Ahora sí: El Día Después

(Extracto de la nota «Licitación para la Reconstrucción», de Alex Fischman en Yediot Ajaronot, Suplemento de Shabat, del viernes 16.1.09)

El Jihad Mundial tardó en darse cuenta del operativo «Plomo Fundido». Recién una semana después comenzaron a verse, en los sitios web fundamentalistas, llamados a armarse y cumplir preceptos de «Jihad personal», penetrar en Palestina y atacar. Días después dieron instrucciones más detalladas, puntos ideales para infiltrarse, lugares clave a ser atacados.

De repente, se registraron algunos incidentes en las fronteras. Disparos desde la frontera con Siria contra una patrulla de Tzahal, o contra otra de la Gendarmería en la frontera jordana. Casos aislados, pero en Israel -y también en Siria y Jordania- tomaron en serio esas señales, producto de la incitación de la Jihad Mundial por Internet.

Esta semana (por la pasada) se sumó también Bin Laden a los llamados a convertir a Gaza en un segundo Afganistán, pero para Hamás, todos llegaron tarde. En los bunkers de Gaza comienza un balance doloroso con un profundo olor a derrota y a traición. El «Ratzád» (servicio de inteligencia interno del Hamás) mandó agentes a la calle, al mercado, a ver qué dice la gente. A pesar de lo que los gazeños dicen por la televisión del mundo, los líderes del Hamás saben la verdad: comienzan a percibir la agitación en la calle palestina, que se pregunta si la guerra fue conveniente, y acusa al Hamás de un comportamiento «aventurero». También apuntan su bronca y su dolor contra sus hermanos palestinos en Cisjordania, que no hicieron nada en su favor, y contra los países árabes, que no enviaron ayuda desde afuera. La sensación generalizada en Gaza es que el liderazgo los llevó a una situación miserable y que el mundo los ha abandonado.

El número de refugiados en Gaza llega ya a 90 mil. La gente que se escapó de sus casas -tanto por los preavisos del ejército israelí como por temor a los bombardeos- no tiene adónde volver. Nadie, hoy por hoy en Gaza, tiene solución para estos refugiados. Parte se hospedan con familiares y parte dan vueltas por sus casas en ruinas, intentando salvar algo más. Tzahal se encontró con una «ciudad de explosivos», y destruyó cada casa, barrios enteros, sospechosos de estar entrampados con bombas.

Es de suponer que en el Hamás hablan hoy de un fracaso total en la preparación de la retaguardia civil para la guerra. Los hospitales no fueron equipados con implementos médicos suficientes, no se formaron equipos de rescate y salvataje al nivel necesario, no fueron diseñados programas para resolver los problemas de los refugiados ni de la reconstrucción de infraestructura que colapsó en la guerra: agua, electricidad, alimentos.

En este punto temporal, el Hamás no sabe ni por dónde empezar. Todas las oficinas gubernamentales fueron borradas, la gente no tiene siquiera adónde ni a quién dirigirse. No hay dinero en la caja de gobierno ni un registro poblacional ordenado. Israel destruyó 12 mezquitas centrales en Gaza utilizadas como reservorios de armamento y municiones, acción que no se había realizado jamás en confrontaciones entre Israel y el mundo árabe. El gobierno del Hamás, que era la cúspide de los logros del movimiento fundamentalista en el Medio Oriente, perdió su capacidad. Si no da respuestas a la población, perderá su legitimidad en la calle. No hay todavía señales de revuelta en la calle gazeña, ni las habrá, pero hay algunos incidentes que dan cuenta de la insatisfacción. A no pocas células del Hamás los civiles les exigieron bajarse de los techos de sus edificios de viviendas. No los quieren allí. No quieren «ligarla» por su culpa.

Hamás y el mundo árabe todo, estudian ahora las lecciones de esta guerra. Hasta la Segunda Guerra del Líbano pensaron que habían hallado una «patente» para combatir a Israel: lanzar cohetes contra su retaguardia civil. Con «Plomo fundido», la patente terminó de colapsar, pues Israel devuelve con la misma moneda.

La segunda lección es la militar propiamente dicha. En Hamás intentan averiguar ahora por qué su plan de defensa militar no funcionó. No entienden, por ejemplo, por qué los tanques israelíes no fueron penetrados ni volados como en el Líbano. Por qué el plan de ataque que habían preparado, de fuego ascendente contra la población israelí, fracasó. No sólo en Hamás. También en Beirut, en Damasco y en Teherán, intentan ahora reunir data del campo de batalla y entender qué fue lo que hizo allí Israel. Qué defensas tenían los tanques, cómo actuaron los grupos de combate de Tzahal. Esta guerra encendió entre los sirios y los iraníes varias luces de advertencia.

