BALANCE INCOMPLETO 5775: ISRAEL, O… LOS PARANOICOS QUE ISIS E IRÁN PERSIGUEN

Lo que le falta crecer a Herzog. Imagen de un improvisado debate televisivo, que se transformó en ícono de la derrota de Herzog a manos de Netanyahu.

Lo que le falta crecer a Herzog. Imagen de un improvisado debate televisivo, que se transformó en ícono de la derrota del líder de Majané Tzioní (laboristas) a manos de Netanyahu.

Por Marcelo Kisilevski

¿Cuáles son, en Israel y el Medio Oriente, los eventos centrales del año 5775 que termina?

El evento central en Israel del año hebreo que termina es, sin duda, la reelección de Biniamín Netanyahu como primer ministro. Los analistas se esfuerzan por descifrar el secreto de este político, al que no todos quieren, pero que nadie sabe por quién ni cómo reemplazar. En el propio Likud es quizás uno de los más aborrecidos, pero ganó las internas precisamente por no hallar dentro del partido de gobierno un reemplazo apropiado que pudiera ganar en las nacionales.

Finalmente ganó el miedo, una sensación de seguridad que Itzjak Buyi Herzog no pudo ofrecer al ciudadano común. No fue solo la frase de Bibi en Youtube, «los árabes corren masivamente hacia las urnas», ni los lapsus de los izquierdistas ashkenazíes que acusaron a los «besadores de amuletos», los religiosos y sefardíes. Estas fueron frases desafortunadas, que revelan que todavía los cortes y las adversidades dentro de la sociedad israelí todavía están vivos.

Pero las amenazas externas, fuertes y rotundas, ayudaron más aún al reelecto premier. Frente a las amenazas de Hamás, desnudadas más que nunca por el fenómeno ISIS, vale la frase inmortal de Woody Allen: «Que uno sea paranoico no significa que no lo estén persiguiendo». Herzog, además de oponer una alternativa cuerda y de hablar de seguridad y no sólo de economía, deberá todavía trabajar mucho sobre su imagen… si es que sobrevive a las próximas internas laboristas. Muchos votantes dijeron: «Solo Bibi me da una sensación de seguridad». Otros, tradicionales votantes del Likud, casi se disculpaban: «¿Y a quién otro quieres que vote?» Suena como votar por el mal menor, sobre todo teniendo en cuenta que muchos votantes de Bibi pertenecen a las capas más pobres de la población, que seguirán siéndo pobres gracias a su política. Para Netanyahu, no obstante, fue suficiente.

El gran éxito de las elecciones se lo llevó, sin embargo, la bancada árabe de Ayman Uda, por haber logrado unificar a políticos que van desde la devoción musulmana, a veces rayana en el apoyo al islam radical, pasando por un polígamo, hasta otros diputados árabes que apoyan los derechos de los homosexuales. Se trata de una obra de ingeniería política nada desdeñable, en la que políticos tan dispares entendieron que la unión puede valer la pena para convertirse en la tercera bancada del parlamento israelí.

No podemos olvidar que este es también el año del odio, en el que un jaredí (judío ultraortodoxo) acabó con la vida de Shira Banki, una adolescente de 16 años que participó en una Marcha del Orgullo Gay en Jerusalén, y en que extremistas judíos de ultraderecha religiosa incendiaron la casa de la familia palestina Dawabsha en la aldea Duma, acabando con la vida de Ali, un bebé de un año y medio, y sus padres. Meir Etinguer, sospechoso de pertenecer a una célula terrorista judía presuntamente relacionada con el ataque, dijo desde su lugar de arresto que su grupo seguirá luchando por «crear el Estado de Judea», un Estado halájico que regrese a las fuentes de la época del rey David.

El año en la región

En el Medio Oriente, las diez guerras ya se han cobrado más de medio millón de vidas y producido cerca de diez millones de refugiados. Cuatro de esos millones, los sirios, tocan hoy a las puertas de Europa, y el cadáver de un niño de dos años tirado en la playa les cuenta a los europeos que el problema ahora es de ellos. En Siria el problema tiene nombre y apellido: Bashar El Assad, al que Rusia e Irán corren esta semana a ayudar abiertamente con armas y tropas. El bloque occidental, liderado por EEUU, deberá responder también a esta realidad.

No es fácil decidir apoyos y leer alianzas. Los rusos y los iraníes buscan la estabilidad de Assad en contra de ISIS, que también es enemigo de EEUU y de todo Occidente. Si «gana» Assad, Irán seguirá a las puertas de Israel. Si gana ISIS, en negociación para aliarse con el Frente Nusra, el Al Qaeda sirio, es el islam radical sunita el que amenazará las fronteras de Israel.

No es solamente ISIS, pero esta organización se terminó de revelar este año como el nuevo reino de la brutalidad a escala mundial. La organización adscribe a la ideología de Rashid Bagdadi, ya muerto, que opinaba que cuanto mayor fuera la crueldad, cuantas más cabezas rodaran, literalmente hablando, más pura se volvería el alma del creyente.

