ISIS financiado por Hamás

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Por Marcelo Kisilevski

Si había alguna duda de que el Hamás era ISIS e ISIS es Hamás, la nota de ayer de Alex Fischman en Yediot nos cuenta algunas novedades al respecto, no exentas de paradojas.

Efectivamente, quienes diferencian uno de otro basados en la cantidad de muertos que provocan, se basan en inconscientes criterios ligados a lo politically correct, al multiculturalismo, y a la defensa de la causa palestina. Pero flaco favor le hacen al pueblo palestino al defender al Hamás en su nombre. Lo cierto es que, si se diferencian, es en el enemigo que tienen enfrente. ISIS mató y mata decenas de miles porque puede. Hamás lo intenta también, con decenas de miles de cohetes de diverso alcance lanzados contra objetivos también civiles, por no hablar del resto de sus formas de atentados terroristas, coyunturalmente en baja. Sencillamente fracasa, pero quiere. Su fracaso, el hecho de que «no mata tanto», no debería retratarlo como el underdog a los ojos del mundo, mucho menos del progresista. Lo repetiremos hasta el cansancio: la debilidad en un conflicto no otorga automáticamente la razón.

Según detalla Fischman, el brazo armado del Hamás en la Franja de Gaza transfirió en el último año decenas de miles de dólares por mes a la filial de ISIS en el Sinaí egipcio, como parte de la cooperación militar y estratégica que se va estrechando entre ambas organizaciones terroristas.

Fischman explica que el brazo armado de Hamás maneja un aparato financiero separado del resto de la organización en la Franja. El trato con ISIS es: Hamás paga a miembros de ISIS en Egipto para hacer guardia y resguardar los depósitos y arsenales de armas y pertrechos contrabandeado vía Sinai hacia dentro de Gaza. Se trata de grandes cantidades de explosivos para la fabricación de cohetes  y la construcción de instalaciones militares de Hamás.

A cambio, Hamás paga salarios de miembros de ISIS y, también, le proporciona equipamiento militar y entrenamiento. Gracias a ello, ISIS-Sinai se convirtió, de una banda de terroristas salafistas montañeses sin demasiada capacidad, en un mini ejército uniformado y entrenado, con armamento sofisticado, como misiles antitanques y otros. ISIS es hoy, gracias a Hamás, la pesadilla más grande del presidente egipcio A-Sisi, que por ahora solo se atreve a bombardearlos desde el aire. Hamás también proporciona infraestructura logística a ISIS, por ejemplo, facilitando el traslado de heridos a Gaza para su tratamiento médico.

En las fuerzas armadas israelíes, que siguen de cerca este desarrollo, señalaron una paradoja clara detrás de esta cooperación macabra: el principal apoyo financiero para el brazo armado del Hamás en Gaza proviene de Irán, que combate ferozmente a ISIS en Siria y en Irak. No pocos soldados iraníes murieron en estos combates. Pero justamente en el frente de Gaza-Sinai, los iraníes son los que financian –por medio de Hamás- la actividad de ISIS.

Fischman agrega que otra parte nada pequeña de los fondos del brazo armado hamásico provienen de los impuestos que paga el palestino de la calle en Gaza. Agrego yo: mucha ayuda internacional llega a las calles de Gaza por parte de organizaciones bien intencionadas de derechos humanos, quienes, más allá de leyes de vigilancia a las ONGs que se proponen a cada rato desde la derecha israelí, deberían preguntarse seriamente qué se está haciendo con su dinero.

Todo tranquilo en el norte, por ahora

Uno de los vehículos destruidos por misiles antitanques rusos de tipo Kornet, disparados ayer por Hezbollah contra el convoy militar israelí.

Uno de los vehículos destruidos por misiles antitanques rusos de tipo Kornet, disparados ayer por Hezbollah contra el convoy militar israelí.

Por Marcelo Kisilevski

El ataque de Hezbollah ayer en la frontera israelo-libanesa en el Golán, en el que murieron dos soldados israelíes y siete más resultaron levemente heridos, fue la venganza de esa organización chiíta pro iraní por el ataque israelí -según informes de la prensa extranjera- la semana pasada en suelo sirio, en el que murieron seis integrantes de Hezbollah y un general iraní. La venganza, le hizo saber Hezbollah a Israel a través de la ONU, estaba cumplida, y no hay por parte de la milicia intenciones de escalar aun más la violencia.

Israel, por su parte, elevó los tonos declarativos, pero tanto hacia adentro como hacia afuera quedaba claro ya ayer que Israel adoptaba la política de «contención»: contener (o sea aguantar) el ataque enemigo y autocontener la respuesta. El complejo de esquí en el Hermón abrió sus puertas esta mañana nuevamente, y en las escuelas en las aldeas del sur del Líbano también se vuelven a dictar clases con normalidad. Todo esto -en el Medio Oriente siempre hay que decirlo- es por ahora y hasta nuevo aviso.

Para el análisis, valgan algunos conceptos. Por ejemplo, el que trae hoy Alex Fischman en Yediot Ajaronot. Dice que desde las Primaveras Árabes, Israel había adoptado la política del silencio de radio y de la estricta no intervención. Esa política se rompió la semana pasada con el ataque que todos los medios atribuyen a Israel, y la pregunta del analista es por la necesidad de dichos ataques. Señala que la hipótesis de trabajo israelí en el caso sirio, libanés e incluso iraquí, es que todas las fuerzas de esa guerra civil están «demasiado ocupadas» entre sí como para abrir un nuevo frente con Israel, y que aun si así no fuera, la disuasión israelí, generada en la Segunda Guerra del Líbano en 2006, todavía sigue vigente.

El problema, dice Fishman, es que la disuasión no es una ciencia exacta. Y que funciona, siempre y cuando uno no obligue a la otra parte a reaccionar, aun a pesar de la disuasión existente. Con lo cual, uno termina destruyendo la disuasión con sus propias manos. Al parecer, el ataque de la semana pasada, en que murió parte de la cúpula estratégica de Hezbollah, tuvo ese efecto: Hezbollah no quiere la escalada, pero tuvo que reaccionar. La prueba de que no quiere continuar, ni arrastrar a Israel a la contienda, es que respondió a un golpe estratégico, con uno táctico.

Najum Barnea, en el mismo diario, agrega más pensamiento a la filosofía de la disuasión mutua: que no ocurra como en los choques cíclicos en Gaza, dice, donde cada parte golpea a la otra pensando que la propia disuasión no es suficiente, hasta que el campo de batalla hierve, sin que ninguna parte lo desee de verdad. Si el actual incidente termina ahí, entonces estaremos quizás ante una lección aprendida. La tendencia por el momento parece ser esa.

Ron Ben Ishai, en el sitio Ynet, parece discutir con ellos. Por un lado lo dicho es cierto: cuando Hezbollah derrama suficiente sangre nuestra, les parece una reacción suficiente, entonces paran. El problema es que, si Israel no reacciona fuerte, se podría estar abriendo la puerta para acciones violentas de esa clase en el futuro. Por las dudas, Israel comienza esta mañana a blindar la frontera con el Líbano. Pero ese es el dilema que tendrán que enfrentar ahora el premier Netanyahu, su ministro de Defensa y su comandante en jefe militar. ¿Reaccionar o dejarlo así?

