Estados Unidos atacaba anteayer a Siria por primera vez en la historia, en un desesperado intento de Bush por dejar alguna huella significativa antes de que baje su telón para siempre. Pero no era de eso de lo que quería hablar.
Porque en ese mismo instante ocurría otro suceso, no menos histórico, pero que pasó casi desapercibido: la selección de fútbol de la Autoridad Palestina, rankeada 180 en la FIFA (hay como 192 países en todo el planeta, ¿no? No está tan mal.) jugaba su primer amistoso con su par jordana (112 en el mundo), y por primera vez en su propio estado, sito nada menos que en Jerusalem oriental.
Cuenta Daniel Sirioti en el diario Israel Hayom que el partido se jugó en la aldea A-Ram, en Jerusalem oriental, frente a miles de emocionados espectadores en el nuevo estadio bautizado Faisal Husseini, quien fuera en vida el encargado de Asuntos de Jerusalem de la ANP. El partido terminó en el elegante resultado de 1 a 1. El presidente de la FIFA, Sepp Battler, dio el puntapié inicial, junto a dignatarios de la Autoridad Palestina.
Lo interesante que nos venimos a enterar es quién es el titular de la Asociación Palestina de Fútbol, nada menos que Gibril Rajoub, otrora jefe de los servicios de inteligencia palestinos en la Franja de Gaza, además de otros puestos como hombre de Arafat. Un pesado, o sea, que terminó perdiendo el halo a manos del Hamás en la Franja.
Rajoub, vuelvo a Sirioti, agradeció en el discurso de apertura del evento a los directivos de la FIFA, por la financiación del arreglo del nuevo estadio, que será desde ahora la casa local del seleccionado palestino. Hasta ahora, la selección jugaba de local en Jordania y en Qatar, debido a las limitaciones de seguridad.
Y atención con el siguiente dato: el partido de anteayer fue posible gracias a un permiso especial de Israel para que dotaciones de policías palestinos custodien el encuentro, les recuerdo, en Jerusalem oriental.
En contexto, se acaba de iniciar la campaña electoral en Israel -las elecciones serán en febrero-, y el tema central, precisamente, es Jerusalem. Shas, el partido religioso sefardí, se retiró de las negociaciones coalicionarias debido a la negativa de Tzipi Livni de firmar que no negociaría Jerusalem. Bibi Netaniahu, del Likud, hará de su negativa a negociar por la entereza de la capital israelí el eje de su campaña. Abu Alá, jefe del equipo negociador palestino, felicitó a Livni por negarse a cerrar la posibilidad de un acuerdo en Jerusalem.
¿Qué dice este partido, este estadio, esta presencia de policías palestinos en la capital israelí, acerca de la postura de Israel -o su actual gobierno- en el tema de la soberanía sobre la ciudad? ¿Qué precedentes se estarán sentando, de los que ningún gobierno futuro podrá retroceder? Sin el tema de Jerusalem, dice Livni, no habrá negociaciones del todo con los palestinos. Sin duda, son noticias dramáticas, muy buenas para quienes apoyan una solución acordada en la ciudad santa, muy malas para quienes se oponen.
Puede que, junto con la recesión que se viene en lo económico, estemos saliendo de la recesión política en el Medio Oriente.