Entre otros males, la institución de la esclavitud ha renacido en todo su esplendor en el universo ISIS. Miles de habitantes del Medio Oriente, en su mayoría otros musulmanes pero también cristianos, son vendidos y comprados en los mercados de Irak y Siria. Y la discusión teológica hoy gira en torno a si le está permitido al hombre musulmán mantener relaciones sexuales con la esclava de su esposa. Y las opiniones en este crucial debate están divididas entre los «sabios» de ISIS…

La organización terrorista ya es no solo la más cruel sino también la más rica del mundo, pues maneja un país de más de diez millones de habitantes, en un territorio que ocupa casi medio Irak y un tercio de Siria, cobrando impuestos y comerciando con petróleo en el mercado negro internacional. La frontera entre ambos países ha desaparecido, y Occidente tendrá que decidir qué actitud tomará ante el nacimiento de un país nuevo autobautizado «El Califato», que en el camino amenaza con borrar otros dos países miembros de la ONU: Irak y Siria. ISIS ya ha anunciado que su agenda de conquistas incluye Libia, Egipto, Israel-Palestina, Líbano, Jordania y Arabia Saudita. Según la teología de Dar El Islam, aquel espacio imperial árabe que abarcaba las conquistas de Mahoma, los Cuatro Califas Rectos y la Dinastía Omeya, es solo el comienzo. Lo cierto, para el que quiera pensar con lógica, es que ISIS no se detendrá solo, y Occidente tendrá que decidir, aquí también, cuál será su actitud.

Este es también el año del acuerdo entre las potencias occidentales e Irán por el plan nuclear del país de los ayatollas. La discusión sobre el desempeño del premier Netanyahu es una discusión entre políticos israelíes. Queda claro, al final del día, que se trata de un acuerdo sumamente problemático que, como mucho, posterga la adquisición por Irán de armamento nuclear. Los países árabes se oponen tanto o más que Israel al acuerdo, solo lo manifiestan con menos ruido que el premier israelí. Cuando se termine de sellar el acuerdo, las relaciones entre EEUU e Israel se revelarán como vivas, coleando y más fructíferas que nunca para Israel en el plano militar, pues la Casa Blanca y, especialmente, el Pentágono, querrán mimar a Israel en compensación. Mientras Obama sueña con neutralizar la hostilidad de Irán al convertirlo en «un actor relevante para la estabilidad del Medio Oriente», el líder espiritual iraní, el ayatolla Alí Khamenei, ya anunció que su país seguiría luchando junto a sus aliados para exterminar a Israel, prometiendo que el Estado hebreo dejará de existir «en el lapso de 25 años».

En todo ese contexto, en medio de un tsunami de islam radical, el gobierno de Netanyahu anuncia que está dispuesto al diálogo sin condiciones previas con la Autoridad Palestina de Mahmud Abbas. Se trataría de un paso inteligente, que acompañaría los esfuerzos de Turquía por mediar en emprendimientos económicos, la tan mentada «Pax económica», entre ambas partes en conflicto.

Economía y cultura

A nivel socio-económico en Israel, ni las medidas del anterior ministro de Economía, Yair Lapid, ni las elecciones, en las que Bibi prometía en vano hacer descender el precio de la vivienda, parecen lograr reducir el costo de vida, y la brecha entre ricos y pobres aumenta. Doscientas mil familias necesitarán en estas fiestas asistencia de las numerosas ONGs que reparten canastas de comida para la cena de Rosh Hashaná, un aumento significativo respecto del año pasado. Muchos matrimonios jóvenes que viven con sus padres, abren la ventana y miran a otros países donde logren hacer que su salario alcance. El país que más se escucha nombrar como destino migratorio, igual que para muchos sirios, es Alemania.

Sin embargo, Israel sigue siendo meta migratoria para muchos otros grupos, entre ellos, aquellos judíos que ven crecer el antisemitismo en sus países. Uno de ellos, es Francia, pero cada vez aumentan los lugares en el mundo donde circular por la vía pública con kipá puede resultar en una experiencia llena de tensión, por decirlo delicadamente. La «aliá» a Israel motivada en el malestar espiritual más que en el económico, ha crecido en el año que termina. En lo económico, Israel no es un país fácil, pero esto está medido en términos del primer mundo.

Como párrafo cultural, la noticia de este año es el nombramiento de Miri Reguev como ministra de Cultura. Reguev se había hecho famosa como portavoz del ejército israelí durante la Desconexión de Gaza y en la Segunda Guerra del Líbano. A su retiro, se incorporó sin dudarlo al Likud. Desde el principio se manifestó como un «patito feo» de la política israelí, a veces provocativa, siempre polémica. El ministerio de Cultura estaba claramente fuera de su zona de confort. Hoy enarbola con ruido de petardos la bandera de la cultura periférica no ashkenazí, con una agenda declarada de poner a la periferia israelí, tanto social como geográfica, en el mapa de la cultura, aún al punto de recortar significativamente los presupuestos de la cultura hegemónica mainstream, ashkenazí, occidentalizante, de Israel. No es una visión descartable persé. La pregunta que muchos se hacen es entonces por el estilo: ¿hace falta pelearse, para tan noble fin, con la actriz símbolo de la alta cultura israelí, la enorme actriz Guila Almagor y con todos los hacedores de la cultura «telavivense»? ¿Hace falta amenazar con negar presupuestos a producciones artísticas que según su visión política «deslegitiman a Israel», produciendo titulares y atrayendo fuego innecesario?

Para 5776, cabe esperar un año hebreo con menos enfrentamientos, donde la norma sea la convivencia, la solidaridad y la paz. Que esta no sea una frase de circunstancia. Shaná Tová.

Nuestro gobierno te educa, nuestro gobierno entretiene…

"La democracia comienza por la educación". Cartel de los chicos del Colegio Arara.