Sobre todo, de nuevo Fishman, porque Hezbollah puede quedar conforme con su venganza. Pero nada dice eso de la venganza de Irán, y para ello habrá que estar con la mirada atenta hacia el exterior, hacia posibles blancos israelíes, norteamericanos y judíos.

Y por eso queda la pregunta de la necesidad del ataque atribuido a Israel contra el convoy Hezbollah-Irán, que parece cambiar, como dijimos, las reglas del juego al meter su nariz en las guerras civiles allende sus fronteras. Para Ben Ishai, se trató de una acción necesaria, que vino a frustrar un plan iraní para atacar por sorpresa a Israel, que no espera en este tiempo la reapertura del frente libanés, y convertir la vida de los habitantes del norte israelí en un infierno.

Fischman responde a ello que, aún si esto fuera así, se debió haber tomado recaudos contra el mentado plan de un modo más paciente que con un ataque tan espectacular, a ojos de todos, y que termina obligando a los atacados a reaccionar, aun contra su actual agenda.

Pero si Ben Ishai tiene razón, entonces su actual agenda sí es abrir el frente con Israel. Si ese es el caso, Israel hará muy bien en no responder el ataque de ayer, pero también en preparar mejor las trincheras para lo que pueda venir.

La hora de la paz

A la derecha de Netanyahu, Liberman y Bennet. A la izquierda, Livni y Lapid. Los desafios de la hora.

A la derecha de Netanyahu, Liberman y Bennet. A la izquierda, Livni y Lapid. Los desafios de la hora.

Por Marcelo Kisilevski

El Operativo Margen Protector ha terminado. Ha sido más bien una guerra. Fue iniciada por Hamás, que no dudó en llevar una vez más a su gente a la destrucción y la muerte. La debilidad o la cantidad de muertos de una parte, no le otorga necesariamente la razón. Pero la razón de Israel se puede terminar de construir ahora, dando los pasos necesarios, y en diálogo con los interlocutores correctos. La única pregunta es si el actual gobierno está en condiciones de lograrlo.

El gobierno israelí sale maltrecho del Operativo Margen Protector. El mayor damnificado es Biniamín Netanyahu, el primer ministro, al que no le ha quedado prácticamente ningún margen, ni de protección ante sus adversarios internos, ni de maniobra ante los palestinos y el mundo, para seguir gobernando hasta 2017. El resultado es la parálisis, y la vuelta a la posición anterior al operativo.

El problema es que en el camino han muerto más de 2.000 palestinos y 70 soldados, que millones de israelíes fueron convertidos en refugiados en su propio país, que el prestigio de Israel en el mundo no es precisamente rutilante, y que el antisemitismo en el mundo, que estaba latente, ha salido –ya sin la máscara de «antisionista»- de su madriguera. Todo esto podría ser un precio trágico, terrible, de un proceso de paz a comenzar ya. Podría ser la vía hacia la concreción de una agenda a la que Netanyahu ya dio su acuerdo, la de dos estados para dos pueblos.

Pero si en cambio gana la parálisis, las vidas, junto con la salud mental de los israelíes habitantes del sur, por no hablar del ánimo de los palestinos de Gaza hacia un futuro compartido, se habrán perdido en vano. A lo único que se podrá aspirar será un escenario de mínima, por el que Hamás no sea el que hegemonice la política de Gaza, en el que gobierne la Autoridad Palestina, con el gobierno de unidad Fatah-Hamás reconocido de facto con Israel, y se dé, no una paz, sino una pacificación de facto basada en la mutua disuasión.

Por el momento, sin embargo, ni siquiera eso parece estar en la agenda del gobierno que se conforma con una especie de «status quo mejorado»: gobierno de Hamás en Gaza, pero débil y ahogado; gobierno de Al-Fatah en Cisjordania, pero también débil, y que coopere con Israel. Se trata de una receta literalmente explosiva, que nos llevará hacia la próxima vuelta de violencia en el sur. En esta situación, sólo podemos esperar que lleve más de dos años llegar a ella.

¿Qué hacer?

En su último discurso, Netanyahu habló de que «se abre un horizonte político, no necesariamente malo para Israel». No podemos saber por el momento si se trató de un guiño para liberarse de la presión por izquierda –EEUU, los países árabes moderados, Lapid y Livni- o una intención real. Por las dudas, su anuncio de la nacionalización de 400 hectáreas en Gush Etzion, donde fueron asesinados los tres adolescentes antes del operativo, sería un guiño compensatorio para su ala derecha.

Lo que muchos alrededor del premier dicen que hay que hacer no es nada sencillo, pero el intento sería un comienzo tan valioso como el logro. Los portavoces son variados y a veces insólitos. En la oposición, por ejemplo, el líder laborista Itzjak (Buyi) Herzog dijo: «Si yo hubiera estado al mando, habría dado ese duro golpe a Hamás, que en todo momento hemos apoyado, y luego iría corriendo a golpear la puerta de Mahmud Abbas (presidente de la Autoridad Palestina) para dialogar con él».

En la propia coalición, Tzipi Livni, la ministra de Justicia y líder del partido Hatnuá, puso en evidencia por televisión el absurdo en el que está atenazado su jefe: «Se opone a dialogar con un gobierno de unidad nacional palestino, que apoya los pactos firmados previamente con Israel, pero negocia con Hamás en El Cairo. Con Hamás no se negocia, sino con la Autoridad Palestina, de la mano de Egipto, Jordania, Arabia Saudita. Con un paraguas político y financiero internacional reconstruir Gaza y llegar a la solución de dos estados. Es la única manera en que podremos garantizar la paz, junto con la continuidad de Israel como estado judío y democrático».

La nota insólita la dio el ministro de Relaciones Exteriores, Avigdor Liberman. Haciendo caso omiso de las amenazas de Netanyahu y de su ministro de Defensa, Moshé Yaalón, que le dijeron a él y a Naftali Bennet: «Hablen menos», Liberman expuso su teoría, también por televisión: Hamás debe ser eliminado, y tengo una manera muy «sencilla» de hacerlo, dijo. Y el elemento sorpresivo: «debemos sentarnos a hablar con la Liga Árabe sobre el Plan Saudita de paz».

Arabia Saudita había propuesto en 2000 un plan según el cual todos los países de la Liga Árabe normalizarían sus relaciones con Israel, a cambio de una retirada israelí total de los territorios de 1967; la creación de un estado palestino con Jerusalén oriental como su capital; y una «solución justa» para el tema de los refugiados. El plan en sí no es tan fácil de aceptar así como está, pero podría ser una base para comenzar a negociar. En años más recientes, incluso, la Liga Árabe flexibilizó el punto sobre la «retirada total» y aceptó el principio de intercambio de territorios.

El Plan Saudita fue refrendado luego por la Liga Árabe (sí, la misma de los nefastos «Tres no de Khartoum») en 2002 en Beirut. Tan solo el primer punto del plan es revolucionario en el Medio Oriente: la potencial disposición de todos los países árabes, los más acérrimos enemigos de Israel, a poner fin a décadas de estado de guerra y a aceptar al estado judío en el concierto de la región. Es, ni más ni menos, el fin declarado del conflicto árabe-israelí.

