Comunidad judía de Palestina: ¿por qué no?

POR MARCELO KISILEVSKI

Por primera vez en las negociaciones sale a la luz la posibilidad de que los colonos judíos en los asentamientos en los territorios de Cisjordania, aquellos que no sean anexados a Israel, permanezcan en sus casas y vivan como ciudadanos comunes del futuro estado palestino. Esta vez es la reacción palestina la que pone de manifiesto una de las grandes paradojas del proceso negociador. 

JudiosArabes

«Vecinos llaman a la paz». Judíos y árabes manifiestan por la convivencia del lado israelí. ¿Próximamente en Palestina?

La noticia fue tapa ayer, cuando la agencia de noticias francesa AFP citó a una alta fuente gubernamental según la cual el premier israelí Netanyahu «cree que en la paz, así como en Israel existe una minoría árabe, no existe razón lógica para en el estado palestino no haya una minoría judía, y que a los judíos que viven hoy en Judea y Samaria (Cisjordania) se les otorgue la posibilidad de quedarse allí».

Por estas playas todos, a uno y otro lado de la Línea Verde, pusieron el grito en el cielo, y ahora veremos las razones. Pero cabe recordar que la incógnita de «qué hacer con los colonos» ya flota en el aire desde el primer día en que Israel, de la mano de Ehud Barak en Camp David versión 2000, instalara el principio de «intercambio de territorios».

Según este principio, Israel anexaría ciertos bloques de asentamientos, cercanos a la Línea Verde, y entregaría todo lo demás. El cálculo grueso es de integrar a Israel a unos 150 mil colonos, y nada se decía de los restantes 200 mil. A cambio, Israel entregaría a Palestina, territorios actualmente bajo soberanía israelí, pero no poblados.

Con los años hubo insinuaciones de escenarios futuros. Se dice que si Ariel Sharón no hubiera caído en coma, habría continuado la retirada unilateral también en Cisjordania. Y que si su continuador Ehud Olmert no se hubiera enredado en la aventura de la Guerra del Líbano II en 2006, habría puesto en marcha un plan que ya tenía nombre: Operativo Convergencia.

En 2008, Olmert mostró al presidente palestino Mahmud Abbas (Abu Mazen) un mapa con ocho bloques de asentamientos que serían anexados por Israel y los territorios que serían entregados a cambio, a Palestina. Abbas pidió consultarlo, pero Olmert le dijo que era la línea roja y rehusó entregarle el mapa secreto, que fue filtrado por el diario Haaretz. Como quiera que sea, si bien el mapa de Olmert implica anexión, también significa la disposición tácita a renunciar a todo lo demás.

Un fantasma recorre Cisjordania

Ya el entonces presidente norteamericano George Bush hijo, durante el mandato de Ariel Sharón, había dado su beneplácito a Israel para la anexión -siempre a cambio de otros territorios- de tres de dichos bloques: Gush Etzion en el sur, Maalé Adumim al este de Jerusalén, y la ciudad de Ariel y alrededores en el norte de Samaria. Desde esa posición negocia desde entonces Israel: la anexión de los bloques es explícita; la renuncia a 200 mil colonos y sus asentamientos es tácita, pero siempre estuvo ahí.

El único que parecía advertir el problema parecía ser el Rabino Menajem Fruman de Tekoa, en el sur de Cisjordania, que hablaba de paz con imanes musulmanes, y que proponía la permanencia de los colonos en sus casas en un futuro arreglo.

Fuera de eso, el interrogante flotaba como un fantasma del que nadie hablaba: qué hacer con los colonos, pues, a la luz de la Desconexión de Gaza en 2005, queda claro que será técnica y políticamente imposible evacuar a todos. De repente sale la voz oficial: es un interrogante que habrá que resolver, dijo la fuente del Despacho del Primer Ministro en Jerusalén, y el premier no se opone a que permanezcan en sus lugares bajo soberanía palestina. Nada dijo de qué ciudadanía habrían de adoptar, ni de miles de detalles más, pero la piedra ya fue lanzada.

Del lado israelí, la derecha ya se ocupó de poner a Netanyahu en el banquillo de los acusados de alta traición. Naftali Bennett, líder del partido religioso nacional «La Casa Judía», miembro de la coalición, dijo que «las palabras citadas son muy graves y demuestran una pérdida de cordura y de valores. Dos mil años de añoranza por Eretz Israel no pasaron para que vivamos bajo el gobierno de Abu Mazen». Así se refirieron también personeros del ala derecha del propio Likud, como el vice ministro de Defensa Dany Danón y el vicecanciller Zeev Elkin, que hace ya un buen tiempo se la tienen jurada al titular de su partido.