Linda manera de terminar el año. Noticia en Haaretz: el director de una escuela árabe en Israel salió con todos sus alumnos a una manifestación por los derechos humanos y contra el racismo. Recibió por ello una reprimenda del Ministerio de Educación: «Los alumnos portaban pancartas contra el racismo, la demolición de casas y otros, lo cual contraviene las instrucciones del Director General».

En la escuela respondieron anonadados: «Se trató de una apasionante clase de educación cívica. Los alumnos  actuaron según las reglas de la educación y la democracia, y propusieron ellos mismos su participación en un evento de esta naturaleza, a expensas de sus días libres. Se encontraron allí con todo el abanico social del Estado de Israel. ¿Por qué el estado nos ataca?»

En octubre de 2000, al iniciarse la Intifada de Al Aqsa, los árabes israelíes salieron a protestar en paralelo con los palestinos de los territorios. Lo hicieron «a la palestina»: en lugar de salir a las plazas con carteles, lanzaron piedras y cócteles molotov y quemaron coches. La policía los reprimió, también «a la palestina»: con balas de goma y de las otras, muriendo 13 ciudadanos árabes.

En la escuela árabe Arara, en la zona del Triángulo (norte de Israel) decidieron enseñar a sus alumnos, por fin, a protestar «a la israelí»: caminando, con pancartas y con cánticos, tomando parte activa en la lucha por el perfil democrático de Israel. Tampoco esto es suficiente para nuestro nacionalista gobierno, que prefiere ver bocas cerradas a bocas educadas y críticas, eso sí, pero en pacífica coexistencia.

En su respuesta, la dirección de la escuela también citó textualmente al ministro de Educación, Gideon Saar, en su comunicado difundido con motivo del Día Internacional de los Derechos Humanos: Saar llamaba a TODOS los docentes israelíes a enseñar a sus alumnos a «demostrar compromiso y responsabilidad personal, social, cívica y nacional, que los lleve al involucramiento y la participación». En el Ministerio se abstuvieron de replicar. Parece que el sentido del absurdo de todo este gobierno tiene también sus límites, aunque esto podría ser wishful thinking.

Tengo amigos que me propondrán una solución drástica a este problema: «¡Dejá de leer Haaretz de una vez!» Pero no puedo. Junto con mi optimismo a ultranza termino este año con un sentimiento de preocupación por el año que está por empezar.

Yo tengo otra solución. Seguir bregando por un Israel mejor, más seguro pero también más democrático, transitar este 2012 en puntas de pie (pero con pancartas en alto) y esperar pacientemente a las elecciones de 2013.

Feliz año nuevo para todos.

El Gran Hermano israelí y la muerte

Eliraz, el hombre que volvió de la muerte.

Haáj Hagadól (el Gran Hermano israelí) es un programa tan largo, y tan aparentemente sin sentido, que da un montón de tiempo para pensar. Desde «qué estoy haciendo acá perdiendo el tiempo», pasando por «qué van a decir mis amigos de mi ‘círculo de amigos pensantes’ si se enteran que lo miro», hasta reflexiones profundas que harían el orgullo de esos mismos amigos.

Porque la pregunta es: ¿qué nos provoca ese estado de hipnosis? ¿Cuál es, en suma, el secreto del éxito del bicho, hoy convertido en una gigantesca multinacional televisiva? No he leído mucha literatura al respecto (mis amigos pensantes no me lo perdonarían) así que quizás repita lo que ya han dicho otros. Pero no me importa: este blog es mío y escribo lo que quiero.

Me da la sensación de que, más que ningún otro reality, Gran Hermano es un programa que habla de la muerte.

Esta semana, la versión israelí produjo «La semana que no fue», donde se realizaban todo tipo de trucos tipo Día de los Inocentes. El clímax fue ayer, cuando el público tuvo que eliminar a un participante para gritarle «que la inocencia te valga, fue todo mentira» y devolverlo a Beit Haáj Hagadól.

Los participantes, con vistas a la eliminación, ya se habían vestido todos de negro, obedeciendo a instrucciones de la producción, o bien a alguna intuición secreta: todos eran candidatos a esta muerte virtual o a doler la muerte del vecino. El eliminado, finalmente, fue Eliraz, el menos esperado, uno de los candidatos fuertes a ganar el juego. El público lo eligió, precisamente, por ser el más popular, para verlo afuera, un poco más cerca de ellos, de la «realidad», regalarle la experiencia de morir y volver a la vida, algo que no podemos hacer el común de los mortales, y sobre lo que Hollywood ha producido tantas comedias, una peor que la otra.

El dramatismo con que se tomó en la Casa del Gran Hermano su eliminación fue la misma -exactamente la misma- que nos ataca cuando nos enteramos que Juancito, en lo mejor de su carrera y de su vida, con mujer y dos hijos, se ha muerto en un accidente de tránsito. Ilógico. Sorpresivo. Shockeante. Los participantes entraron en estado de trauma, y el clima fue de velatorio. Sin metáfora: de velatorio.

Y cuando lo volvieron a ver aparecer por la puerta de entrada a la Casa, por varios segundos los participantes reaccionaron de la misma manera que reaccionamos cuando nos parece ver a alguien que se había muerto. Sorpresa, incomprensión. Estaban viendo un fantasma. De nuevo, no es metáfora.

Alguien les tenía que haber recordado a los participantes que se trata de un juego. No importa que a cada uno de los eliminados lo van a volver a ver dentro de algunas semanas más. Su eliminación es vivida como una muerte en cápsula pequeña, como una especie de ensayo para lo que vendrá. A la muerte le buscamos explicación, que alguien justifique que «le había llegado el momento», «se lo merecía», «no se lo merecía».

