ruido una paradoja: la única área que el sionismo como visión laica del judaísmo dejó vacante fue nada menos que  la puerta de entrada a ese pueblo. Se puede ser del movimiento sionista Hashomer Hatzair y jugar al fútbol en los campeonatos Hapoel, pero si querés llamarte judío, andá a la sinagoga de acá a tres cuadras, pasá el curso de conversión, que es religioso, y sólo entonces también nosotros, los laicos, te llamaremos judío.

Pero si el ingreso al pueblo en los tiempos bíblicos era territorial, y sólo con el exilio nació la práctica de la conversión, el sionismo debió haber articulado una manera de restituir, no sólo al pueblo a su tierra, sino la reglamentación acerca del modo de convertirse en perteneciente a un pueblo que vuelve a poseer la tierra. El agua corrida bajo el puente y la complejidad de sus implicancias, parece, han obligado al sionismo a postergar (también) esa deuda conceptual e histórica pendiente.

Esa es la paradoja que parece haberse comenzado a resolver ahora, a través del Movimiento de Judaísmo Laico y Humanista, que ha comenzado a celebrar conversiones laicas. Las llaman ingreso o adopción al pueblo judío. Hace algunos días tuvo lugar la primera de estas conversiones hechas en Israel, y por eso me hago eco de la siguiente entrevista con el Dr. Efraim Zadoff, rabino laico israelí de origen argentino.

La autora de la entrevista es la periodista Ana Jerosolimsky.

Primera conversión laica al judaímo

El rabino secular, Dr. Efraim Zadoff, es israelí de origen argentino. Historiador con especialidad en historia judía en el siglo XX, Ph.D. en Historia Judía, Universidad de Tel Aviv; Investigador Asociado del Centro Liwerant de la Universidad Hebrea de Jerusalén; Rabino laico humanista, Instituto Internacional del Judaísmo Laico Humanista «Tmurá» Israel; Miembro del ejecutivo de MERJAV, Consejo de rabinos laicos humanistas de Israel; Redactor y editor de: Enciclopedia de la historia y la cultura del pueblo judío, SHOÁ – Enciclopedia del Holocausto, traductor y editor de diversos libros más.

Nuestro contacto con él, plasmado en diferentes oportunidades ha versado mayormente sobre este singular enfoque del judaísmo secular. Pero esta vez, el tema no tiene precedentes: una conversión laica al judaísmo. El Dr. Zadoff nos explica de qué se trata.

– Efraim; ya hemos estado en contacto en otras ocasiones para publicar en estas páginas testimonios y opiniones tuyas sobre lo que podríamos llamar propuestas alternativas a la vida judía en algunos de sus aspectos más básicos. O sea, ya no solamente alternativas a la corriente ortodoxa que para algunos sigue siendo la única aceptada y aceptable, sino alternativas a la opción religiosa en sí: concretamente, un judaísmo laico. Recuerdo con especial interés la entrevista que realizamos sobre tu condición de rabino secular, un término que para muchos será una contradicción en sí misma, y también lo que hemos hablado sobre casamientos que has oficiado precisamente como tal. Y ahora, una nueva dimensión, que debo confesar, suena muy extraña: conversión secular al judaísmo. ¿De qué se trata?
– Para poder comprender la definición de judaísmo laico o secular quiero utilizar un término más adecuado para determinar a qué nos referimos: judaísmo libre, que es el que se utilizaba ya en el siglo XIX, y se refiere a libre de la interpretación religiosa de la cultura judía.
El tema de conversión al judaísmo o como solemos llamarlo «adopción al pueblo judío» requiere una aclaración: esta es la puerta para un no judío que desea incorporarse al pueblo judío, adopta como suya la cultura judía y se siente parte del pueblo y se comporta como tal. La «conversión» es un proceso educativo y social por el cual se le enseñan los fundamentos relevantes de la cultura judía. Para ello se debe tomar como modelo al tipo de judío que sirve de prototipo. La situación hasta el presente en la cual hay sólo conversiones religiosas implica que un judío no-religioso es un paradigma no legítimo del judaísmo; y si un no judío quiere incorporarse al judaísmo desde una perspectiva, digamos como la mía, hasta ahora no podía.
El Movimiento de Judaísmo Secular Humanista en Estados Unidos se ocupa hace ya unos años de este tipo de conversiones. El Movimiento en Israel comenzó hace cinco años a desarrollar programas educativos y a estudiar los aspectos legales, para poder realizar este tipo de actos de conversión/adopción. Asimismo mantenemos un estrecho contacto con el Centro Reformista de Pluralismo Judío, que dirigió las acciones legales que llevaron al reconocimiento por parte de la Corte Suprema de Justicia de conversiones de conservadores y reformistas.