Con todo, y a pesar de que como siempre no ofrecen solución alternativa al embrollo, las reacciones de la derecha israelí son previsibles. Lo que grita al cielo, en cambio, es la reacción palestina. El jefe del equipo negociador palestino, Saeb Erekat, fue contundente: «Todo aquel que hable de dejar a los colonos judíos en el estado palestino, de hecho está diciendo que no quiere un estado palestino. A ningún colono le será permitido permanecer en el estado palestino, ni siquiera uno, dado que los asentamientos son ilegales y la presencia de los colonos en territorios ocupados es ilegal».

Es decir: mientras que Israel mantiene la igualdad de derechos de su minoría árabe, mientras también se le exige recibir a los refugiados palestinos, a los palestinos les está permitido negarse a poseer una minoría judía en su futuro estado, y las razones escapan a toda lógica.

Cuando el débil siempre tiene razón

¿Qué pasaría si los judíos que actualmente viven en territorio de lo que será el estado palestino pasan por un proceso de integración, anulando las desigualdades y ateniéndose a las nuevas leyes? Algunos dirán que se tratará de una minoría hostil, pero recordemos que la mayoría musulmana en el futuro estado palestino tampoco les será exactamente amigable. Así que dejemos eso por un momento y hablemos de principios.

Las negociaciones entre Israel y el futuro Estado de Palestina son las únicas en las que las exigencias de una parte son que millones de habitantes propios, pasen al territorio del adversario. En efecto, los palestinos tienen muchas exigencias que implican traslado masivo de población, luego que durante décadas vienen denunciándolo como violatorio de los derechos humanos: nos solamente millones de palestinos a los que llaman refugiados (a los que se han negado sistemáticamente a integrar, dar bienestar, vivienda, etc.) deberán pasar a Israel, en el marco del derecho al retorno palestino, sino que cientos de miles de judíos deberían abandonar Palestina y retornar al lado israelí.

Cuando se señala que la postura de Abu Mazen y Saeb Erekat de que «ningún judío permanecerá en territorio palestino» rememora el Judenrein de Hitler, los propalestinos se rasgan las vestiduras: no se puede comparar a Hitler con Abu Mazen. ¿Por qué? Porque los palestinos son la parte débil y Hitler era el poder, y porque los colonos viven como reyes y armados hasta los dientes, hacen vandalismo, etc. Pero en el marco de la paz, esto será modificado y los palestinos pasarán a ser el poder. Mientras tanto, en el altar de la debilidad palestina, la izquierda cae en la justificación de todas las atrocidades palestinas, tanto las de violencia física como las de violencia retórica. Y esto es violencia retórica.

A mis amigos de la izquierda les digo: la debilidad no otorga automáticamente la razón. Pues lo que están planteando los palestinos es un escenario para cuando dejen de ser débiles, para cuando posean en sus manos una maquinaria estatal igual a la de cualquier país, con poder para reprimir, para controlar, para dar ciudadanía o expulsar, para dar bienestar o para decidir sobre la vida y la muerte de sus habitantes. Yo también quiero el estado palestino y que dejen de ser débiles. ¿Pero qué diremos entonces de su ideología de no permanencia de judíos?

Los colonos deberán pensar qué harán en la perspectiva, por ahora lejana, de un estado palestino que quizás los incluya. Los palestinos, por su parte, deberán dar explicaciones: ¿por qué se oponen al nacimiento de la comunidad judía de Palestina?

12 pensamientos en “Comunidad judía de Palestina: ¿por qué no?

  1. Por un Estado Único Palestino Judeocristiano

    roberto dante – Lanús, Argentina –

    El fundamentalismo de Netanyahu es tal, que ya le impidió ver “la salida” que le estaban ofreciendo Mahmoud Abbas y John Kerry. ¿A quiénes representan…?
    Creo que buscan un “Sello” de goma que certifique un estado de límites tan
    comprimidos que solo sea ocupado por la “Nueva Burguesía de Palestina”, que negocia con Israel. ¿Por qué Negocio y Traición son siempre amantes inseparables?

    Porque están en las bases de la reproducción capitalista. Se necesitan.