A la muerte no la entendemos, y no aceptamos que no tiene justificación alguna. Uno se muere porque eso es lo que les pasa a las personas. Y nos va a pasar a nosotros también, hagamos lo que hagamos. Igualito que en el silogismo del cole: todos los hombres son mortales, ergo…

El hecho de que sea un juego, y que después todos nos volvemos a encontrar fuera de la «Casa», no es más que el cierre del círculo de la fantasía (o no, porque de hecho ¿quién sabe?) que tenemos con la muerte: que el alma es eterna, y que lo que ocurre aquí en la tierra es una mera metáfora holográmica del mundo espiritual del más allá. Y por eso, aun los que «saben a ciencia cierta» que nos reencontraremos del otro lado, reaccionan ante la muerte con el debido dolor. Como ocurrió ayer con el querido y resucitado Eliraz. Es a este tema, precisamente, que se dedican todas las religiones y corrientes espirituales habidas y por haber en la historia humana.

Y por eso Gran Hermano hipnotiza: porque sin decirlo explícitamente, quizás incluso sin darse cuenta, toca la fibra más íntima del ser humano, al cual el mero fenómeno de la vida -y su finitud- lo deja estupefacto: la obsesión de los humanos con la muerte es tan monumental como su incomprensión. Sencillamente, una idea genial.

VIOLENCIA EN ISRAEL: SEGÚN POR QUÉ CANAL SE MIRE

אלימות בני נוער בבית הספר

León Kalantarov, de 7 años, fue encontrado muerto debajo de su cama en Benei Aísh, envuelto en una bolsa de plástico. Dos vecinos, hermanos mellizos con retraso leve y fama de pedófilos, fueron arrestados bajo sospecha de haber cometido el homicidio. Tan sólo unos meses antes, toda una familia, los Oshrenko, fueron masacrados en Rishon LeTzion por Demián Karelik, que había sido despedido por el padre de la familia. Varios niños fueron asesinados por sus propios padres durante 2008 y 2009. La más recordada, Roze, fue asesinada, su cuerpo metido en una maleta y arrojado al río Yarkón por su padre-abuelo, Roni Ron.

La violencia como imagen

En los últimos meses, los israelíes que todavía se sientan a ver noticieros a eso de las 20.00 horas, se encuentran ante una situación extraña: no hay noticias de atentados, tampoco de avances en el proceso de paz, ni de nuevas guerras. Aparentemente, son buenas noticias. Si antes las novedades sobre el conflicto ocupaban las primeras planas de los periódicos, por estos días hay que bucear en las páginas interiores para saber si Abu Mazen, presidente de la Autoridad Palestina, acepta volver a negociar con Israel, o si Hamás accede a los términos israelíes para liberar a Guilad Shalit.

Los noticieros y los diarios, en cambio, abren sus ediciones con dobles asesinatos de niños, o con otra mujer estrangulada por su marido, o con un joven a la salida de la discoteca que acuchilla a su amigo y viola a la madre de la víctima durante 30 horas. El debate social pasa hoy por si someter a los pedófilos o no a la castración química.

Si el delito hubiera aumentado en Israel como su exposición en los medios, estaríamos ante un crecimiento de varios cientos por ciento en la delincuencia israelí. Sin embargo, los números no son tan desalentadores. En algunos rubros es justamente lo contrario. Según datos de la Oficina Central de Estadística (ver cuadro), el número de asesinatos bajó en el último año en cerca de un 10%. El robo ha disminuido en un 5%, y los saqueos de viviendas se han reducido en casi un 10%. Incluso los delitos sexuales se han mantenido casi igual, con tendencia a la baja. En cambio, han aumentado las denuncias por tráfico de drogas, por delitos relacionados con la prostitución, asaltos y robos de comercios.

¿A qué se debe, entonces, el fenómeno de que todos los medios israelíes parezcan haberse reducido a sus secciones policiales?

«Se ha dado una acumulación de delitos resonantes debido a su alto perfil», propone Sergio Gendler, habitante de Modiín de origen argentino, agente de policía. «Por ejemplo el chico asesinado por los mellizos, o el intento de violación por parte del guardaespaldas del comandante en jefe del ejército, días antes de su boda. No cabe duda que son noticia. Al mismo tiempo, hay una realidad: no hay antentados, y los medios necesitan llenar sus primeras planas».

Shaul Tzegahún, de profesión mediador, y director de proyectos para adolescencia en riesgo en la zona de Kiriat Gat, coincide. «No ha habido necesariamente un aumento cuantitativo en el delito, sino en su crueldad. Si antes los jóvenes desenfundaban una navaja, sabían dónde cortar para no matar. Ahora, sencillamente, cortan para matar».

Gendler detalla que la sensación en la Policía israelí es que el aumento se ha dado en el consumo de drogas y alcohol por parte de los jóvenes, sensación confirmada por el tipo de delitos registrados en las estadísticas de la OCE. «En realidad es parte de un fenómeno mundial. Cada vez más, cuando arrestamos a un joven que ha atracado un comercio, tenemos que esperar ocho horas para que se les pase la borrachera o el efecto de las drogas; caso contrario, el interrogatorio no tiene validez evidencial en juicio. Pero no es inusual que una vez sobrios, los jóvenes sinceramente no recuerden qué fue lo que hicieron».