Si bien Hamás no levantará banderas blancas e intentará presentarse como vencedor, le costará muchísimo vender esa historia de éxito. Al no lograr anotarse logros en las batallas frente a Tzahal, comenzaron a fabricar historias sobre muertes de soldados israelíes. Fuera de Al Jezeera, nadie compró. Ni siquiera lo creyó la calle en Gaza. Hamás sabe que ha fracasado, y los egipcios, en las conversaciones de El Cairo, se preocupan por ponerles bien en claro su miserable situación. Los egipcios son concientes de las fisuras entre Hamás-Damasco y Hamás-Gaza, y humillan a los representantes del Hamás con la exigencia de rendición total. Los del Hamás no luchan ya por las condiciones de la rendición, sino por el honor de su organización.

En cuanto al resultado final, Israel no quiso derribar el gobierno del Hamás, por temor a que se generara un vacío de gobierno al que fueran atraídos factores islámicos aún más extremos, y a una anarquía de bandas armadas. A Israel le es cómodo que Hamás permanezca en su puesto, pero que sea un Hamás debilitado. Esto se oponía al interés egipcio que, precisamente, deseaba ver caer al Hamás del gobierno de Gaza. Cuando el Comando Sur presionaron para continuar avanzando, en el Alto Mando en Tel Aviv los frenaron, y no sólo por razones humanitarias o presiones diplomáticas. Otro golpe, y el Hamás se habría desmenuzado por completo. ¿Y entonces qué? ¿Habríamos tenido que formar una administración militar y empezar a repartir alimentos y preocuparnos por los refugiados?

La carrera hacia la reconstrucción

Nadie sabe estimar los daños a la Franja de Gaza en las últimas 3 semanas. La Oficina Central de Estadísticas Palestina habla de 1.500 millones de dólares. No suena a mucho en términos de catástrofes internacionales, pero relativamente al presupuesto de la ANP es una cifra astronómica. Ahora comienza la carrera hacia la reconstrucción. Empieza por goteo de puentes aéreos: un avión francés trae insumos, otro de la UNICEF desde Dinamarca, delegaciones de Médicos sin Fronteras que intentan obtener autorización israelí para actuar en la Franja. La UE ya está reunida con el secretario general de la ONU e intenta hallar financiación para la reconstrucción de las infraestructuras en Gaza. Y ni siquiera es el comienzo.

Muchos organismos extranjeros, occidentales y otros, vendrán y actuarán junto a las organizaciones de asistencia a refugiados. En Europa, EE.UU. y Egipto entienden que se da aquí una competencia: quién llegará a Gaza primero con el dinero, si los iraníes, o el mundo libre junto con los países árabes moderados. Los egipcios colaboran con el cierre del Paso de Philadelphi no sólo por su temor al contrabando de armas que podrían ser apuntadas también contra ellos. Un Philadelphi cerrado seca también los conductos de dinero iraní a Gaza. Decenas de millones de dólares pasaron a Gaza en maletas de dinero a través de los túneles y mantuvieron al gobierno del Hamás. Los egipcios, en cooperación con los jordanos, sauditas y países del Golfo, hacen hoy esfuerzos serios por cortar a la Franja del eje Irán-Siria. «Plomo Fundido» les abrió la oportunidad de devolver la Franja a la Autoridad Palestina y reducir el enfrentamiento israelo-palestino a sus dimensiones locales, en lugar de un conflicto regional.

Para Israel, en tanto, la guerra no se termina con el cese del fuego. Éste traerá también a la prensa internacional y la gran primera batalla de Israel será en el plano del esclarecimiento. El gobierno ha nombrado al ministro Itzjak Herzog para que concentre los esfuerzos israelíes del Día Después. El primer esfuerzo en la batalla por la concientización será incluso el judicial: reunir las evidencias que demuestren que la destrucción de las edificaciones civiles se debió al hecho de que en la zona actuaban organizaciones terroristas. Existe el temor de que el comandante en jefe de Tzahal Gaby Ashkenazi y el general Yoav Galant (que comandó el operativo) deban dejar sus pasaportes en el cajón por mucho tiempo. Una reunión de rutina con los comandantes en jefe de la OTAN en Bruselas podría terminar con su arresto en el aeropuerto.