    La mal llamada “cuestión Palestina” no es tal. Los palestinos no fueron
    consultados sobre la división de su territorio, son los agredidos enfrentados
    con la “cómplice” diplomacia de la ONU. Se debería decir la “cuestión sionista”; porque son los agresores que impusieron su proyecto colonialista bajo el ala protectora de Inglaterra.

    No es sorprendente leer, semana a semana, que en Israel se aprueba la construcción de viviendas para colonos en territorios palestinos. A este disparate (como expresión de poder), sumemos el de la permanente demonización de Irán y los últimos bombardeos israelíes sobre tierra Siria.
    Este tortuoso accionar aprobado por Netanyahu parece indicarnos una gran desorientación en la política internacional de Israel.

    Para el sionismo, la actualidad de Oriente Próximo le es tan adversa que los asusta; por lo cual se comprende el artículo publicado en “e-Periódico.com” firmado por ALON LIEL (Ex Director General del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel). En él, Liel, expresa su desacuerdo con Netanyahu, y pide por un estado palestino (concuerda con La Liga Árabe y -la inexistente- Autoridad Palestina), y sostiene que la política actual de Israel los “deja sin proceso de paz,…, sin visión de futuro y sin esperanzas”.
    Es miedo, que está resquebrajando la solidez que siempre manifestó el sionismo.

    Un dato para aumentar su depresión: Por lo leído en innumerables medios
    europeos, estadounidenses, árabes e israelíes; “la mayoría de los Palestinos no aceptarían un estado con fronteras de 1967″. Mal que le pese a Alon Liel y a “los cándidos” Laboristas de Israel.

    Si en Oriente Próximo no borran lo hecho desde 1948, no tienen futuro de paz.
    Es vivir en convivencia, aceptando las diferencias culturales o es morir por
    los fundamentalismos que sostienen los Grandes Poderes Internacionales.
    Para ellos “la guerra” siempre fue un gran negocio.

    Pronóstico muy duro; pero mucho de lo que se diga fuera de este encuadre, puede ser “pescado prohibido”.

    Me gusta

  2. Marcelo, algunas cosas al margen de que las soluciones tendrán que ser mas pragmáticas que justas como siempre en toda situación de conflicto político. Los árabes israelíes no son colonos impuestos por un estado, que ocupa ilegalmente territorios, desplazan habitantes, les usan el agua etc. Esa es una diferencia importante. Independientemente de la posibilidad de traslado de 400 mil colonos, es absolutamente legitimo que los palestinos reclamen el territorio libre de colonos, no es «judenfrein» ni Abbas es Hitler. Los franceses no se quedaron en Argelia ni los belgas en el Congo y no por eso sus dirigentes eran nazis. Creo que la cuestión no es débil – fuerte solamente sino colonizador – colonizado. Igual ¿Cuántos colonos se quedarían en un estado palestino? la gran mayoría de ellos son racistas, chauvinistas y odian a los palestinos. ¿Cómo sería que esa población no sea hostil y se conviertan las colonias en enclaves del estado de Israel en Palestina? tampoco seamos ingenuos. Los palestinos, descuidá no van a ser «los fuertes» cuando tengan un estado pequeño, inviable, pobre, sin infraestructura, frente al sexto ejército del mundo y un país con un desarrollo europeo. No tendrán un especial poder por tener un estado que en muchos sitios ya tienen y no por eso inclinan demasiado la balanza. La situación es compleja, pero no ayuda mostrar por igual la «intolerancia de la derecha israelí y de la dirigencia palestina» cual teoría de los dos demonios. El eje sigue siendo colonizador-colonizado y espero que el estado de Israel algún dia se saque esa ancla de encima que nada contribuye al pueblo judío.