– Antes de entrar en los detalles de la conversión, o adopción tal cual le has llamado, que tú mismo has guiado o dirigido hace muy poco, una pregunta que surge de algo que recién has comentado. ¿Qué significado tiene el reconocimiento por parte de la Corte Suprema de Israel de las conversiones no ortodoxas? O sea, en la vida práctica, en la vida diaria. Si alguien va al ministerio del Interior en Israel y su documentación de conversión no es la ortodoxa, ¿acaso le anotarán en la cédula que es judío?
– La Corte Suprema de Justicia dictaminó que conversiones aceptadas por una comunidad reconocida deben ser aceptadas por el Estado. Esta decisión se refiere a comunidades de las corrientes conservadora, reformista y reconstruccionista. Estas organizaciones en Israel decidieron limitarse a realizar conversión a personas que tienen residencia en Israel y por lo tanto documento de identidad israelí. El ministerio del Interior debe anotarlos en su documento de identidad como judíos.
Es interesante la reacción del ministerio bajo la administración del partido ultraortodoxo Shas que decidió que se anula en estos documentos el rubro de la filiación nacional.

– Pero además, hay aún diferencias entre las conversiones no ortodoxas y la que tú has hecho, laica. ¿Cómo las ve el Estado?
– Es cierto, hay diferencias desde el momento en que nuestra interpretación del judaísmo es diferente. Su perspectiva es religiosa. La nuestra es cultural. No sabemos cómo se expedirán las instancias estatales, ya sea las administrativas como las jurídicas a nuestra posición, ya que aún no se ha presentado solicitud de reconocimiento.

– Tú ya has dirigido un proceso de este tipo y me has comentado antes de esta entrevista, que la ceremonia resultó sumamente emocionante. ¿Qué detalles me puedes comentar al respecto tanto sobre la ceremonia en sí como sobre la persona convertida aunque entiendo que por ahora no desea que se revele su identidad?
– La organización que se ocupa de este acto de conversión/adopción es MERJAV que son las siglas en hebreo del Consejo de Rabinos Laicos de Israel (ya contamos con 18 rabinos graduados en Jerusalén). Hemos formado un tribunal de tres rabinos.
El caso al que te refieres es el de la primera ceremonia de este tipo que se realiza en Israel. Una pareja de judíos israelíes que adoptó a un niño de dos años y solicitó que realicemos la ceremonia de adopción a la familia y al pueblo judío. El tribunal entrevistó a la familia, se interiorizó de los motivos de esta solicitud, del carácter judío de la familia, y decidió aceptar la petición y declarar la incorporación del niño al seno del pueblo judío. La ceremonia se realizó en el seno de la comunidad de familiares y amigos de esta familia. Además se realizaron como actos simbólicos la «tvilá», es decir la inmersión en un manantial fluyente, y la «hatafat dam», es decir se sacó una gota de sangre del niño como símbolo del pacto con el pueblo judío.

– ¿En qué consistió el proceso de conversión secular? ¿Y cuál es su diferencia principal con la conversión tradicional ortodoxa y con la que realiza por ejemplo el movimiento conservador, masortí?
– La conversión ortodoxa jaredí (son los que dominan en los tribunales rabínicos oficiales) exige que la familia cumpla una forma de vida religiosa ortodoxa y que envíe al niño o niña a una escuela religiosa.
Los conservadores y reformistas enseñan cosas desde una perspectiva religiosa naturalmente liberal, es decir sin inmiscuirse en la vida de la familia. Pero exigen circuncisión (los reformistas en Estados Unidos no la exigen). Nosotros dejamos a decisión de los padres si circuncidar o no al chico. En este caso no quisieron circuncisión pero pidieron un acto simbólico (también la circuncisión lo es) y la gota de sangre fue la respuesta adecuada.