Sin embargo, en toda la década y media transcurrida desde entonces ningún gobierno israelí, ni de izquierda, ni de centro, ni de derecha, ha levantado ese guante, por ser un «plan inaceptable». Cada tanto, por suerte, los árabes insisten. Esta semana, el rey Abdallah de Arabia Saudita dijo: «Los países árabes debemos reconocer a Israel».

Hete aquí que es nada menos que Avigdor Liberman la primera voz oficial que se anima a abrir una puerta al Plan Saudita de paz con Israel. Era hora.

Las cadenas de Netanyahu

En resumen, el «nuevo horizonte político, no necesariamente malo para Israel» está compuesto por una coyuntura quizás irrepetible, que coloca de un mismo lado a Israel con las fuerzas moderadas del Medio Oriente, junto con el mundo occidental, frente a amenazas como Irán nuclear y Hezbollah del lado chiíta, el Estado Islámico (ISIS) en Irak, Jabat el Nusra en Siria, Boko Haram en Nigeria… y también el Hamás palestino, todos ellos del lado sunita, y sus países mecenas: Qatar y Turquía. Más arriba, Estados Unidos de un lado, Rusia del otro.

No se trata de nuevos bloques compactos y duros como en la Guerra Fría. A Rusia no le dan los números para volver por sus fueros, pero no cabe duda que existe la voluntad política de volver por sus fueros imperiales, aunque la amenace el desmembramiento interno. Estados Unidos también llega a esta constelación bastante debilitado, y se alegra de poder ceder ante Rusia en casos como el casi ataque a Siria por el uso de armas químicas. Además, no son bloques herméticos: EEUU se habla con Irán sobre cómo enfrentar al fenómeno ISIS.

En ese sentido, la oportunidad para Israel consistiría en terminar de hacer la paz con la Autoridad Palestina moderada del sobreviviente Mahmud Abbas (que cumple en estos días 80, y para el que no hay sucesor potable a la vista) y abrir las compuertas de la paz con todos los países de la Liga Árabe, para poder enfrentar todos juntos los próximos desafíos.

La pregunta es si el gobierno de Netanyahu, como están las cosas, estará a la altura de la oportunidad. Los problemas que tiene el premier, más allá de la estrecha visión ligada a si es posible voltear o no a Hamás o si es mejor dejarlo en el poder, o si hablar o no con Mahmud Abbas, tienen que ver con la supervivencia de su coalición y, más estrechamente aún, con su propio futuro político.

Con un Hamás golpeado y disuadido, convertido en la pata débil de una coalición palestina de unidad, sería posible acercarse a Mahmud Abbas y cerrar trato. Por lo menos, más posible que antes de Margen Protector. Pero si lo hace, Netanyahu perderá a los partidos a su derecha: Habait Hayehudí de Naftali Bennet, a Avigdor Liberman y, lo que es más grave, será linchado políticamente por el propio Likud, que ya lo espera en el próximo congreso del Comité Central, presidido nada menos que por el ex vice ministro de Defensa, Dany Danón, que le prepara una verdadera vendetta por despedirlo en medio de la guerra. Si, en cambio, el premier continúa con el status quo, lo podría abandonar su ala izquierda: Tzipi Livni y Yair Lapid.

Mientras tanto, la acción de gobierno de Bibi se reduce a «control de daños»: cómo hacer callar a sus ministros, frente a los que ha perdido toda autoridad, cómo responder a la comisión investigadora de la ONU sobre supuestos crímenes de guerra en Gaza, cómo recuperar votantes del Likud, muchos de los cuales lo han dejado a favor de Bennet en las encuestas de intención de voto, y cómo recuperar lugar en la interna de su propio partido: según una fuente del Likud, para esta semana y la que viene organizó dos convenciones partidarias, varios brindis por Rosh Hashaná, un congreso de mujeres del Likud, otro congreso de fundadores del partido, y actos varios con punteros zonales que todavía lo apoyan. Extraño modo de invertir el tiempo luego de una guerra.

Israel, Gaza y el Mundo: Cuando Todo Aumenta

Por Marcelo Kisilevski

El islam radical aumenta la apuesta. El cinismo de Hamás a trepado a nuevos picos. El antisemitismo se ha quitado la máscara. La superficialidad en el análisis no conoció límites. La guerra de los números (de muertos) adquiere ribetes macabros. Crónica de un mundo que «va por más». 

En muchas manifestaciones, los motivos antisemitas directos se entremezclaron en los clásicos llamados a "parar la masacre". Los medios y los gobiernos no pueden quedar indiferentes al aumento del antisemitismo abierto.

En muchas manifestaciones, los motivos antisemitas directos se entremezclaron en los clásicos llamados a «parar la masacre». Los medios y los gobiernos no pueden quedar indiferentes al aumento del antisemitismo abierto.

Durante esta guerra se exacerbó todo. Los cohetes de Hamás llegaron más lejos. Más israelíes quedaron dentro del rango de tiro y millones debieron correr a los refugios. Hamás aumentó su apuesta casi hasta el final, y así aumentó también la reacción israelí.

El islam fundamentalista también fue más. La contienda no fue solamente contra Hamás: los políticos, los países árabes, los analistas, miran hacia el noreste, donde ISIS sólo ha comenzado su carnicería, y su marcha implacable hacia Siria, Líbano Jordania, Israel y también hacia Europa. Las banderas de ISIS ya han llegado al Viejo Continente. No por nada los países árabes no se pronunciaron esta vez, como era su costumbre, condenando a Israel por el ataque en Gaza. El contexto internacional se ha modificado, se ha amplificado.

Durante el último Ramadán, que terminó hace pocos días, organizaciones como ISIS en Irak, Jabat El Nusra en Siria, Boko Haram en Nigeria, mataron a 15.500 personas. En 2013 habían sido 8.000. Este fin de semana, ISIS conquistó una aldea de la etnia yazidi en Irak, y les dio dos opciones: conversión al islam o muerte. Al final fusilaron a sangre fría a 80 varones y secuestraron a 100 mujeres. Los muertos en Siria ya rozan los 200.000, entre ellos 1.800 palestinos de campos de refugiados. Sin embargo, sólo la muerte de 1.867 palestinos en Gaza a manos de Israel, fue calificada de «genocidio» por gente muy respetada en Occidente. El relativismo moral también alcanzó niveles de exuberancia.

Periodistas «apretados» y amenazados

Creció también la sofisticación de la táctica de Hamás de utilización de civiles en la contienda. Una vez que los corresponsales extranjeros salieron de la Franja, comenzaron a relatar lo que verdaderamente había ocurrido. Fueron publicadas las órdenes de Hamás a sus combatientes de mantener a la población en sus hogares: «El ejército israelí limita su fuego contra concentraciones de población civil», se lee en el documento de instrucciones a los cuadros. «Recomendamos utilizarlas con fines ofensivos. Disparar desde viviendas civiles es interés de Hamás puesto que potencia el odio contra Israel».

Los periodistas fueron «apretados» para que den una sola versión de los hechos, a saber: «Israel dispara deliberadamente contra civiles». Cuando un periodista de la India filmó desde su cuarto de hotel a una célula de Hamás disparando misiles de entre las casas, lo hizo murmurando: sabía que estaba arriesgando la vida. Muchos periodistas saben que no podrán entrar más en Gaza por estas revelaciones.