    Me gusta

    • Guille es difícil el debate cuando los debatientes hablan desde paradigmas encontrados. Vos entendés todo en términos de fuertes y débiles, llamalo colonizadores y colonizados, centro y periferia, imperialistas y oprimidos. Es una visión vieja, gastada. Sin ir más lejos, no podés comparar los imperialismos decimonónicos, que consistían en dominaciones militares y administrativas, con la inmigración de un colectivo que se ve a sí mismo como pueblo. Los franceses se fueron de Argelia porque eran soldados y burócratas del imperio. Acá estás hablando de familias con una fe tan legítima como la de los adversarios. Tampoco podés hablar de colonización y usurpación de una tierra cuando desde todo punto de vista de ley internacional no había soberanía previa en esos territorios y sólo a partir de 1967 se habla de entregar (no de «devolver») los territorios a los palestinos. Si no hay soberanía previa, no hay usurpación. Cuando era Jordania la presencia en Cisjordania, nadie hablaba de «ocupación» ni de «colonización» y no por casualidad. Fue una terminología -así como la de «pueblo palestino», y la aplicación del paradigma «centro-periferia» al caso sionista que hasta ese momento era considerado un movimiento de liberación nacional con todas las letras marxistas y libertarias- que se fue pergeñando a posteriori, y que muchos, vos entre ellos, compraron.Fijate hasta qué punto compraste, que ni siquiera la creación del estado palestino te va a hacer bajar el dedo acusador: el estado de Israel, de «desarrollo europeo», seguirá siendo culpable de la debilidad del estado palestino por siempre jamás. El enfrentamiento, en realidad, se basa en el rechazo de un colectivo a la presencia del otro, por lo menos con iguales derechos legales. Uno -el árabe- fue el agresor, el que se negó a compartir la tierra, el que le adjudicó sacralidad islámica bajo una ideología y un reclamo que nada tenía que ver con centro-periferia, izquierdismo y justicia social, como les gustaría a los de tu facultad, sino con nacionalismo y religión. Pero como religión es «superestructura», los palestinos están haciendo la lucha de clases sin darse cuenta, porque aún no han desarrollado «conciencia de clase», un pensamiento central en la doctrina marxista, pero que es de un paternalismo etnocéntrico tan repudiable como aquel racismo decimonónico que dio origen al mentado imperialismo. Sólo que las categorías materialistas no alcanzan para explicar el quilombo en el que se metieron los palestinos, un quilombo económico, político, religioso y mental, que es tan intrincado, que a vos desde lejos no te queda otra que traducirlo en términos de «colonialista y colonizador» porque así entendés el mundo. Pero sin el componente religioso no podés entender, por ejemplo, que Hamás siga lanzando misiles cuando la ocupación ha terminado en Gaza hace ya 8 años. Y que el bloqueo israelí es la consecuencia de los Qassam, no su razón. Si no, no podés entender que con Gaza sigue la violencia y con Cisjordania hay una paz de facto que ya dura 9 años. La situación actual no es ideal ahora para uno de los bandos del conflicto, es desigual, pero no es colonización. Debe terminar para bien de ambos pueblos, en eso estamos de acuerdo, pero no es colonización. La postura de la izquierda setentista y rancia que estás esgrimiendo te lleva a calificar a «todos los colonos» como racistas y chauvinistas, porque eso es lo que ves por la tele. Pero la mayoría están allí por motivos económicos, y se irán pacíficamente si el estado así lo decide. Está en las encuestas, pero eso no encaja en tu lectura colonizador-colonizado. Los judíos que queden deberán ponerse las pilas y ser ciudadanos fieles y mansos del estado palestino. Deberán perder sus privilegios y atenerse a la protección de la policía palestina. Eso es lo que se está planteando, pero para vos es más cómodo dar por sentado que serán «enclaves israelíes», cuando nadie dijo eso, porque encaja más en tu lectura «colonizador-colonizado» por siempre jamás. El conflicto es de reconocimiento mutuo. Los israelíes están dispuestos a reconocer al estado del pueblo palestino desde 1993. Los palestinos no están dispuestos a reconocer al estado del pueblo judío. Explicame ahora eso en términos de colonizador-colonizado, pero no creo que puedas. La simetría debería ser obvia, pero no lo es, como tampoco es el conflicto por territorios y agua. Si el tema fuera de territorios y agua, hace tiempo que tendríamos paz. Por ejemplo, desde 1947 cuando un colectivo (no un imperio colonizador) aceptó el arreglo, y el otro lo rechazó y agredió con agenda de matar. Por ejemplo, en Oslo, cuando Arafat firmó y siguió alimentando a las organizaciones terroristas con el dinero de los países donantes. Por ejemplo en Camp David en 2000, cuando Arafat se negó a firmar y condujo a su pueblo a más violencia innecesaria, en lugar de, como máximo, rechazar y seguir negociando. Por ejemplo en Annapolis, cuando Olmert llegó con todo y mapas. Por ejemplo con la Desconexión cuando de verdad no quedó un solo judío en Gaza y el Hamás siguió lanzando misiles como lo venía haciendo desde 2001. Y siguieron tirando porque el conflicto no es por territorios, sino por rechazo de toda soberanía no musulmana en Dar El Islam. Como lo dije mil veces, la disposición israelí al reconocimiento ha tardado, pero está; la disposición palestina a reconocer el estado del pueblo judío, no. Como dijo Erekat el «democrático»: «Nunca, pero nunca, y reiteramos nunca, reconoceremos la naturaleza judía de Israel». ¿Y eso? Israel tiene que aceptar el estado del pueblo palestino pero a los palestinos les está permitido no reconocer al estado del pueblo judío? ¿Por qué? ¿Porque son los débiles, los colonizados? Como diría mi abuela, guei kakn. Ahora, el mismo Erekat rechaza la presencia de «siquiera un solo israelí», y no diferenció entre gente de buena voluntad y colonos violentos. De nuevo: guei kakn. Yo quiero dos estados: uno judío y otro palestino, que los colonos violentos sean excluidos en la ecuación, incluso encarcelados si es lo justo, y que judíos pacíficos sean aceptados en el estado palestino. Pero Erekat y Abbas primero echan a la mierda a todos los judíos y después preguntan quién es quién. Eso debería prenderte una luz roja, pero se correría de tu lectura de colonizador-colonizado. Un colonizado al que todo parece estarle permitido desde la empática izquierda europea y latinoamericana setentista, porque es «resistencia». Yo quiero dos estados, y sí, que ambos sean «desarrollados a la europea», con socialdemocracia, buenos negocios, desarrollo tecnológico, posibilidades de crecer, en paz cada uno con el vecino, y donde cada uno trate con respeto e igualdad civil a su minoría árabe y judía respectivas. Pero Erekat, Abbas le reclaman democracia y tolerancia sólo a Israel sin sentirse comprometidos a practicarla a su vez. Respuesta de la izquierda ética y humanista: no se puede imponer la democracia a los pueblos no occidentales, ni se pueden aplicar categorías occidentales a culturas que no lo son. Very convenient. Porque toda la idea parece ser la descalificación de Israel como expresión de la autodeterminación del pueblo judío. Por eso estará en el lado de los malos, no importa cuánto se retire ni cuántos estados palestinos sean creados. Eso es lo que estás comprando cuando comprás argumentos antisionistas setentistas ya superados. Es un operativo descalificador que se perpetra con una doble vara (para algunos «derechos humanos»; para otros «multiculturalismo») que termina siendo doble moral. Es ahí donde digo, que el debate es imposible.