– ¿La religión no tiene presencia alguna en este proceso? ¿O se la interpreta de otra forma?
– Para nosotros el judaísmo es una cultura en la que las expresiones religiosas son sólo una parte. Nuestra interpretación es humanista libre de toda interpretación religiosa es decir que atribuye a sus valores a una fuerza superior que la transmitió a los hombres por medio de sus emisarios. En nuestra interpretación la cultura nacional judía es el resultado de la experiencia de un grupo humano durante unos 3.000 años a lo largo de los cuales pasó muchas modificaciones e interpretaciones y aún lo sigue pasando. Nosotros pertenecemos a este pueblo, grupo humano y cultural, y estamos convencidos que su capacidad de reinterpretar su cultura de acuerdo a la realidad a lo largo de los siglos es lo que lo mantiene vívido y vibrante.

– Creo que aquí es necesario preguntarte en qué medida las tradiciones, las costumbres algunas de las cuales pueden tener sus orígenes en la interpretación de los textos bíblicos, son para tí, para ustedes, una expresión religiosa. Te lo preguntaría con algún ejemplo concreto de las fiestas más recientes. Si en Yom Kipur, el Día del Perdón, un judío desea ayunar porque siente que es una tradición clave en un día muy especial del calendario judío, o inclusive ir a la sinagoga a escuchar Kol Nidrei o Unetané Tokef, pero no es una persona religiosa. ¿En qué marco estaría a tu criterio?
– Está en el marco de su decisión personal y como tal es totalmente legítima. Nuestra posición es absolutamente respetuosa de las decisiones de personas que se identifican con otras interpretaciones del judaísmo y exigimos que también las interpretaciones no religiosas (hay varias) sean respetadas. El intento de imponer una sola interpretación sobre todos es la receta para el anquilosamiento del pueblo judío. En estos momentos se está desarrollando un debate muy duro dentro del campo religioso ortodoxo si es que se debe imponer una sola Halajá, es decir una sola ley rabínica. En realidad hay varias. Sólo como ejemplo mencionaré algunas: la que se basa en el Shulján Aruj de Iosef Caro, la que se basa en el Mishné Torá de Maimónides, las que se basan en tradiciones diferentes de los judíos yemenitas, de los del norte de África, de los oriundos de Etiopía, etc. La diversidad es la característica de nuestra cultura nacional y el respeto es la clave para seguir manteniendo unido al pueblo. El lema es: unidad pero no uniformidad.

– ¿Quién determina los parámetros para una conversión de este tipo, secular?  O sea ¿en qué marco tú actúas con algo así?
– MERJAV que es parte del Movimiento Judío Humanista Israelí que está asociado a la IISHJ, Instituto Internacional del Judaísmo Secular Humanista en Estados Unidos. El programa de conversión que desarrollamos para adultos tiene un año de duración y contiene introducciones a diversos temas que consideramos esenciales para una primera aproximación: literatura clásica y moderna, calendario hebreo, ceremonias de vida, arte judío, hebreo, conocimiento sobre la realidad judía en Israel y en el mundo.