Medios respetados y no precisamente pro-israelíes, como New York Times, la mismísima Al Jezeera y la BBC de Londres, comenzaron a poner en duda las estadísticas hamásicas y a hacer las preguntas correctas, si bien sólo después de la retirada israelí de Gaza, cuando el daño en la opinión pública mundial ya estaba hecho.

El NYTimes analizó las cifras y las edades de los muertos de la lista entregada por «fuentes médicas en Gaza» pero controlada por Hamás con mano de hierro, y descubrieron que los hombres de 20 a 29 años (varones en edad de combatir), que son el 9% de la población general, constituían un tercio de los muertos. Ello implicó, por ejemplo, quitarles los uniformes a los cuerpos de los combatientes caídos y hacerlos pasar por civiles. En cambio, las mujeres y los niños menores de 15 años -menos propensos a empuñar un rifle- y que representan juntos el 71% de la población general, representan un tercio de los muertos. Es decir, con todo el dolor por la muerte de civiles no involucrados, no se puede llamar a eso «matanza indiscriminada». Algo bien diferente sucedió allí.

En el islam radical, la posibilidad de «ocultar la verdad en la defensa del islam» se llama «taqiyya», que es difinido como «disimulación, o dispensa legal, por la cual un creyente puede negar su fe o cometer otros actos ilegales o blasfemos, al verse en peligro significativo de persecución». En otras palabras, el islam prevé el uso de la mentira, pero sólo ante el peligro para la propia vida. El islam radical, con Hamás a la cabeza, ha llevado ese concepto a altísimos y macabros niveles de sofisticación.*

Cuando los «sionistas» eran los «judíos»

La cobertura de ciertos medios de comunicación también fue exacerbadamente militante. Un «poeta» palestino fue entrevistado por una radio sudamericana diciendo que los soldados caminaban entre la multitud palestina «buscando mujeres y niños», y cuando los encontraban «les disparaban en la cabeza». Los periodistas de la radio lo dejaron hablar sin siquiera repreguntar.

Es que la superficialidad del análisis también fue la estrella de este período. La lectura se redujo a un pensamiento moralmente escandaloso: «Murieron más palestinos. Ergo, Hamás tiene razón». Ese pensamiento, llevado a sus últimas consecuencias, daría la razón a Hitler: en los bombardeos de los aliados sobre Alemania murieron entre 400.000 y 600.000 alemanes civiles. Por los cohetes nazis sobre Londres, murieron 10 veces menos: 60.000.

También ha crecido el antisemitismo en el mundo, o por lo menos, ha aumentado el desembozo. A partir de la Segunda Guerra Mundial y la Shoá, el antisemitismo había quedado colocado en el freezer: ya no era políticamente correcto decir «yo soy antisemita», o «yo odio a los judíos» a excepción de los neonazis, por décadas alejados del mainstream occidental. No es que el odio hubiera desaparecido, sino que había quedado sublimado, recanalizado hacia «el judío entre los estados», Israel. De ello hemos tratado en un post anterior.

Pues bien: el «recreo» de siete décadas ha finalizado, y los antisemitas ya no tienen problema en identificar al odiado sionismo con los judíos. En Alemania se escuchaban gritos de «judíos (ya no ‘sionistas’) a las cámaras de gas». En Berlín, un hombre fue golpeado por usar kipá en la calle, y el embajador israelí en Alemania denunció que «están atacando judíos en la calle como si fuera 1938». En México se gritó «Fuera judíos de México», en París una sinagoga fue atacada por una horda neonazi y repelida por la juventud judía. En Toulouse, un hombre fue arrestado por lanzar bombas incendiarias contra un centro judío, periodistas mezclaron la palabra «judío» como sinónimo del demoníaco «sionista». En las manifestaciones en Londres, Hitler fue convocado y bendecido.

Es que también ha aumentado la claridad, el sinceramiento de todas las pasiones. El antisemitismo no había desaparecido, sólo estaba camuflado. Ahora ha recibido certificado de buena conducta, ha quedado en libertad, y se ha sincerado. La mayor parte de la humanidad, que en general se mantiene imparcial, cuando no indiferente, deberá ser advertida de que de eso se trataba, y deberán cuidarse de aquellos que llaman a la destrucción de Israel: estaban hablando de los judíos. Ahora queda más claro.

 

* Para leer un informe completo de USNews traducido al español: http://hatzadhasheni.com/las-mentiras-del-hamas-sobre-los-muertos-y-los-medios-de-comunicacion-que-les-creen-por-oren-kessler/ 

Operativo «Margen Protector», Día Veintiuno

Servicios religiosos musulmanes de Id El Fiter, festividad que clausura el mes de Ramadán y que debe durar tres días. Hamás violó nuevamente el alto el fuego, Israel respondió, Hamás acusó a Israel de violarlo y de "no respetar la sensibilidad de los musulmanes en esta celebración".

Servicios religiosos musulmanes de Id El Fiter, festividad que clausura el mes de Ramadán y que debe durar tres días. Hamás violó nuevamente el alto el fuego, Israel respondió, Hamás acusó a Israel de violarlo y de «no respetar la sensibilidad de los musulmanes en esta celebración».

Desde la Franja de Gaza continuó hoy el lanzamiento de cohetes hacia territorio israelí, si bien con menor intensidad: alrededor de 12 cohetes hasta la tarde. No hubo que lamentar víctimas.

Fuentes palestinas informan de dos muertos en bombardeos israelíes en el norte de la Franja de Gaza, entre ellos un menor. No hubo por ahora confirmación oficial de la noticia. En tanto, la televisión del Hamás informó de otros 7 cuerpos sin vida de palestinos descubiertos entre los escombros en Jan Yunis, también en el norte de Gaza.

Un alto el fuego comenzó formalmente esta mañana, pero nunca se efectivizó. Hamás lanzó cohetes, Israel respondió solo puntualmente al origen de los lanzamientos, pero eso bastó al portavoz del Hamás en Gaza, Sami Abu Suhri, para acusar a Israel de «violar el alto el fuego, y de no respetar la sensibilidad de los musulmanes en este día».

El cambio cualitativo hoy, en realidad, es el fin de la «luz verde» para Israel en este operativo, y el crecimiento de la presión internacional, proveniente de Obama en EEUU y el Consejo de Seguirdad de la ONU.

El presidente de EEUU, Barack Obama, en efecto, llamó a Israel a acceder a un alto el fuego humanitario, de inmediato y sin condiciones. En charla telefónica anoche con el premier israelí Biniamín Netanyahu, Obama dijo que tal alto el fuego debe conducir a un cese del fuego definitivo sobre la base de los entendimientos alcanzados luego del operativo Pilar Defensivo en 2012. Obama condenó enérgicamente el lanzamiento de cohetes por Hamás y los atentados con túneles, y enfatizó el derecho de Israel a defenderse. Por el otro lado, expresó su «creciente preocupación por el ascenso en el número de víctimas fatales civiles en Gaza», y del empeoramiento de las condiciones humanitarias allí.

Refiriéndose a la solución permanente del conflicto entre Israel y los palestinos, Obama abogó por el desarme de las organizaciones terroristas, y la desmilitarización de la Franja de Gaza.