      Me gusta

      • Marcelo, creo que vos mismo levantaste la entrevista a Tzipi Livni donde lo decía con todas las letras: Se trata de un divorcio. Y los divorcios son así, plagados de litigios por la letra chica, de extorsiones emocionales y cualquier cosa con la que se le pueda tirar a la contraparte. Guillermo señaló una cuestión de pragmatismo y hasta de realpolitik. Si fue posible la desconexión en Gaza, también será posible realizar otros movimientos poblacionales más grandes (la historia Europea del último siglo y medio está llena de ejemplos). Y pretender otra clase de respuesta por parte de Erekat sería una ingenuidad. Por lo pronto, valga como para introducir la cuestión en la agenda propia. Saludos

        Me gusta

      • Javier, planteás algunas cosas muy interesantes. ¿Esperar pronunciamientos en pos de la paz por parte de Erekat es una ingenuidad, pero declaraciones belicistas de Netanyahu o de Bennett deben ser repudiadas porque muestran sus verdaderas intenciones? Hanán Ashrawi, una líder de la segunda línea de la dirigencia palestina habló mucho mejor: en el estado palestino, dijo, todo judío o cristiano que quiera solicitar la ciudadanía palestina, para vivir en paz y cumpliendo la ley, será bienvenido. Yo espero lo mismo de Erekat y Abbas. No esperarlo, es lo ingenuo, porque estás dejando tender minas muy explosivas en el camino de las negociaciones, que van a estallar después, muy pragmáticamente hablando. ¿Y por qué no esperarlo?¿Porque no se puede esperar otro discurso de los palestinos, que tienen su cultura y bla bla? Pero resulta que Ashrawi habló muy bien, y es tan palestina como Erekat.