Tanto Gendler como Tzegahún adjudican el aumento de la criminalidad juvenil relacionada con el consumo de alcohol y drogas al orden de prioridades del gobierno y de la Policía. «Los homicidios se han reducido porque la Policía invirtió mucho en personal y en recursos para dar con los jefes de las llamadas «familias del crimen»; por eso, muchos de ellos hoy están en la cárcel», ejemplifica Gendler.

Shaul Tzegahún agrega el ejemplo de las muertes en accidentes de tránsito. En 1993 se produjo el récord de 713 muertes en un año; y en 2008 tuvimos 449, y en 2009 se han reducido a 348. «Hay campañas en los medios y en las escuelas, acompañadas por legislación y trabajo en el terreno, cursos especiales de vialidad a los soldados; todo eso, al final, se refleja en resultados», afirma.

Violencia y pobreza: un coctail controlable

No se ha hecho el mismo trabajo en el área del abuso de drogas y alcohol. Apenas, de vez en cuando surge alguna idea paliativa, como prohibir la venta de alcohol en determinados horarios, o prohibirla a kioscos no autorizados, o elevar la edad permisiva para beber. Pero ninguna de estas medidas apunta a las verdaderas razones de la violencia juvenil.

«La pobreza genera violencia, pero no es un proceso tan lineal», apunta Tzegahún. «No se trata necesariamente de violencia física, puede ser también verbal e incluso simbólica. Si un adolescente sale al paseo anual con su división en la escuela, luego que su padre ha sido despedido debido la crisis económica, y ve que no tiene cosas que otros compañeros tienen, él va a tratar de conseguirlas. No es sólo un tema material, es también una crisis de pertenencia, de identidad. Cuando beben, sienten que pertenecen; cuando roban, sienten que realizan un acto de reparación».

Pero Tzegahún no acusa al sistema, ni al aumento de la brecha socio-económica. «Si bien la pobreza genera violencia, no necesariamente genera delito. Además, el consumo de drogas y alcohol, y sus delitos derivados, atraviesan todas las clases sociales. En los lugares donde trabajo se está registrando precisamente una baja en la violencia, junto con un aumento del diálogo, gracias al trabajo en el terreno que hacemos en las ONGs».

Shaul señala la educación como principal herramienta para reducir la violencia en la sociedad. «No estoy hablando del sistema educativo, sino de la familia. La escuela, al fin y al cabo, juega un rol marginal en la inculcación de valores. Los padres son su principal espejo, y con ellos es el trabajo. Salgo a la calle a las cuatro de la mañana y veo chicos de catorce años con botellas en la mano. ¿Dónde está la familia? El problema es que los padres no han recibido jamás capacitación, nadie te enseña a ser padre, y les es difícil, hay presiones, dificultades. La solución pasa por crear marcos en la comunidad, donde padres puedan intercambiar unos con otros, enseñarse unos a otros a educar a los hijos. Los estamos creando, pero no cabe duda: hay mucho trabajo por delante».

 

Publicado por Revista Piedra Libre N° 40

Casi Ángeles: «Estamos tan lejos, pero somos tan iguales»

Balance de la visita de Casi Ángeles a Israel: entrevista a Eugenia Suárez (Jazmín) y Nico Riera (Tacho)

Por Marcelo Kisilevski, desde Israel marcelokisi@gmail.com  

Casi Ángeles y una enorme delegación del Cris Morena Group anduvieron por Israel repartiendo buenas ondas, para alegría de cientos de miles de adolescentes israelíes durante la festividad de Sucot (Tabernáculos). Además de las notas publicadas en Clarín, pude entrevistar a Ma. Eugenia Suárez (Jazmín en la tira) y a Nicolás Riera (Tacho). Por asuntos técnicos de la redacción del diario, la nota no se llegó a publicar, y por eso aquí va en exclusiva.

Marcelo Kisi con Euge Suárez y Nico Riera. No, el que tiene pelo no es Kisi... (Foto: Miriam Khon)

Marcelo Kisi con Euge Suárez y Nico Riera. No, el que tiene pelo no es Kisi... (Foto: Miriam Khon)

Nico y Euge son dos amigos que juegan al fútbol en el pasillo con una pelotita de plástico. Pero en lugar de estar en el colegio o en una plaza, están junto al camarín del Palacio Nokia de Tel Aviv, esperando al primer cronista que los va a entrevistar después de cuatro días y trece shows sin que la prensa los «moleste». Ma. Eugenia Suárez (17 años, Jazmín en Casi Ángeles) y Nicolás Riera (24, Tacho) están ansiosos por hablar, por elaborar un poco todo el delirio y la admiración sin fin del público israelí.

La charla con este corresponsal, por eso, tiene un poco de terapia de grupo, e incluso bromean con ello. Hablaron de la fama, de su adolescencia no perdida sino «distinta», hablaron del futuro. Eugenia está segura que quiere llegar a Hollywood. Nico quiere desarrollar su veta musical y puede que ya en abril, cuando vuelvan a Israel, toque uno de los temas en guitarra.

Pero primero, viven muy bien el presente, y repasan el furor que acaban de provocar en Israel. «Fue increíble», empieza Eugenia. «Tengo la voz y el cuerpo muy cansados, pero el cansancio es sólo físico. Tengo 17 años, puedo hacer miles de shows más y quiero hacer esto toda mi vida». Nico explicó que «a mí se me iba pasando demasiado rápido sin poder registrar del todo, casi sin poder pararme a disfrutar».