La lucha israelí por la concientización es un capítulo importante, en el corto y mediano plazo. En el largo, le espera a Israel una lucha de estado prolongada contra la posible legitimación del gobierno del Hamás. En este punto, podría salirle a Israel el tiro por la culata: Israel buscaba debilitar al gobierno de Hamás, pero por la destrucción provocada, Hamás podría precisamente obtener la legitimación internacional. Las delegaciones de asistencia de países europeos y otras, permanecerán en la Franja de Gaza por mucho tiempo, y tendrán contactos constantes con las autoridades. El gobierno local era y seguirá siendo del Hamás. Así, paulatinamente, los contactos humanitarios se convertirán en diálogo político y, seguidamente, en reconocimiento de los países del mundo al Hamás y a la ideología que éste representa.

Traducción y edición: Marcelo Kisilevski, en El Comunicador Personal (www.marcelokisilevski.wordpress.com)

5 pensamientos en “Ahora sí: El Día Después

  1. Marcelo, suponiendo que Israel diera otro pasito más y efectivamente el Hamas quedara destruido por completo… OK, evidentemente habría un vacío gubernamental importantísimo en la Franja de Gaza… ¿y eso qué? no entiendo de qué manera le puede perjudicar a Israel el hecho de que no haya gobierno en Gaza, obviando la demonización de los hipócritas en el mundo (eso lo hacen con o sin gobierno, con o sin Operación Plomo Fundido). Es decir, si los factores más extremistas que el Hamas, suponiendo que los haya, no actúan todavía es porque no pueden ingresar armas de la misma manera que el Hamas y sus otros grupos asociados, entonces no entiendo cuál es el problema de acabar con el Hamas de una vez por todas y para siempre, así Israel se ahorra un gran peso de encima. Es más, de crear un gobierno en Gaza se podría encargar la ONU, Europa, Estados Unidos y cualquier nación del mundo libre que así lo desee. ¿Para qué necesita Israel que haya un gobierno en la Franja de Gaza? ¿para qué necesita que el Hamas siga existiendo?

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  2. Hola Jabotito. Sin que estemos de acuerdo en el fondo, reconozco que hay cierta contradicción en el análisis de Alex Fischman sobre la política de Israel para Gaza. Por un lado dice que no quería voltear al Hamás para que hubiera aunque sea un gobierno cualquiera, de modo de no tener que tomar Israel nuevamente las responsabilidades de país ocupante para con la población civil. Por otro, dice que la división entre Gaza y Cisjordania -que de hecho retrasa todo proceso de paz- es un interés de Israel, lectura que no sé si comparto. Lo que dice Fischman es que un Hamás debilitado y sin legitimidad internacional en el gobierno de Gaza responde mejor al interés israelí que la anarquía de bandas (hamulas) armadas que responden a caudillos indomables. Desde el punto de vista de seguridad, supongo que es más difícil de combatir, porque no hay una «dirección» unificada a la cual dirigirse y con la cual negociar (con el hamás se negociaba indirectamente pero se negociaba). Y sobre el cierre del contrabando, nunca hay garantías de que no van a llegar armas a largo plazo.

    Coincido con vos en que la «solución» a la que se está llegando ahora no es la ideal ni cierra el caso. Pero no coincidimos en lo que sí hay que hacer. A vos y a mí nos separa la diferencia actual entre izquierda y derecha: vos querés reprimir lo mejor posible para que no nos «puedan» hacer más guerras. Yo quiero que se creen las condiciones para que no nos «quieran» hacer más guerras ni terrorismo. En lo concreto, ya lo escribí en posts anteriores que leíste (ver «Hamás vs. Israel como sistema») Lo intentado hasta ahora falló. Hay que seguir intentando. Mi solución -resumible en «desarrollo impuesto desde afuera»- puede ser utópica (como lo son todas las utopías hasta que se cumplen, por ejemplo el Estado de Israel), pero la tuya perpetúa el sistema, y cosa probable, seguiremos teniendo más y más «operativos inevitables».

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  3. Marcelo, gracias por la respuesta, pero no es ninguna obligación que vos me llames jabotito todo el tiempo solo porque figura en el nick de mi usuario de wordpress. Me podes seguir llamando Andrés, no te lo prohibo, jeje.

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