El Consejo de Seguridad de la ONU llamó esta mañana a las partes a un alto el fuego humanitario inmediato entre Israel y el Hamás. En una declaración aprobada por unanimidad por los 15 miembros del Consejo, se llamó a ambas partes a respetar el alto el fuego en los días de Id El Fiter y luego de esa festividad. A diferencia de las resoluciones, las declaraciones del Consejo de Seguridad no tienen carácter vinculante. El embajador de Israel en la ONU, Ron Prosor, dijo que «si hay calma en Israel, habrá calma en Gaza».

El secretario de la ONU, Ban Ki Moon, dijo que «las partes en el conflicto en Gaza expresaron voluntad sincera en respetar el alto el fuego humanitario que se prolongará por otro día más». Desde Nueva York felicitó Ban al Consejo de Seguridad de la ONU por llamar esta mañana a establecer de inmediato un alto el fuego humanitario, y respetarlo durante la festividad musulmana de Id El Fiter, que comienza hoy y por tres días. Ban llamó a las partes a abstenerse de provocaciones que arrastren más enfrentamiento y daño a la población civil. Según él, «la manera de llegar a una paz verdadera es atender los problemas básicos del conflicto: levantar el bloqueo, fin de la ocupación y garantías a la seguridad de Israel».

En Israel se produjeron reacciones diversas al llamado del presidente Barack Obama a Israel a poner fin al operativo, y del Consejo de Seguridad de la ONU en el mismo sentido.

El ministro Uzi Landau (Israel Beiteinu), por ejemplo, dijo que «interrumpir ahora el operativo en este momento dañará en gran medida el poder de disuasión de Israel e impedirá todo horizonte político posible». Según él, «si no se elimina la amenaza de los cohetes y de los túneles terroristas contra Israel, el próximo enfrentamiento encontrará a Israel en una posición muy inferior a la de hoy en día». Agregó que «la red terrorista mundial recibirá una inyección de estímulo significativa de la falta de apoyo estadounidense (a Israel) y de la imposibilidad de Israel de eliminar la amenaza del Hamás».

El ministro Amir Peretz (El Movimiento), en cambio, dijo que «se debe moderar la crítica a Estados Unidos, pero se le debe poner en claro que hay que devolver a Mahmud Abbas (presidente de la Autoridad Palestina) y a Egipto la influencia política, en lugar de Qatar».

El líder de la oposición, Itzjak Herzog (Laborismo) dijo que «los continuos enfrentamientos entre Israel y Estados Unidos revelan una continuada negligencia en las relaciones entre ambos países, por lo cual ingresamos en la etapa política en una posición de inferioridad relativa». En una reunión de la bancada laborista, Herzog dijo que «lo correcto es desmilitarizar la Franja de Gaza, y posibilitar que Mahmud Abbas gobierne allí con los auspicios de Egipto». Agregó que «a Israel le asiste el derecho de replicar y determinar cuándo comenzará el cese del fuego».

El vice jefe de la Jihad Islámica (segunda organización islamista radical en tamaño y poder de fuego luego de Hamás), Zihad Najale, dijo que «las partes están cerca de alcanzar un entendimiento para la modificación de la iniciativa egipcia» para un cese del fuego. Najale habló en el canal televisivo que posee la organización, pero no fueron aportados más detalles.

El asesor letrado del gobierno decidió no abrir una investigación penal contra la diputada de la Knesset Janín Zoabi, del partido árabe Balad (Alianza Nacional Democrática), por sus declaraciones según las cuales los secuestradores de los tres adolescentes en Gush Etzión «no son terroristas». En la reunión de la Comisión de Interior de la Knesset dijo el vice del asesor, Raz Nizri, que «junto con esas expresiones, la diputada Zoabi expresó su objeción al secuestro, lo que dificulta ver en sus palabras un acto de incitación a la violencia». Hace varios días en cambio, el asesor letrado del gobierno ordenó abrir una investigación penal contra Zoabi por sus gritos insultantes contra polícias.

 

«Margen Protector», Día Diecisiete

Por ahora, sin cese el fuego a la vista. Chicos de las escuelas israelíes envían miles de cartas a los soldados. Ellos las pegan por todos lados, también en los carros blindados.

Por ahora, sin cese el fuego a la vista. Chicos de las escuelas israelíes envían miles de cartas a los soldados. Ellos las pegan por todos lados, también en los carros blindados.

El incidente que marcó un cambio cualitativo en la trama de la actual guerra entre Israel y Hamás fue esta mañana la liquidación por parte de Egipto de un terrorista suicida de esa organización, que iba en cambio a cometer un atentado de vastas proporciones en Israel. Ocurrió junto al paso fronterizo de Kerem Shalom, en la frontera tripartita entre Egipto, Gaza e Israel. Las fuerzas egipcias destruyeron también su coche, en el que se hallaban numerosos cohetes de tipo Grad. El incidente ilustra uno de los aspectos del enfrentamiento en su real dimensión: el hecho de que no se trata de un choque Israel y el pueblo palestino, sino entre el Medio Oriente moderado, del cual es parte Egipto, pero también la Autoridad Palestina de Al Fatah, presidida por Mahmud Abbas, por un lado; y por el otro Hamás y el resto de las organizaciones islámistas radicales, no solamente en Gaza, sino en toda la región. El éxito o no del enfrentamiento contra Hamás, que preocupa también a países como Egipto y Arabia Saudita, puede tener proyecciones decisivas en el futuro enfrentamiento contra los jihadistas sunitas de Jabat El Nusra en Siria, y EIIL (Estado Islámico de Irak y el Levante), el desprendimiento de Al Qaeda mutado en ejército, en Irak.

Ayer, luego de verificar que estaba vacío de civiles, la Fuerza Aérea israelí bombardeó el hospital Wafa de Gaza, que había sido utilizado repetidas veces para disparar desde allí cohetes contra fuerzas israelíes que actuaban en el lugar, así como para almacenar esas armas, y para dar refugio a comandantes de Hamás. Según la Convención de Ginebra, cuando una vivienda o instalación civil es utilizada para fines bélicos, deja de ser un blanco civil y pasa a ser parte de la contienda.

Luego de una jornada en la que las compañías aéreas de EEUU y Europa anularon sus vuelos a Israel, tanto la Autoridad de Aerotransporte de EEUU como la de Europa anularon sus recomendaciones a las compañías, las que podrán reanudar su tráfico al Aeropuerto Ben Gurión. La anulación se produjo, dijeron los europeos, luego de recibir información fidedigna sobre la seguridad en Tel Aviv y de sus pares norteamericanos en el mismo sentido. No obstante, se aclaró que puede llevar horas a días hasta que todas las compañías aéreas reanuden vuelos y compensen los anulados.

Después de una mañana de relativa calma, Hamás volvió a lanzar ráfagas de cohetes hacia Tel Aviv y alrededores, a la zona del Sharón y la Shfelá. No hubo heridos directos depor estos lanzamientos. Cúpula de Hierro interceptó por lo menos seis cohetes, y algunas esquirlas cayeron en el centro de Tel Aviv y en Petaj Tikva.