Más allá del fenómeno Casi Ángeles en Israel, el asombro de las estrellas pasa por el país en sí. Para Nico era la primera visita: «La imagen que llega allá es todo guerra y conflicto. Un poco me asusté cuando me dijeron que veníamos a Israel. Pero llegamos y dije: ‘Loco, esto es Miami, me vengo acá de vacaciones’. La playa, las ciudades, los paisajes, los negocios, la gente. ¡Está buenísimo!» «Bueno, a la playa no podíamos ir por los fans, pero yo salí al balcón a tomar sol. No me quemé, pero…», confiesa Euge entre risas. «Yo ya había estado a los 11 años con Rincón de Luz, pero era chiquita, no era consciente de nada. En esta vuelta me encantó, especialmente Jerusalén».

Después llegó el momento del ping-pong.:

El momento inolvidable de su paso por Israel: Nico: «La primera aparición, de ver caños y un ventilador debajo del escenario, subís en los ascensores, ves todo ese despliegue y escuchás los gritos. Es impresionante y no me lo voy a olvidar». Euge:» A mí me queda el final de los shows, cuando prenden las luces y ves la cara de la gente, algunos llorando, otros gritando y mostrándote fotos y carteles».

El momento cómico: Euge: «Ayer me regalaron cremas del Mar Muerto, con Lali (Mariana Espósito, Mar en la tira) y Cande (Candela Vetrano, Tefi) nos pusimos máscaras y entramos en los cuartos de todos a oscuras y los asustábamos». Nico: «Un día nos trajeron globos con helio y filmamos escenas de backstage con la vocecita que te hace sacar».

El papelón sobre el escenario: Nico: «En el tema con las linternas a uno de nosotros se le cayó la suya y se hizo añicos, ¡te juro que se desintegró! Por suerte yo tenía que salir, le dejé la mía y seguimos como si nada». Euge: «En general soy muy torpe, pero en el escenario no me importa. Ya en la segunda canción, ‘Casi Ángeles’, me trabé y casi me caigo. Se lo dije a la gente: ‘Espero que la estén pasando bien, yo empecé con una casi caída, pero estoy bien'».

El regalo más significativo de los fans: Euge: «Me encantaron las cremas porque eran del Mar Muerto. Pero me gusta más todavía que cuando te regalan una jamsa (la manito de la suerte) o una estrella de David». Nico: «A mí me gusta cuando te hacen un collage de fotos, y son todos fotos tuyas, distintas, mezcladas. Algo que me impresiona también es que puedan escribirte una carta en español. Tienen sus faltas, claro, pero se entiende todo lo que quieren decir».

Una enseñanza que se llevan de Israel: La enseñanza que se lleva Eugenia son decenas de palabras y frases en hebreo que repite en ráfaga dejando anonadados a los hebreo-parlantes en el camarín. Y además: «Me llevo el valorar mucho lo que tengo. Yo nada más quería tener salud, ir al colegio. Y de repente me doy cuenta que hago todo lo que quiero y lo que me gusta, y estoy muy agradecida». Nico: «Que todos los seres humanos somos muy parecidos. Estando allá uno piensa que son todos diferentes, que viven todo al revés que nosotros. Venís acá y de repente somos todos iguales, nos reímos de las mismas cosas y nos gusta lo mismo. Eso me impresiona: tanta distancia y ser tan parecidos en tantas cosas. Está bueno».

Sin esta foto no me dejaban entrar a casa. Pero sobre todo, ¡Nico y Euge son unos fenómenos! (Foto: Idith Helman)

Sin esta foto no me dejaban entrar a casa. Pero sobre todo, ¡Nico y Euge son unos fenómenos! (Foto: Idith Helman)

Grupo Musical Berluna en Israel

Me cuentan del Instituto Cervantes que se presenta en Israel mañana lunes 12 y el jueves 15, el grupo Berluna en Israel, en un show que han titulado Mudéjares. Escuché la música, es muy interesante. Se trata de música étnica que combina la música árabe con la española y la celta. Y la cantante es espectacular.

Berluna es una agrupación de Aragón, del norte de España, antiguamente poblada por pueblos celtas, que han dejado huellas de su singular estilo musical. El término Mudéjar designa a aquellos árabes que permanecieron en España reconquistada por los cristianos y bajo su control político durante la Edad Media.

El término Mudéjar es símbolo de la riqueza cultural que convivió pacíficamente en aquella época. Un estílo musical único, dice el Cervantes, en el cual a las corrientes artísticas cristianas (románicas, góticas y renacentistas) se le suman elementos del arte islámico. El grupo realiza numerosas giras por el mundo acompañando al bailarín Miguel Ángel Berna, y esta es su segunda presentación en Israel.

Presentaciones:

Lunes 12.10, 21.00 horas en «Hamaabadá», Derej Hebrón 28, Jerusalem. Entradas: 02-6292000, o: maabada.kartis@gmail.com

Jueves 15.10, 21.00 horas, en Shuni, Biniamina. Entradas: 04-6388760, o info@shuni.co.il

Chau, Michael

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Dentro de poco, alguien podrá decir que este es un blog de obituarios. No comenté el discurso de Netanyahu, pero no nos olvidamos de Alfonsín ni de Benedetti. Y hoy acá estoy, despidiéndome de Michael Jackson.

Michael Jackson fue toda una época. Don Juan, aquel viejo brujo tolteca de «Las enseñanzas de…»,  diría que se trataba de un «adversario digno». Para nosotros, jóvenes latinoamericanos de los años ’70 a los que nos gustaba llamarnos pensantes, era el símbolo de todo lo aborrecible: música disco vacía de contenido y de valores, industria cultural de corte imperialista, en la que unos pueden producir videoclips en masa porque otros no tienen lo que comer.