– Me hiciste acordar ahora de una apasionante entrevista que hice hace unos años al ex diputado y ministro de MAPAM Yair Tzabán, que me dijo que para él, su biblioteca de tesoros judíos incluye no sólo el Talmud sino también tesoros de la moral y la cultura occidental. No lo estoy citando palabra por palabra, pero sin duda ese fue el espíritu de sus palabras. Comento esto porque al oir la temática que mencionas, debo admitir que me parece un poco extraño que no haya nada de religión judía, para conocerla, no para imponerla. O sea, la ortodoxia peca si omite dimensiones no religiosas de la vida judía como si no existieran. ¿Pero no te parece que sumarse al pueblo judío sin conocer su historia y preceptos en lo que a religión se refiere, es presentar el cuadro de forma sumamente incompleta?
– El conocimiento es la base de la pertenencia a la cultura judía. Todos los aspectos de lo que denominas «religión judía» están registrados en el concepto de literatura judía clásica (TANAJ, Mishná, Talmud y toda la literatura que se creó en esas épocas y que no ingresaron al canon) y moderna, en el calendario judío, en las ceremonias de vida, en el arte judío y también en la realidad presente en Israel y en la diáspora.
El elemento determinante es qué interpretación vas a adoptar y cuál es la interpretación que más se adecua a nuestra realidad. La Biblia hebrea, el TANAJ, puede ser considerada como una fuente religiosa inapelable o como una creación literaria extraordinaria en la cual se pueden encontrar elementos vigentes aún hoy, como por ejemplo el séptimo día de descanso universal. Es interesante que también los sabios de la Mishná y el Talmud, JAZAL, lo consideraron como fuente en base a la cual se pueden hacer cambios, a veces de 180 grados.
Te daré un ejemplo: la pertenencia al pueblo de Israel y luego al pueblo judío en la época bíblica se determinaba por vía paterna. En la Mishná (aproximadamente siglo II e.c.) se determinó que sería por la vía materna por razones prácticas que los rabinos en aquel momento consideraron cruciales. Al pasar de los siglos comenzaron a agregarse interpretaciones religiosas y místicas que le dan a esta decisión un status de ser al menos «un mandato divino». En una perspectiva histórica podemos ver que los judíos de Etiopía mantienen la tradición de la vía paterna, al igual que los judíos karaítas. En la realidad presente es irreal plantear que un niño nacido de vientre judío es culturalmente diferente de uno nacido de vientre no judío. En realidad la diferencia la hace la educación que recibe en su hogar. Si la interpretación que vas a adoptar es la religiosa y mística corres el riesgo de rechazar a personas que son absolutamente judías y considerar como judíos a quienes no lo son.

– ¡Qué complejo y multifacético este tema, como tantos sobre la vivencia y condición judía! Efraim; ¿qué motiva a una persona que se quiere convertir al judaísmo en conversión secular?
– Querer ser parte del pueblo judío y de su cultura sin hacer concesiones en su idiosincrasia no religiosa y humanista. Ser judío, por ejemplo, como yo.

– ¿Entra en juego la posibilidad de cansancio o desesperación de la conversión ortodoxa?
– Entra en juego el desinterés o desacuerdo en tener que mentir y realizar declaraciones de fe religiosa que todos saben que no son ciertas para poder satisfacer a la entidad que tiene el monopolio y recibir el certificado de conversión.

– Sea como sea, entiendo que vuestra visión es que así como puede haber un judío que  quiere destacar su identidad como tal sin pasar por lo religioso, puede haber un no judío que se sienta atraído por la parte humana y cultural de lo judío pero no por lo religioso y quiera acercarse pues a lo primero.
– Justamente esta es la opción que nosotros ofrecemos. Deseo aclarar que no consideramos que esta es la única vía correcta para incorporarse al pueblo judío. Hay muchos caminos; este es sólo uno y la persona que desea incorporarse a nuestro pueblo puede elegir cuál es más adecuada para él.

– ¿Hay más gente en camino, en proceso, que se interesa por esta opción?
– Hay muchas personas que se interesan. Lamentablemente aún no disponemos de los suficientes recursos como para responder a la demanda, pero confío que llegaremos también a eso.

– ¿También en América Latina?
– También en América Latina hay interés en la conversión de acuerdo a esta perspectiva de la cultura judía. Recordemos que algunas décadas atrás esta visión del judaísmo constituía la columna vertebral de las vida comunitaria judía y de las importantes redes escolares. Actualmente debemos dedicar todas nuestras energías y recursos al proyecto de reestructuración: la organización en las diversas comunidades latinoamericanas de entidades que ofrezcan una opción de vida judía activa desde una perspectiva cultural libre de religión. Ya hay algunos comienzos importantes. El problema es que la dispersión y la falta de coordinación dificultan el desarrollo organizado y sistemático de entidades comunitarias que ofrezcan actividades culturales significativas también en el ámbito del calendario judío, como actividades que se realizaron por ejemplo en Yom Kipur en Montevideo y Buenos Aires, y de las ceremonias de vida como festejo de nacimientos, Bnei Mitzvá, casamientos, etc.
En estas semanas estamos tratando de coordinar un encuentro, probablemente en Montevideo, y con la centralización de organizaciones locales y de Brasil, Argentina y Chile. En definitiva la propuesta dirigida a todas las edades que surja de este encuentro planteará una alternativa para evitar el abandono de los marcos judíos por parte de considerables partes de nuestro pueblo: la asimilación, o mejor dicho desjudaización.