La Fuerza Aérea israelí continuó hoy bombardeando objetivos en la Franja de Gaza. La Agencia para Refugiados Palestinos de la ONU, UNRWA, informó que en el bombardeo de una escuela de la organización perecieron 10 palestinos y decenas resultaron heridos. El Hamás transmitió en vivo imágenes de traslado de muertos y heridos a los hospitales.

Anoche, el ejército efectuó operaciones de detección de túneles y se produjeron choques con hombres de Hamás armados, en los cuales unos 20 de éstos resultaron muertos. Fuentes en Gaza informan que el saldo de muertos palestinos ascendía hoy a 730. Del lado israelí perecieron en combate 32 soldados y hay un desaparecido, el sargento Orón Shaúl.

Unos 50 palestinos fueron trasladados a Rafah luego que Egipto reabriera el paso fronterizo hacia el Sinaí egipcio sólo para palestinos heridos.

Una fuente de Hamás indicó que esa organización islámica radical aceptaría la propuesta del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, para poner fin a la actual vuelta de violencia. Según la propuesta, habría una tregua humanitaria de cinco días, durante los cuales se llevarían a cabo negociaciones sobre las exigencias de Hamás. Entre ellas se encuentran: levantar el bloqueo sobre Gaza, liberar a los presos del acuerdo por Guilad Shalit que fueron reapresados por Israel, abrir un puerto en Gaza, reabrir el paso fronterizo de Rafah -entre Gaza y Egipto- en el sur de la Franja, etc. Khaled Mashal, líder del desk político de Hamás, había dicho anoche que «Hamás se opone a un cese del fuego antes de que sea levantado el bloqueo», pero no se opuso a una tregua humanitaria, con lo cual fue interpretado como luz verde a la propuesta de Abbas.

El premier Biniamín Netanyahu dijo en la apertura de la reunión de gabinete de hoy, que el lanzamiento de cohetes por parte de Hamás y los intentos de matar civiles a través de los túneles «son graves crímenes perpetrados por Hamás», y que «la decisión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU de investigar justamente a Israel es una vergüenza para la comunidad internacional y para la ONU». Agregó el premier que «esta decisión no retrasará la actividad de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) contra los túneles del terror y el disparo de cohetes, actividad cuya meta es restablecer la calma para los habitantes de Israel».

Netanyahu agradeció al premier de Inglaterra por el apoyo de Londres a Israel y por la reanudación de los vuelos de la British Airways a Israel. El ministro de RREE británico, Philip Hamond, dijo que «fue Hamás el que emprendió un ataque contra Israel, la cual tiene derecho a la autodefensa». Según dijo, «Gran Bretania y la comunidad internacional trabajan febrilmente por poner fin al círculo de violencia».

Netanyahu y Hamond hablaron juntos en rueda de prensa después del encuentro entre ambos. En él, el premier israelí le mostró a Hamond videos que muestran claramente que el Hamás dispara cohetes hacia Israel desde un hospital de la Franja de Gaza.

Brasil anunció que hace retornar a su embajador en Israel para consulta debido a la acción de IDF en Gaza. En el comunicado de la cancillería brasileña se indicó que «Brasil condena la utilización de fuerza no proporcional y está preocupado por la cantidad de civiles muertos y heridos, entre ellos mujeres y niños». También se lee en el comunicado del gobierno brasileño que «Brasil apoya la decisión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU», que anoche decidió abrir una investigación contra Israel.

En el Ministerio de Relaciones Exteriores israelí se dijo en respuesta que «Brasil utiliza una doble moral, y se convierte en parte del problema, y no de la solución. Dicha conducta explica por qué Brasil no es relevante en la arena política».

 

«Margen Protector», Día Dieciséis

La comunidad internacional da luz verde contra el terorrismo. Helicóptero israelí sobre zonas de Gaza, vacías de civiles.

La comunidad internacional da luz verde contra el terorrismo. Helicóptero israelí sobre zonas de Gaza, vacías de civiles.

Los palestinos informan que las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) bombardearon anoche las zonas de Beit Lahía y Beit Janún, en el centro de la Franja de Gaza. También fueron bombardeados por la noche objetivos en la zona de Jan Yunes, al sur de la Franja.

Fuentes médicas palestinas informan que el saldo de muertos palestinos asciende a 640 y más de 4.000 heridos desde el comienzo del operativo hace ya 16 días. Las zonas de Shudjahíe, Beit Lahíe y Beit Janún están prácticamente deshabitadas. Los civiles se han evacuado a otras zonas con parientes y amigos o a las instalaciones de la UNWRA (la agencia de la ONU para los refugiados palestinos) que informa que ya se acercan a 150.000 los palestinos que accedieron a los llamados israelíes a evacuar sus hogares. La Fuerza Aérea, por ello, está bombardeando la red de túneles y reservorios de cohetes con bombas de hasta una tonelada sin daños tan enormes a la población civil. En combates ayer, el ejército informa que han sido liquidados alrededor de 30 terroristas armados, y 28 más fueron apresados.

En los hospitales israelíes se encuentran internados 133 soldados y oficiales del ejército. Uno se encuentra en estado sumamente grave, el de otros cinco es grave. El resto padecen de heridas de consideración a leves. Anoche murieron en combates con Hamás otros dos soldados israelíes, ambos con rango de oficiales. La cuenta de bajas israelíes asciende así a 29.

En tanto, durante la jornada de ayer fueron disparados unos 100 cohetes desde la Franja de Gaza hacia el sur y centro del país. No se registraron víctimas. Hoy continuaron los disparos y hasta las 10.00 hora israelí se habían disparado sólo 10 cohetes, pero lo cierto es que en total, las FDI no logran verdaderamente aún reducir de modo decisivo los disparos, y el Comando de Retaguardia del ejército llama a los habitantes de Israel a no «dejarse estar» y seguir respetando las indicaciones de seguridad a la hora de las alarmas.

La Autoridad Palestina propone cinco días de deliberaciones en El Cairo, en los que se negocie con Hamás acerca de sus demandas, en el marco de los esfuerzos por alcanzar un alto el fuego. Ayer respaldó el presidente de la AP, Mahmud Abbas, al Hamás en cuanto a sus exigencias de alivios económicos y liberación de los presos palestinos que habían sido liberados en el acuerdo por Guilad Shalit y fueron vueltos a arrestar.

Abbas (Abu Mazen) también llama a reunir una conferencia de los países donantes, para reconstruir la Franja de Gaza luego del operativo israelí. También apoyó la postura egipcia de que el alto el fuego sea impuesto antes aún de comenzar a debatir las exigencias de Hamás.

El jefe del brazo político de Hamás, Khaled Mashal, convocó para esta noche una conferencia de prensa en Qatar. El canciller iraní Jahual Zarif, dialogó telefónicamente anoche con Mashal y lo felicitó por «la resistencia palestina contra la ocupación». Zarif enfatizó que «Irán está junto al pueblo palestino y apoya su firme posición».

Analistas en Israel explicaron que durante este operativo se ha producido un acercamiento entre Mashal y Teherán. Irán había cerrado sus puertas a Hamás en los últimos años, luego de que Hamás apoyara a los jihadistas sunitas rebelados en Siria contra el régimen de Assad en 2010. En ese momento, ambos países, Irán y Siria, catalogaron a Hamás como «traidores», y Mashal y su séquito debieron abandonar Damasco. Sólo este enfrentamiento con Israel, el enemigo en común, logra reacercar las posiciones entre el Hamás sunita e Irán chiíta.