        Y lo más interesante de tu coment: ¿Traslados de poblaciones son permitidos? ¿O violan los derechos humanos? ¿Tal vez son permitidos cuando se trata de colonos judíos, pero no cuando se trata de los refugiados palestinos? Fuera de los «Jóvenes de las Colinas» y otros extremistas (que son los únicos que salen por TV y por lo tanto los únicos que ustedes conocen, y eso ya les hace pensar que entienden algo), los colonos son una población civil, con mamás, papás, chicos que van a la escuela y que viven ahí por un ideal, con el que vos y yo podemos no estar de acuerdo, pero la mayoría de ellos son gente pacífica y normativa, la mayoría de los cuales compraron sus casas porque era más barato. Pero vos no tenés problema en expulsarlos sin más ni más. De verdad, muy interesante. Ustedes los «pragmáticos de un solo lado» se tienen que poner de acuerdo. ¿Los traslados forzados de poblaciones violan los derechos humanos o no? O los violan para todos, o son permitidos para todos. Y todavía hay que discutir qué originó el éxodo palestino. Ah, sí, una guerra en la que la parte árabe fue la agresora. Y no, trasladar forzosamente a 200 mil personas no es fácil porque ya se hayan trasladado 8 mil. No veo mucho pragmatismo en tu razonamiento. Pero suponiendo, ¿qué me decís entonces de la propuesta de Liberman? Él habla de correr el trazado de la frontera entre Palestina e Israel para que abarque al Triángulo, con una población palestina de ciudadanía israelí de unas 150.000 almas. La mayoría de ellos se autoidentifican como palestinos, y se oponen al Estado de Israel y al sionismo. No los estás trasladando, no les estás quitando la ciudadanía, se quedan con sus propiedades, con su autonomía cultural, con su idioma, y les agregás otra ciudadanía más: la palestina. Sin moverlos de sus casas, les estás permitiendo cumplir su ideal de ser parte de la realización nacional palestina. Pero ellos -y la izquierda occidental, siempre tan empática para un solo lado- rechazan la idea, porque lo llaman «exclusión». O sea, ahora quieren que el estado sionista, al que condenan, los incluya. «¡Ah, no» -dicen-, «hasta aquí llegamos! Ellos son árabes, entonces hay que hacerlo con su consentimiento, y es ingenuo esperar que acepten. Imponérselos, es una forma de violencia». Otra vez te presento a mi bobe: guei kakn. ¿Entendés cuán complejo es todo esto y cuánto están hablando ustedes desde prismas ideológicos que no les permiten ver con claridad, cayendo en la doble moral, y emitiendo opiniones desde posturas emocionales de bien y mal contrahechas, y no racionales, pragmáticas ni complejizantes?

        Me gusta

      • Te felicito por la calidad de la respuesta. Comparar los derechos de los colonos judios sobre territorios en disputa con la colonizacion francesa de Argelia es un reduccionismo intelectual de matriz antisionista.

        Me gusta

  3. Te felicito Marcelo por tu artículo y tu último comentario. Acuerdo en todo, pero te corrijo una sola cosa: el 80% de los asentamientos permanecerá bajo soberanía israelí en un acuerdo de paz, porque están ubicados en los grandes bloques (Ariel, Immanuel, Ma’ale Adumim, Gush Etzión, Modi’in Illit, etc) cercanos a la Línea Verde, con poca población árabe y que ocupan menos de un 8% del territorio de Judea y Samaria. Es por el 20% restante que me preocupo. Judíos en lugares como Bet El, Itamar y Hebrón. No me parece infundado el miedo de Bennett, teniendo en cuenta que, históricamente hablando, cuando los judíos están a cargo, ninguna minoría es aniquilada, pero cuando los palestinos estuvieron a cargo, los judíos son asesinados. Espero que las cosas cambien.

    Que Israel sea un Estado judío de ninguna forma impugna los derechos civiles de los no-judíos viviendo allí, en contraste con la forma en que los palestinos contemplan su futuro Estado (Judenfrei con lisa y llana limpieza étnica, hasta que el último judío sea desarraigado). Nótese que en ningún momento los funcionarios palestinos (y estos son nuestros «moderados socios para la paz») dijeron que permitirían vivir a los judíos en su territorio como ciudadanos palestinos con los mismos derechos siempre y cuando obedezcan la soberanía y leyes palestinas (hubiera sido más comprensible), sino que niegan la posibilidad de que haya presencia judía en un territorio en el cual los judíos han vivido solamente por los últimos 4000 años. Y si hay colonos judíos que se niegan a recibir la ciudadanía palestina, están en todo su derecho como hay tantos árabes en Jerusalén Oriental que se niegan hasta el día de hoy a recibir ciudadanía israelí… y eso que son bastante más violentos que muchos colonos radicales (he visto cómo en el barrio de Shuafat emboscan vehículos israelíes y los revientan a piedrazos).