– Será interesante seguir el tema pues. Muchísimas gracias por tu tiempo.
– A tí por esta oportunidad.

Fuente: Semanario Hebreo de Uruguay

15 pensamientos en “Primera conversión laica al judaísmo

  1. En la Torá, la Halajá, el Talmud y todos los libros «religiosos» judíos (en realidad los observantes rechazan ser parte de una «religión», porque implica el seguimiento de un dogma) tampoco dicen que «Am Israel» (el PUEBLO de Israel, no «los creyentes» de Israel) son un grupo religioso. La separación del espíritu y el cuerpo nació recién con el helenismo. Pero hasta el judío más observante de los más ortodoxos te dice que el pueblo de Israel o el pueblo judío es exactamente eso… un pueblo, no una religión (por algo sos judío si tu madre lo es, no si crees o no, que además no importa porque en el Judaísmo lo importante es la acción, no la creencia). Lo que sucede es que, precisamente lo que diferencia a ese pueblo de otros, es la Torá. Pero para los observantes los judíos también somos un pueblo y no una religión.

    Respecto a la temática de aceptar las conversiones no-ortodoxas para tener garantizada la Ley del Retorno (algo que estaba en vigencia desde hace unos poquitos años, no solo ahora, cuando se reconocieron las conversiones reformistas o conservadoras) es problemática. No porque me importen los preceptos sagrados (soy laico, no como kasher ni nada de eso) sino porque cualquier tipo de un país pobre en África, Asia o Latinoamérica buscando un futuro mejor es capaz de someterse a una «conversión express» al Judaísmo con tal de poder inmigrar a Israel y tener las mismas garantías que un Olé judío. Eso me parece aberrante. Israel tiene que garantizar el cumplimiento de los derechos y obligaciones a TODOS sus ciudadanos, sean o no judíos, que nacieron allí. Pero la opción de otorgar la ciudadanía israelí a un extranjero debe ser solamente para los judíos, por una simple cuestión demográfica y moral. Israel no se creó simplemente para ser un país desarrollado o cosmopolita, sino para ser el hogar nacional hebreo, el Estado judío. Por eso me parece que Israel solamente debería reconocer las conversiones ortodoxas para otorgar el derecho al retorno, por el simple hecho de que los ortodoxos tienen prohibido convertir a un goi por motivos económicos, matrimoniales o inmigrar a Israel, es una verdadera conversión basada en el convencimiento absoluto del convertido de querer ser judío y cumplir con los preceptos divinos.

    En mi opinión personal, tampoco se debería contemplar solamente tener un abuelo judío para otorgar la ciudadanía israelí, porque eso no implica que el Olé en cuestión tenga una identidad judía o haya crecido como tal. Debería ser, como mucho, uno de los dos padres (aunque Halájicamente tiene que ser vientre judío).

    Lo siento Marce, pero en esta discrepo. Para garantizar el proyecto sionista debemos dejar algunas cuestiones del Estado – solo algunas – en manos de los expertos en el tema: los ortodoxos.

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    • Hola Andy, creo que est clara la discrepancia. Mi respuesta vuelve a ser mi comentario a la nota, y la nota misma. Para m, tu comentario es una buena expresin de la paradoja que describo. No necesariamente tiene solucin, por lo menos en esta poca, pero no por eso hay que negar que es contradictorio. Abrazos!