En el plano diplomático, la Conferencia de Cancilleres de Europa aprobó una resolución ayer por la que expresan su apoyo al derecho de Israel a defenderse y a luchar contra el terrorismo, aunque llamó a Jerusalén a ser «medido» en el daño a civiles. El gobierno israelí expresó su beneplácito por las expresiones de Europa.

El embajador israelí en la ONU, Ron Prosor, dijo al respecto que «la comunidad internacional ha comenzado a comprender el peligro que encierra el terrorismo islámico, y el apoyo que sus líderes le brindan a Israel le permite a su ejército desarrollar el operativo a fondo». Prosor agregó que «quien no apoye la lucha de Israel contra el terrorismo, podría descubrirlo mañana en la puerta de su casa».

Prosor dijo también que «la intrincada red de túneles construida por Hamás ha demostrado al mundo entero que Hamás ha utilizado los fondos donados por el mundo entero con fines terroristas, y que Israel tuvo razón al implantar el bloqueo para material de construcción a la Franja de Gaza».

«Israel exigirá a la agencia de refugiados de la ONU, UNWRA, que esa organización se asegure de que Hamás no vuelva a utilizar sus instalaciones para el almacenamiento de cohetes y otros medios de combate», anunció Prosor.

Una primera compañía aérea norteamericana, US Airways, reanuda sus vuelos a Israel. Por un cohete caído en una vivienda en Yehud, cerca del Aeropuerto Internacional Ben Gurión, varias compañías aéreas norteamericanas y de otros países suspendieron sus aterrizajes en Tel Aviv. El Al funciona normalmente, e incluso agregó vuelos y destinos.

Los absurdos de la saga siria

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Por Marcelo Kisilevski, desde Modiín, Israel

La incomprensión de lo que es el Medio Oriente y de la dinámica de sus conflictos llega a tal nivel, que el mundo no deja de caer en absurdos que gritan a los cielos de tan evidentes. El primero tiene que ver con la lógica norteamericana sobre el uso de armas de exterminio masivo. La guerra civil en Siria llevaba ya tres años y cien mil muertos cuando Bashar El Assad atravesó la «línea roja» marcada por el presidente norteamericano Barack Obama: el uso de armas químicas.

He aquí el primer absurdo: Assad está perpetrando un genocidio, y lo podría (lo puede) seguir perpetrando con total impunidad, siempre y cuando lo haga con balas, obuses de cañón y bombardeos aéreos con bombas convencionales lanzadas adrede sobre civiles indefensos. Si fuera por EEUU y Occidente, sólo el método, y no la cantidad de muertos, trazan esta arbitraria línea roja.

Es cierto que todo esto son excusas, y las consideraciones son puramente geopolíticas. Lo último que desea Obama, que prometió que su gobierno sería el del fin de todas las guerras, es atacar a Siria. Cualquier línea roja, desde este punto de vista, era y es una imprudencia retórica. Ahora, cualquier excusa será buena para anular todo el operativo: la ilegalidad que le marcó la ONU, la oposición de su propia opinión pública, la falta de mayoría en el Congreso, e incluso la propuesta rusa de colocar todas las armas químicas sirias bajo supervisión internacional, de la que dijo: «Es posible si es real. Es lo que venimos pidiendo ya años». Cualquier escalera es buena para Obama, desesperado por bajarse del alto árbol al que se trepó sin querer.

La decisión de no atacar, en todo caso, sería tan correcta como la de atacar. Pues el segundo absurdo, en efecto, tendría que ver con Estados Unidos y también Israel alineándose contra Assad… a favor de Al Qaeda. Esta última organización, que hegemoniza la rebelión contra el régimen alawita, adopta en Siria el nombre camuflado de Jabhat El Nusra, un cambio de marca que posibilitaría la ayuda norteamericana a la organización responsable del mayor atentado terrorista de la historia. Estados Unidos ya ha ayudado a muchas organizaciones islamistas, incluidos Al Qaeda y Talibán, y Obama estará muy gustoso de zafarse de este nuevo absurdo.

Para Israel, el dilema no es menor. El Israel oficial ha mantenido su perfil bajo. Pero a la hora de elegir, parece preferir la caída de Assad a su triunfo contra Al Qaeda. La lógica es que, como dijo un experto militar, «contra los sunitas podremos arreglárnoslas; la caída de Assad es más tentadora, pues implica el quiebre del eje con Irán, principal enemigo de Israel». Y ahí anduvo, en los últimos días, el premier Biniamín Netanyahu haciendo lobby casi abiertamente ante congresales estadounidenses a favor del ataque contra Damasco. Israel se ve, pues, apoyando (si bien sólo por default) a Al Qaeda, y tampoco se trata de una posición muy cómoda que digamos.

El ajedrez ruso

La incógnita rusa es el tercer absurdo de este episodio. Los opuestos a la guerra y los rusos se oponen a la «intervención norteamericana». ¿Y qué con respecto a la intervención rusa? Es Rusia la que alimenta con armas al régimen de Assad con municiones, repuestos, cohetes S-300, aviones y todo lo que le pueda servir para mantenerlo en pie. Las motivaciones del presidente Vladimir Putin en esta partida son menos conocidas en el preocupado Occidente. Juegan los intereses económicos en la región de una potencia venida a menos, una ruta del petróleo que defenderán a capa y espada, una industria militar que necesita a toda costa mantener su clientela, incluidos tanto Siria como Irán.

Entra también la política interna rusa, en la que Putin debe demostrar día a día que no está jugando de perrito faldero de Obama. El poder del líder parece estable por ahora, pero en su nuca sopla el primer brote de oposición creíble en una década. Se llama Alexéi Navalny, postulado a alcalde de Moscú, al que las encuestas de intención de voto le daban un escaso 12%, y que en los comicios del último 8 de septiembre obtuvo  el 27% frente al actual alcalde y hombre de Putin, Sergei Sobyanin.

No hay que temer una nueva Guerra Fría todavía. Los números y la fuerza, aunque hubiera motivación, no le dan a Putin. Como quiera que fuere, la «intervención extranjera» en Siria comenzó hace mucho tiempo, existe desde muchos años antes del comienzo de esta guerra civil, y es la intervención rusa, no la norteamericana. Cuanto menos, desde el comienzo del genocidio, que incluye no sólo muertos sino también entre cuatro y seis millones de desplazados, deberíamos haber visto manifestaciones pacifistas en las capitales occidentales bajo el lema: «Rusos go home».

Pacifismo selectivo

El cuarto absurdo de esta recorrida, precisamente, es la actitud del Occidente pacifista, los abanderados del «No a la guerra en Siria». ¿Perdón? La «guerra en Siria» ha cumplido ya tres años. Existe allí un dictador genocida brutal. Se llama Bashar El Assad. Ha asesinado ya a más de cien mil de sus propios ciudadanos en una guerra desigual. Lo hace con ayuda iraní y rusa, y no vacila en utilizar todas las armas a su disposición. La guerra lleva ya tres años, pero sólo la insinuación de intervención norteamericana coloca en sus dos patas traseras a la juventud izquierdista y pacifista de Occidente y la saca a la calle con carteles pletóricos de palomas y ramas de olivo. Uno no puede menos que elevar las cejas, una vez más, y señalar: ¿cuál es la agenda detrás de este pacifismo selectivo?