    La otra opción es que, por una cuestión de reciprocidad, si los judíos en el territorio del futuro Estado palestino tienen que ser evacuados por la fuerza, también Israel evacúe por la fuerza a los árabes israelíes. Me parece igual de injusto y escandaloso en ambos casos.

    Y otra cosa… ¿cómo es eso de que los árabes israelíes en el Pequeño Triángulo, que se identifican ellos mismos como palestinos, lanzan el grito en el cielo cuando, en el marco de un intercambio de territorios con la Autoridad Palestina, se niegan rotundamente a formar parte del futuro Estado palestino, aunque eso no implique tener que moverse de sus casas ni un milímetro?

    Esto es un mentís fulminante a la acusación de que Israel es un Estado apartheid que oprime a sus ciudadanos árabes. Señores antisionistas: ¡ellos mismos exigen vivir en el monstruoso Estado sionista! Y cuando este Estado, opresor y expansionista e impío, les propone que pasen a ser ciudadanos palestinos SIN MOVERSE DE SUS CASAS, se niegan a los gritos. ¿Cómo se explica?

    Me gusta

    • Andy querido, no sé si alegrarme o preocuparme cada vez que me felicitás por mis artículos 😉 De todos modos gracias. Acordate nada más que siempre están escritos desde mi línea tradicional de apoyo a «dos estados para dos pueblos», y si eso me encuentra del mismo lado que Bibi, al menos en sus virajes discursivos hacia el centro-izquierda, bienvenido sea. Y también bienvenido seas vos si en tus tribulaciones sobre qué asentamientos anexar, estás reconociendo también, «by the way», la misma fórmula de compartir la tierra con el pueblo palestino. Lo mismo que le pasa a Liberman cuando habla de «dar el Triángulo al futuro estado palestino». En cuanto a tu corrección, te la corrijo yo a mi vez. La anexión de todos esos bloques de asentamientos era una expresión de deseos de Sharón y Olmert, y ya ni siquiera es la posición israelí en las negociaciones. Como dije en la nota, en una carta de George Bush Jr. a Sharón allá por principios de los 2000, le mandó una carta donde le «concedía» el apoyo norteamericano a la anexión, en el marco de intercambio de territorios, de Gush Etzion, Maalé Adumim y alrededores, y Ariel y alrededores. Eso parece ya estar instalado, al punto tal que Bibi está tratando de tirar de la soga y agregar uno más: Bet El. El problema, como dijeron los analistas, es que Bet El puede ser todo lo importante que quieras para el pueblo judío, pero no llega a la categoría de «bloque». Y como quiera que sea, todavía los palestinos ni siquiera reconocieron el principio de intercambio de territorios, y exigen todos los «territorios del ’67», así que por el momento todo esto es una discusión entre nosotros, nomás.

      Me gusta

      • No te preocupes Marce que yo también apoyo la solución de dos Estados para dos pueblos (nunca dije lo contrario), siempre y cuando sea enserio, no una etapa más para borrar al Estado judío del mapa (por etapas) tirando misiles sobre el aeropuerto Ben Gurión y la Universidad Hebrea. El problema de Bet El es que está en el medio de Samaria, rodeado por grandes ciudades y poblados palestinos. En otras palabras, ese asentamiento no tendría contigüidad territorial con Israel a menos que también sea anexada Birah, Surda, Abu Qash, Jalazun, Kafr Sheiyan y tantos otros poblados árabes. Un imposible. No obstante, no veo por qué los habitantes de Bet El no pueden vivir bajo un Estado palestino como una minoría protegida. No sea que los palestinos aprovechen que no hay soldados israelíes para hacer otra masacre ‘a la 1929’, no? A eso me parece que se refería Netanyahu. A mantener una presencia judía en lugares simbólica e históricamente importantes como Bel El y Hebrón, aunque formen parte del futuro Estado palestino.