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  2. Shalom Marcelo,
    Yo soy goi, es decir, gentil o cualquier otro nombre que quieras otorgarme.
    Hace unos años añoraba con hacer giur, sin embargo, los tiempos y las circunstancias cambian.
    Hoy en día he aceptado que nací goi y que este es el camino que H´m me ha dado, tal vez, como extra, me regaló la fortuna de cruzarme en algún momento con el judaismo, sin embargo, los caminos de la vida, me limitan poder abrazar la fe y entrar a formar parte del pueblo judío.
    A pesar de ello, todos los días de me vida, nunca dejaré de expresar desde los más íntimo de mi alma, D´s es UNO.
    Yo estoy plenamente convencido, que un judío debe nacer de madre judía, en una familia y en un ambiente netamente judío.
    Acepto que existan las conversiones siempre y cuando éstas se realicen por el camino ortodoxo, porque pienso que la única que garantizael futuro prosélito, aceptará incondicionalmente la fe, la cultura y el estilo de vida judíos.
    No estoy en contra de este tipo de movimientos, sin embargo, enfatizo nuevamente, el giur ortodoxo, considero que es la opción más real, genuina y religiosamente viable para entrar y pertenecer al pueblo judío.
    Saludos.

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  3. Shalom
    Soy descebdiente de chuetas, siempre me he considerado judío o por lo menos yo me tengo por tal, no soy muy practicante, me interesa el artículo y sus connotaciones para conmigo, por lo que me interesa tal situación laica o humanista, ya que vivo en un lugar donde no hay manera de relacionarse con alguien reformista que me oriente.
    Me gustaría si hay alguna forma de relacionarme con ellos. Vivo al lado de la frontera de Francia en un pueblo vasco de pescadores llamado Hondarribia.
    Todá raba

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  4. Fe de erratas:

    «En mi opinión personal, tampoco se debería contemplar solamente tener un abuelo judío para otorgar la ciudadanía israelí, porque eso no implica que el Olé en cuestión tenga una identidad judía o haya crecido como tal. Debería ser, como mucho, uno de los dos padres (aunque Halájicamente tiene que ser vientre judío).»

    Quise decir COMO MÍNIMO debería ser uno de los dos padres judío. El tema del abuelo judío nació por la política racial nazi, que consideraba judío a todo aquel que tuviera al menos un abuelo judío y por ende digno de perseguir y exterminar. «Cuestión de sangre» decían, aunque no tenía ninguna justificación científica o antropológica de ningún tipo, probablemente era porque en ese momento se podía registrar hasta la tercera generación de ancestros. Entonces cuando se creó Israel se decidió que si nuestros enemigos te consideraban judío por tener al menos un abuelo de ese pueblo, entonces nosotros te vamos a proteger como si fueras uno de los nuestros. Después se mantuvo esa política porque, aunque fueran «medio judíos», los nuevos inmigrantes podían competir demográficamente con los árabes que en ese entonces tenían muchos hijos. Pero la verdad es que nada indica que un abuelo judío pase su identidad étnica o cultural a su nieto si todos los matrimonios que vinieron eran mixtos (yo diría que crece como goi), pero en Israel ocurre exactamente lo opuesto: los rusos que no son halájicamente judíos, terminan (ellos o sus hijos) asimilándose a un medio judío, por lo que crecen como tales. Pero si los ortodoxos tienen el monopolio de los casamientos, los entierros y otras cuestiones, por mas que hayan crecido como judíos, no serán reconocidos como tales en las estadísticas y cuando quieran casarse. Eso es contradictorio. Alguno de los dos se tiene que acomodar al otro para armonizar la identidad hebrea del olé y los hijos de olim: el Estado mediante nuevos requisitos para otorgar la Ley del Retorno o la ortodoxia que tiene el monopolio de algunas instituciones. Porque esta disparidad en la clasificación ha creado en Israel una minoría (4% aproximadamente o 300.000) conformada por descendientes rusos a quienes se les otorgó la ciudadanía israelí pero no son considerados judíos por las leyes rabínicas. Tampoco es cuestión de echarle toda la culpa a los ortodoxos… con verguenza me cuenta una olé de Argentina que se sintió indignada cuando en la Sojnut de Jerusalem vio a las rusas pidiendo ciudadanía con una cruz gigante colgando en el pecho. Las «leyes raciales nazis» ya no deberían ser un parámetro 64 años después de la independencia. Hay que asegurar que los olim son verdaderamente judíos.