En efecto, para este tipo de pacifismo, sólo falta que, como dice el mito urbano acerca de la BBC de Londres, publiquen un índice de cambio entre muertos según su grupo étnico y el bloque geopolítico al que pertenecen: ¿cuánto espacio en los medios o, en este caso, cuántas manifestaciones vale un muerto palestino y cuántas un muerto sirio? ¿Nueve muertos turcos en una Flotilla por los palestinos equivaldrán a cien mil sirios, o tampoco serán suficientes? ¿Hará falta un millón de ciudadanos sirios muertos para que los carteles acusen a Assad en las calles de América Latina?

Los intereses de los gobiernos y los partidos de izquierda en América Latina pueden ser comprensibles, siempre y cuando entendamos sus motivaciones geopolíticas y económicas, y dejemos de atribuirles virtudes morales.

La pregunta, más bien, va dirigida al individuo, ese joven estudiante universitario, militante de izquierda y por los derechos humanos que de verdad y con todo su idealismo cree en el poder de su generación para crear un mundo mejor. A él debe dirigirse la pregunta: ¿cómo eliges las causas de derechos humanos en el mundo por las cuales lucharás? ¿Cómo es que los palestinos, que suman menos de un tercio de los muertos en treinta años de conflicto con Israel, que los que ya lleva el matadero sirio en sólo tres, te sensibilizan hasta las lágrimas y te hacen dedicar tu escaso tiempo y dinero a participar en manifestaciones furibundas contra Israel, mientras que el verdadero genocidio, que ocurre frente a tus narices en Siria, te mantiene en la más absoluta indiferencia? Quizás llegues a la sospecha molesta de que lo que de verdad estás seleccionando –o están seleccionando por ti- no son pueblos que sufren (entre los que no debiera haber selección alguna), sino victimarios, lo cual es sustancialmente diferente.

Este es, por cierto, un mundo lleno de contradicciones y absurdos. Sólo si los miramos a la cara y nos informamos a fondo, podremos formarnos una opinión fundada. Pero antes, un poco de humildad.

La buena nueva egipcia: «Yo también soy musulmán»

Tahrir Square

Como ya se ha dicho, es imposible prever cuál será el desenlace de la actual serie de acontecimientos, entre la participación ciudadana, la política y la violencia que sacuden a Egipto. Lo que sí podemos afirmar sin temor a pronunciar otra profecía incumplida, es que el avance del islam radical en el Medio Oriente no puede darse ya más por sobreentendido. La segunda revolución egipcia implica la existencia, en las propias sociedades mesorientales, de sectores amplios que intentan modificar una sentencia que parecía segura.

Dos frases rescato de la manifestación contra el depuesto presidente Muhammad Morsi. Una, pronunciada por una periodista egipcia en perfecto hebreo, entrevistada por el Canal 2 de la televisión israelí: «Nosotros no somos Siria». En el país de la familia Assad se da una lucha sin cuartel entre dos bandos étnica y religiosamente bien identificados: por un lado la elite alawita pro iraní enquistada en el poder, una minoría oligárquica que gobierna autocráticamente un país de mayoría sunita; por otro, los propios sunitas, hartos del desgobierno y de la violencia, pero con una agenda de corte islamista radical.

En Egipto, los manifestantes dijeron claramente: aquí las cosas son mucho más complejas. La lógica imposible de la última revolución dejó atónito incluso al gobierno de Obama, quien debió soportar duras críticas en su campo doméstico por su ambivalente reacción a los acontecimientos: un movimiento claramente democrático pide a su ejército, que ha sostenido a los gobiernos más autoritarios, derribar un gobierno democráticamente electo, con el fin de restaurar… la democracia.

La buena nueva consistiría en que los egipcios declaran que pueden aspirar a la democracia, pero no al precio de caer en la trampa del islamismo radical, que busca encaramarse en el sistema democrático para perpetuarse en el poder. En otras palabras, democráticos pero no imbéciles.

Obviamente la Hermandad Musulmana los ha ayudado, destruyendo totalmente la economía egipcia, cometiendo todos los errores de manejo político posibles, e intentando de manera demasiado burda la destrucción de los resortes de convivencia que los egipcios consideraban una buena base para comenzar a construir una sociedad y un país más o menos sustentables. Pero eso no quita mérito a los egipcios de intentar no caer en el mismo error que plagó al siglo 20 de autoritarismos, de izquierda y derecha, que llegaron –y en algunas latitudes aún llegan- al poder por vías límpidamente democráticas.

«No nos robará la religión»

La segunda frase, leída en uno de los carteles de la manifestación en Plaza Tahrir era aún más emocionante: «Yo también soy musulmán». El cartel acusaba con dedo invisible y con incontenible ira a la Hermandad Musulmana y a su representante, el ex presidente Morsi, y le decía: «Usted nos ha robado la revolución, está intentando robarnos el país, pero no le permitiremos robarnos también la religión».

«El Islam –parecía seguir diciendo el conmovedor cartel- no es radical. No es esa versión deforme y violenta que ustedes intentan imponer como el islam verdadero. El islam es una religión de paz, que le dice ‘No’ al régimen de exclusión que ustedes instauran. No lo lograrán».

Las sencilla frase «Yo también soy musulmán» es una excelente noticia, más allá del desenlace que pueda tener la ola de violencia desatada por la Hermandad, la cual técnicamente puede entender que se le ha arrebatado el gobierno democráticamente alcanzado. Es excelente, porque su mensaje que no va dirigido solamente a Muhammad Morsi sino también a todos los movimientos islamistas de los cuales la Hermandad Musulmana es su matriz histórica: el Hamás palestino, la Jihad Mundial, la Jihad Islámica palestina, la Jihad Islámica jordana, incluso grupos más radicales como los salafistas y hasta el propio Al Qaeda que, bajo el nombre de Jabhat al-Nusra hegemoniza la rebeldía en Siria.

La frase, así como toda la segunda revuelta egipcia, es una clara toma de posición de la principal sociedad en el Medio Oriente, en contra de dos paradigmas: uno, el del radicalismo y la violencia islámica como corriente hegemónica en la religión musulmana. Desde ahora, los moderados también se animan a hablar, y sólo es de esperar que el ejemplo cunda.

El otro paradigma es el del «choque de civilizaciones» como status eterno e irremediable de la geopolítica mundial del siglo XXI. La guerra que el islamismo radical impone a los «Cruzados», o sea al Occidente visto por aquél como un enemigo religioso, puede ser ganada si la alianza es con aquellos que dicen: «Yo también soy musulmán».

Los occidentales amantes de la paz, la justicia social y los derechos humanos deben aprender la lección, dejar de tratar al islamismo radical con los guantes de seda del multiculturalismo e incluso del socialismo, y tender una mano urgente a los sectores moderados (y oprimidos) del mundo musulmán, cuyas voces han sido hasta ahora acalladas, sacrificadas en el altar de lo «politically correct».

*Publicado en “El Diario Judío”, http://www.eldiariojudio.com