Nos gustaba mirar con desdén todo lo que fuera la onda Jackson, y cada vez fue más patética su ola de operaciones faciales, a medida que el racismo anti-negro se hacía menos y menos aceptable en el mundo. Por supuesto no renegaríamos nosotros de nuestra identidad negra si la tuviéramos, no crearíamos un zafari que llevara nuestro nombre ni bambolearíamos bebés desde los balcones, cuando nuestras carreras y nuestros egos sufrieran crisis. No cabe duda: con Michael Jackson teníamos contra qué luchar.

Pero hoy me levanté, y me desayuné con la noticia de su desaparición. Me quedé helado. Hoy, despojado de mi pose setentista, ya no temo admitir que también también me puse triste. Mis cachorros se despertaron, no me pude contener y les conté que Michael Jackson se murió. Michael Jackson se murió. Les conté quién era, y les mostré por Youtube su famosa «caminata lunar».

Nos fuimos caminando los 200 metros que hay hasta el cole tratando de imitársela, y yo tratando de cantar Billy Jean, cuya letra no entendí jamás.

Sin Michael Jackson, el mundo no es el mismo. En más de un sentido.

PD: También se murió Farrah Fawcet, la diosa de «Los Ángeles de Charlie». Digo, para hacer honor a este blog de obituarios. Zijronam librajá…

Murió Mario Benedetti, un hombre «de a pie»

Benedetti_1

Por Alejandro Stein – Kibutz Barkay, Israel

Dios mío. Dios mío. Dios mío. Dios mío.

(Martín Santomé en su diario, al enterarse de la muerte de Laura Avellaneda.)

No hay nada más para decir. En Montevideo se ha muerto, no como del rayo, sino apagándose, lenta, gris, pacífica, tristemente, Mario Benedetti. Ochenta y ocho años, los últimos de mucha tristeza sin su Luz, la compañera de casi toda la vida, que lo dejó sin ídem y sin fuerza.

Benedetti fue un poeta, un escritor, un  militante, un hombre de principios, y fue, sobre todo, o quizás por todo eso, un hombre profunda y entrañablemente bueno y sencillo, siendo quien era, una de las grandes figuras de las letras latinoamericanas, o de las letras a secas.

Desde mi adolescencia, desde que lo conocí a través de «Montevideanas» y «La Muerte y otras sorpresas», me hizo sentir que escribía para mí y para los como yo. Podría haber sido mía la historia de amor de «La Tregua»,  porque sintió como yo y dolió como yo, me hizo conmocionarme con Gracias por el Fuego, levantar el puño e  identificarme con sus «Letras de Emergencia», en «El país de la cola de Paja», resulta imposible  darse cuenta a qué margen del Río de La Plata se refieren sus artículos, nadie podría haber expresado mejor lo que significa para mí  la sensación del desexilio (palabra inventada por él) que él mismo en su poema «Quiero creer que estoy volviendo». La lista es interminable, recurrente, hermosa. Y cuesta creer que se terminó. Él dijo que escribía para «el hombre de a pié». Yo creo que el hombre de a pie para el que él escribía era el hombre de clase media rioplatense, de centro izquierda o izquierda. Véase a Budiño en Gracias por el Fuego, hijo de un burgués corrupto devenido en agente de viajes, véase a Santomé mismo en La Tregua. Al personaje de «Andamios», a parte de los personajes de «Con y sin nostalgia».

Como él mismo dijo en su poema «Consternados, Rabiosos», escrito al enterarse de la muerte del Che, donde esté, si es que está, será una pena que no exista Dios.

Se fue uno de los hombres que más respeté en mi vida, y no sólo por sus condiciones de novelista, cuentista y poeta, sino porque fue  «A Mentch»

Alejandro Stein
Barkay, 18/5/09

Escenas israelíes: la laptop junto a la janukiá

La Biblia junto al ordenador. Las personas fotografiadas no guardan relación alguna con la presente nota.

La Biblia junto al ordenador. Las personas fotografiadas no guardan relación alguna con la presente nota.

Hoy es viernes, hace frío y recién acabo de descifrar mi aire acondicionado, para que en lugar de enfriar, caliente. Antes de eso me congelé. Ahora mi casa está llena de compañeritas de mi hija, porque no hay clases por Jánuca, y yo estoy en casa, entonces aprovecho para juntar créditos con los otros padres, para usarlos (a los créditos; bah, también a los padres) en horas de necesidad.

Jánuca. En la Argentina no me daba cuenta que existía, porque es en diciembre, y allá las clases ya se terminaron. Pero acá puede ser una fiesta bien molesta, valga la rima. No hay clases toda la semana, hay muchos festivales y mucha presión de los chicos por gastar plata. Hay eventos y cenas del trabajo de la mujer de uno, en las que hay que poner cara de «qué contentos que estamos de que nos hayan invitado». Todo esto viene como fascículo extra de los trompos, las perinolas, las janukiot  con las 8 velitas + una, y las «sofganiot», bolas de fraile llenas de aceite y azúcar, que pueden ser la parte agradable.

Ayer viajamos al norte, a lo de mi suegra. No sé si ya les conté, pero me casé con una familia de judíos marroquíes. Sí, claro, con una de las hijas de mis suegros marroquíes, pero también con ellos, y con las hermanas de ella, y sus maridos y los hijos de todos ellos. Con el tiempo aprendí a entender de qué hablan y a comer picante. También me gusta su religiosidad relativa. Casher sí, pero también teléfono, televisión.