    Aunque en realidad también la ortodoxia cambió sus definiciones. Históricamente el judío se definía por el padre (Abraham, Isaac, Yaakov… igual en el Islam), pero cuando empezaron los pogromos en Europa se cambió la Halajá para incluir en el pueblo judío a los hijos de las mujeres judías que habían sido violadas por cosacos. Por eso digo, creo que Israel debería reconocer como olé para otorgar la ciudadanía israelí a aquellos que tengan, como mínimo, un padre judío. Y si sucede que inmigran hijos de padres judíos pero madres goi (halájicamente no judíos), entonces que ellos sean convertidos rápidamente mediante un proceso fácil en el momento inmediato de pisar suelo israelí. Algo parecido hacen en Kiryat Moriá (vos te acordas Marcelo, donde está el Majón?) donde a los jaialim que son hijos de rusos (considerados halájicamente goi) les enseñan Torá para pasar fácilmente el proceso de conversión.

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    • Tu final habla de ignorancia, el cambio de la definición de judío no fue en la europa de los pogrom sino en Israel de los Romanos… ya la mishna define el judaísmo de vientre y no tiene nada que ver con la ortodoxia. La ortodoxia es un fenomeno de aprox. 200 años – poco para la historia judía –

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      • Mea culpa (jua). Perdón por mi ignorancia. La versión de que eso cambió durante los pogromos era mentira, un rumor infundado entre los laicos. Tienes razón, estuve investigando un poco y data de los romanos. En realidad la ortodoxia no existe. Existe Torá y Judaísmo Kasher (lo que llamaron «ortodoxia» aquellos que habían incumplido las leyes y las modificaron para hacerlas «adaptables» a su estilo de vida no-kasher, vale decir los reformistas y los conservadores, pero diciendo que cumplían las leyes divinas… aunque los conservadores de hoy son los reformistas de hace diez años).

        Yo no digo que cumplo las mitzvot y soy observante. Por lo menos lo admito (no es que me declare ateo tampoco). Soy laico y como cerdo, pero si quisiera cumplir las mitzvot y aprender Torá, iría a un lugar kasher… Sukat David en Buenos Aires por ejemplo. Repito que soy laico, pero tengo perfectamente claro que el Judaísmo y la Torá – por mas que los ashkenazim coman pescado y los sefaradim lajmacun – es UNO SOLO. El Judaísmo no es religión (es lógica, no seguimiento de un dogma). La Halajá no es «interpretación rabínica» y el Judaísmo no es un supermercado donde cada uno toma lo que quiera para su beneficio personal.

        Saludos

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      • La anécdota de que el tema del vientre y la identidad judía materna nace con los pogromos en Europa es un mito infundado tan falso como el de la «sabanita» que supuestamente usan los observantes para tener relaciones (cuando tenía 12 años lo creía). Puras estupideces. Aunque me gustaría saber por qué se cambió durante la ocupación romana la mishná para determinar la «ley del vientre». Sería interesante desde un punto de vista antropológico y del estudio del Judaísmo.

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  5. Respecto a los que citan la amenaza demográfica árabe para permitir la entrada de «medio-judíos», también se puede decir que es un argumento obsoleto. Dejando de lado los palestinos (que no son ciudadanos israelíes ni parte de Israel), los árabe-israelíes aumentan su porcentaje entre la población israelí cada año solamente un 0,1%, cuando en 1997 era 0,7%. Y la tendencia sigue bajando, gracias a la mejora del nivel de vida entre la población árabe. Mientras que los jaredim y datim leumim aumentan cada vez más su tasa de natalidad. Sería útil ver un futuro Israel lleno de datim leumim ya que, a diferencia de los jaredim (muchos de los cuales son una carga para el Estado), son fervientes sionistas, derechistas, patriotas, van al ejército, trabajan y pagan sus impuestos.