        Mi visión ideal, como la de muchos israelíes, es un intercambio justo de territorios bajo la fórmula ‘la mayor cantidad posible de judíos quedarán bajo soberanía israelí… la mayor cantidad posible de árabes (incluyendo el Pequeño Triángulo) bajo soberanía palestina’. Con arreglos serios para consolidar la paz y la seguridad permanente de ambos Estados, así como acuerdos de cooperación en cuanto al agua y los recursos. En cuanto a los descendientes de los refugiados palestinos (los mismos que huyeron en 1948 cuando no pudieron echarnos al mar), si los palestinos quieren los podrán recibir dentro de su futuro Estado bajo su propia «ley del retorno» (es su problema y su decisión, veremos cómo los reciben), pero ni uno solo será admitido en Israel. Sobre Jerusalén no logro conciliar mi posición ideológica como capital eterna e indivisible de Israel, con la posibilidad de entregarles algunos barrios árabes en la parte oriental, pero ese no es el escollo principal. Tampoco el tema de los asentamientos. El problema principal fue y sigue siendo la negativa árabe de reconocer el derecho a la existencia del Estado judío (aunque entre 1920 y 1948 ni siquiera había Estado judío y nos mataban igual). Esa es la raíz del conflicto (o como yo lo llamo, ‘guerra contra Israel’). Lamentablemente las mínimas demandas israelíes no logran coincidir con las posiciones maximalistas de los palestinos, aún de los «socios para la paz».

        Pero tal vez no es tan catastrófico el status quo. La bomba demográfica árabe e islámica ya no existe (véase aquí). No estoy sugiriendo ni por joda anexar y darle la ciudadanía israelí a dos millones y medio de palestinos en Cisjordania (algo parecido propone Caroline Glick). Pero con la actual presencia del Tzahal en los territorios, se garantiza no solo la supervivencia de las distintas comunidades judías, sino también la seguridad de millones de israelíes al otro lado de la frontera. Si no fuera por la presencia del ejército, te puedo asegurar que el Shin Bet no podría frustrar tantos atentados como actualmente (te crees que la actual calma es porque los palestinos se volvieron pacifistas?). Eso también impide que nos lancen misiles y que Hamás, al-Qaeda, los salafistas o la Jihad hagan desaparecer de un plumazo a la Autoridad Palestina en Judea y Samaria, con todo lo que eso implica. Si no fuera por Israel, hace rato Abbas habría caído. Eso lo sabe hasta el propio Abbas. En otras palabras, si se logra el fin del conflicto y la solución de dos Estados para dos pueblos, excelente! Si la Autoridad Palestina sigue terca en su narrativa y enseñando en sus escuelas que no hay mayor gloria que asesinar bebés judíos durmiendo en su cuna… se joden ellos. Israel no les rogará que acepten la paz. Podemos seguir progresando otros 65 años construyendo satélites que van al espacio mientras lo único que hacen ellos es fabricar un aceite que solo te provoca diarrea mientras lloran por las demandas que ahora piden pero rechazaron anteriormente. Pero no admitiremos una falsa culpa. Sin duda, como decía Sharón, Israel y el pueblo judío pueden sentar a muchos en el banquillo de los acusados, pero nadie tiene el derecho de juzgar a Israel.

        La clave, claro está, es demostrarle al mundo que Israel hizo todo lo posible porque la solución de dos Estados sea una realidad concreta. Para que no siempre le echen la culpa al mismo. Aunque te puedo asegurar que la inmensa mayoría de nuestros enemigos en la región y fuera de ella, seguirán atacando a Israel aún si se firmara la paz definitiva entre Israel y Palestina. Lo que Netanyahu deberá explicar después de que fracasen las conversaciones es para qué mierda liberó a más de 100 asesinos convictos y terroristas con sangre inocente en sus manos… esta nueva ronda de negociaciones no trajo mayor seguridad temporal (al contrario, se incrementaron los ataques y los muertos) y ni siquiera nos hicimos cargo de Irán (una de las excusas para pagar semejante precio por tener un par de meses de «tranquilidad»). No le sirvió para nada a Israel, aunque haya pagado un precio demasiado alto. Perdón por mi vocabulario, pero que Netanyahu haya liberado a tantos asesinos de niños por nada es algo que nunca le perdonaré, ni siquiera después de todo lo bueno que hizo y que hará por Israel.

        Un abrazo

        Me gusta

  4. Pingback: ¿Judíos palestinos?: Cuando la doble vara se hace evidente | El Rejunte.il

  5. A propósito de todo esto, miren este discurso que no tiene desperdicio. Es una joya que explica perfectamente por qué tantos israelíes y judíos en el mundo (incluyéndome) están considerando seriamente si en verdad la solución de dos Estados no traerá nada bueno para Israel… y no estoy hablando de un fervor religioso por ‘Eretz Israel Hashlemá’

    Me gusta

Deja un comentario