Después de mucho tiempo, la verdad, ayer vinieron todos, salvo mi cuñado varón, que se fue a Estados Unidos, cansado de pagar los pesados impuestos de acá. Mis cuñadas estaban en pleno, y sus maridos y sus hijos, salvo mi cuñada soltera, interpretadora de sueños.

Ahí estaba mi suegra friendo sus «sfinge», bolas de fraile a la marroquí, con forma de rosqueta, tratando de meter un bocadillo en la charla, sobre cómo le fue en Yanquilandia en lo de su hijo varón y su familia. La tapaban los gritos de sus hijas. En realidad no gritaban, sólo hablaban así. De ropa, de comida y del Gran Hermano.

En un cuarto aldedaño los primitos, incluidos mis hijos, metiendo un bardo fenomenal que por suerte no terminó en la ruptura irremediable de la computadora que mi suegra todavía no aprendió a usar.

Y en el living, nosotros los concuñados, hablando de trabajo, de dinero, de la crisis y de la guerra que podría estallar en el sur. Mi cuñado fotógrafo hacía gala de todos los viajes que se ahorraba mandando las fotos del casamiento por mail a sus clientes antes de imprimir el álbum. Ahora tiene internet celular, fanfarroneó, «les edito las fotos y se las mando incluso esperando el semáforo».

Mi otro cuñado, además de contador y ahora abogado, es adicto a las noticias. Además es el tradicionalista de la tribu. Cuando llegó la hora de prender la vela del día (¿la quinta?), me preguntó a mí si me acordaba de las brajot. Me acordaba, le dije, pero prefería no arriesgarme, sin aclarar a qué.

Entonces le secuestró la laptop a nuestro otro concuñado, el fotógrafo, que apenas había puesto el último efectito a las fotos de la jupá de la familia Busquila, y buscó por Internet las benditas bendiciones.

En resumen, muchos chicos, mucho ruido, mucha fritura, una janukiá, como hace miles de años, pero con una laptop al lado, con judíos israelíes mizrajim modernos leyendo las brajot de la pantalla de Internet. La foto se las debo.

Una Video Conferencia Innovadora, ó: Kisilevski, Gran Hermano

VC de casa a casa.

Nuevas tecnologías (caseras) y un poco de audacia: VC de casa a casa.

La semana pasada logramos la proeza: una video conferencia con costo 0 (cero!) en tecnología. Digo logramos porque fue en conjunto con el equipo de dirección de la escuela J.N. Bialik de Rosario, Argentina, en una capacitación para el equipo docente en pleno, y con el auspicio del Programa Jail, del Ministerio de Educación de Israel.

Atención instituciones y grupos privados: todo es cuestión de animarse, que las conexiones hoy en día andan mucho mejor. Se trata de «traer» un ponente desde Israel, pero con el único gasto de los honorarios del ponente: ni vuelo, ni hotel, ni viáticos, tampoco gastos de equipos, cámara, conexión coaxil. Cuando el presupuesto no dio para la conexión para Video Conferencia entre el Contact Center de la Sojnut en Jerusalem y la comunidad rosarina, decidimos dar el salto y jugarnos por el nunca bien ponderado Messenger. También se puede hacer por Skype. No hemos inventado la rueda, y ya son muchas las instituciones que realizan actividades de intercambio educativo internacional por estas vías.

La directora del Bialik, Noemi Almus Simbler, y el equipo docente del Bialik, en clase...

La directora del Bialik, Noemí Almus Simbler, y el equipo docente del Bialik, en clase...

¿Y cómo fue? Con Andrea Trumper, una docente con agallas, probamos equipos, primero desde su casa en Rosario a la mía en Modiín, y todo perfecto. Pero desde la escuela la conexión no enganchaba, aparentemente debido a que las computadoras están conectadas en red. Decidimos que debía ser de casa a casa.

Noemí Almus Simbler, la valiente directora del Bialik, decidió levantar el guante e invitar a todos sus docentes a su propia casa. Laptop, cañón, café y facturas mediante, cosa de hacerme extrañar. Yo mandé una presentación en Power Point de antemano, tema: «Religión y Estado en Israel, y sus implicancias para la vida cotidiana».

Llegada la hora, nos conectamos. Cuando la imagen no anduvo, pasamos al audio, que anduvo perfecto durante dos horas. Yo iba hablando como por radio, con la diferencia de que escuchaba a mis oyentes, hasta cuando se reían, cosa que no pasa en la técnica de la web-conference, e iba contestando preguntas. Yo iba pidiendo «Próximo slide», y en Rosario iban apretando la flechita de la Power Point.

Una vez pasada la novedad, el medio dejó de ser el mensaje, y nos metimos de lleno en la problemática social israelí, como si estuviéramos todos juntos sentados en el living de Noemí.

Una cosa para corregir: cuando terminamos, decidimos probar de nuevo el video. Ahí anduvo otra vez, entonces vi mi propia cara enorme proyectada en la pared, y me hizo acordar del Gran Hermano, pero el original, el de «1984» de Orwell. Del terror. Les dejo a ustedes los comentarios sobre la época extraña e increíble que nos toca vivir. Yo, por mi parte, prometo alejar un poco la cámara la próxima vez…

La concurrencia viendo un slide del PPT, enviado sencilla y previamente por e-mail desde Modiin. Un lujo.

La concurrencia viendo un slide del PPT, enviado sencilla y previamente por e-mail desde Modiín. Un lujo.