    De todas formas hay que seguir trabajando para que los árabe-israelíes tengan cada vez menos hijos y su tasa de natalidad promedio sea igual o inferior a la judía. También ayudaría implementar en un futuro acuerdo de paz con los palestinos el intercambio territorial y poblacional con la Autoridad Palestina, que propone Israel Beiteinu y a la larga todos lo aceptarán (aunque ahora sea «políticamente incorrecto»)… nosotros les damos las poblaciones árabes cercanas a la Línea Verde (sus habitantes tendrían que cambiar su ciudadanía israelí por la palestina) a cambio de los grandes bloques de asentamientos judíos en Judea y Samaria al oeste de la valla de seguridad. Aunque ellos nunca lo aceptarían. Primero porque lo único que quisieron siempre es joder a Israel y segundo porque, a pesar de que los árabe-israelíes se identifiquen como palestinos y proclamen odiar a la «pérfida identidad sionista», saben que viviendo en un Estado palestino no tendrían ni la décima parte de las subvenciones, sistema de salud, educación, trabajo, prosperidad, sueldo y nivel de vida que les garantiza el Estado israelí (otra muestra de que el «materialismo histórico» marxista es una farsa, porque los árabes siguen privilegiando su identidad étnica y nacional sobre cuestiones económicas, igual que los judíos y la inmensa mayoría de los pueblos del mundo). Eso me molesta enormemente. Hipocresía pura se llama. Los habitantes de Umm al-Fahm y Nazareth quieren la chancha, los veinte y la máquina de hacer chorizos (el que no es argentino no entenderá la frase).

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  6. Siguiendo con el último comentario, desearía que el problema de identidad de los árabe-israelíes fuera una simple cuestión de «doble lealtad» (vale decir, un judío argentino que es leal a Israel y la Argentina al mismo tiempo). En el primer caso se trata de única lealtad… un árabe con ciudadanía israelí que goza de las mismas oportunidades y beneficios políticos, civiles, sociales y económicos que el resto, pero odia el país donde vive y es leal al enemigo que lo quiere borrar del mapa. Con el debido respeto a los izquierdistas israelíes, creo que se debe implementar el plan de Lieberman en cualquier acuerdo de paz futuro… no para quitar ciudadanía, sino para intercambiar territorios con la Autoridad Palestina para que la mayor parte de los habitantes árabes de Israel queden en territorio palestino y su ciudadanía israelí sea reemplazada por una palestina sin tener que moverse de su hogar. Así serán verdaderos palestinos como ellos dicen ser, les guste o no. Si fuera por mí le entregaría Umm al-Fahm enterita a Mahmud Abbas.

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  7. Noticia relacionada: El ejército israelí envió órdenes de enrolamiento a judíos ultraortodoxos

    Bien por Tzahal. La sangre de los jaredim no es más valiosa que los jilonim y datim leumim. Ser ciudadano y parte de un país maravilloso como Israel no solo implica derechos, sino también obligaciones. Quien no está dispuesto a defender su libertad, no la merece.

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  8. Hola. Me gustaría saber si existe una comunidad de este tipo en España y, sobretodo, si este tipo de conversiones son reconocidas por el Estado de Israel, es decir, si conviriténdote a través de esta comunidad te reconocen como judío y tienes derecho a hacer aliyah. Si pudieras decirme donde dirigirme para obtener esta información te lo agradecería,

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  9. Bien lei todo el articulo y todos los comentarios. Lastimosamente existen personas perjuiciosas al querer aceptar a un latino o africano en Israel. Se dan cuenta es por eso que Israel es atacado por todos l9s que vivimos fuera de Israel sufrimos esos ataques de los no judios. Israel debe aceptar a todos los judios del mundo. En la.Torah dice claramente no recordaras a un converso que es converso yo soy reformista declarado mi Rabino el Dr. Peter Tarlow me enseño cosas diferentes a lo que mucha gente habla aca. Que solo lamortodoxia vale es ilogico dar mas poder a la minoria que maneja a su gusto la religion siendo que el ser judio no es ser parte de una religion es ser parte de una nacion de una cultura un idioma una gran familia. Me apena leer a personas que nacieron judios de vientre judio no acepten a judios conversos ed una verguenza ajena que no la soporto. Asi es que nos acabaran los enemigos. Para mi uno es judio.por que se convertio al.judaismo por cualquier movimiento y si es nacido de padre judio o madre judia es judio es mi libre derecho de opinar muchos no compartiran mi opinion solo respeto a los demas asi espero que lo hagan con mi opinon.

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