Pastillas electorales

"A la hora de la verdad, Barak". Siempre y cuando Bibi mire para otro lado, y a Tzipi -como en todos los carteles de Jerusalem- le escrachen la cara, para que nos libre de todo instinto carnal (de votarla).

"A la hora de la verdad, Barak". Siempre y cuando Bibi mire para otro lado, y a Tzipi -como en todos los carteles de Jerusalem- le escrachen la cara, para que nos libre de todo instinto carnal (de votarla).

 

Me siento como en uno de esos diarios argentinos de los años ’40, que usaban palabras como «misceláneas» para sus crónicas costumbristas. Acá lo de «pastillas» es eso y además política, pero quizás sea también, para algunos, pastillas contra la náusea. Ahí vamos.

Día de fiesta

En fin, hoy los israelíes salen a votar y después a gastar en el kenion (shopping, mall). Porque llueve y está feo ahí afuera, y además porque los israelíes, tan acostumbrados a paseos en la naturaleza, están ya acostumbrados, también, a paseos por el ruido de la ciudad y el consumo. Y hoy los kenionim aprovechan, con cientos de ofertas, que mejor ni aparecer por ahí. Parafraseando un aviso estatal, a veces, también un día de fiesta puede ser una pesadilla…

Y en la política

Lo más interesante de estas elecciones es el ascenso de Avigdor Liberman, del partido de derecha, a la derecha del Likud, llamado Israel Beiteinu (Israel es Nuestro Hogar). Las claves habrá que buscarlas en el miedo, las mismas cuerdas que toca desde el comienzo de su carrera Biniamín (Bibi) Netaniahu, líder del Likud y favorito en las intenciones de voto. Así quedan, en este orden: Likud, Kadima (Tzipi Livni), Israel Beiteinu, Avodá (Ehud Barak).

En efecto, en las últimas encuestas Liberman se convirtió en el tercer partido, luego de Likud y Kadima. En estos dos últimos partidos la brecha se ha achicado hasta alcanzar los 3 mandatos de diferencia.

Liberman parece concentrar en sí la suma de los miedos israelíes, empezando por el «asunto no terminado en Gaza» frente al Hamás, y siguiendo por el «enemigo interno», los árabes israelíes, que para el líder derechista, ex mano derecha de Netaniahu, ex militante (en su lejana juventud) del movimiento de ultraderecha religiosa Kaj, son «peores que los externos».

La coalición de sus sueños

Si de miedos hablamos, Bibi teme a Liberman. Dice en su campaña que votar a Liberman no asegura un gobierno «nacional», o sea de derecha. Hay que votarlo a él. Liberman dice que al contrario, votando Israel Beiteinu, se asegura el gobierno de Bibi. Es como votar con boleta doble, como en los regímenes presidenciales. «Votá a Liberman para la Knesset, estarás votando también a Bibi para primer ministro».

Para Bibi, no sólo se trata de la posibilidad de, al final, perder frente a Kadima hoy. Se trata también de un abrazo de oso: él no quiere ser el «puntal izquierdo» de su propio gobierno. Su coalición de los sueños está formada por muchos: Liberman, Shas, Avodá (con Barak como su ministro de Defensa), y entonces sí, se puede invitar a Ijud Leumí por derecha, a Iahadut Hatorá e, incluso, a Kadima. A Tzipi le será difícil rechazar, porque ella quiere «ganar y llamar a un gobierno de unidad nacional». Si pierde, no se sentirá muy unida, pero tampoco será muy coherente si rechaza.

Esperanza para Guilad Shalit

Mientras tanto, en Ciudad Gótica, Egipto ha logrado en los últimos días, con mucho trabajo de hormiga, ir quebrando la oposición de Irán y de Hamás-Damasco a un acuerdo de cese el fuego entre Hamás-Gaza e Israel. Logró que Israel aceptara que un alto líder oculto en los bunkers, Mahmud A-Zahar, pudiera asistir a las negociaciones en El Cairo sin que le cayera un misil israelí encima. Su presidente, Hosni Mubarak, logró que A-Zahar viajara a Damasco a convencer a Khaled Mashal, líder político del Hamás en el exilio, de que dejara al pueblo palestino en paz y cerrara trato para dar vuelta de página.

Mubarak logró también algo para Israel: incluir a Guilad Shalit en las negociaciones. Antes, Hamás se oponía, insistiendo en que se trataba de dos asuntos separados: por un lado, los Qassam y los pasos fronterizos; por otro, Guilad Shalit y el intercambio de prisioneros.

Ahora, el trato, que pareciera inminente, según fuentes egipcias, incluiría todo de un saque: cese de las hostilidades mutuas, apertura paulatina de los pasos fronterizos, incluido el de Rafah entre Gaza y Egipto; intercambio entre el soldado Guilad Shalit y cientos de presos palestinos en cárceles israelíes. Éstos, advirtieron los medios en Israel,  incluirían a terroristas que han perpetrado atentados terribles: el del Hotel Park en Natania, durante el Seder de Pesaj de 2002, en el que 30 civiles israelíes fueron masacrados; los terroristas del restaurante Maxim en Haifa, en octubre de 2003, donde 21 comensales fueron asesinados por una mujer suicida de la Jihad Islámica; también serían liberados los asesinos del entonces ministro de Turismo, Rehavam Zehevi (a) Gandhi.

Egipto e Israel están corriendo contra el reloj, para que estos temas se resuelvan todavía en tiempos de Ehud Olmert, y no en los del nuevo gobierno, y para limpiarle el escritorio a Obama.

En Israel, en tanto, parece ser que la sociedad israelí está dispuesta a pagar el altísimo precio de este dilema de vida o muerte, en el que ninguna solución es aceptable. Sólo se está eligiendo la menos terrible.

Y en Caracas

Una sinagoga ha sido incendiada.

Punto final.

3 pensamientos en “Pastillas electorales

  1. En Buenos Aires, al traspasar una puerta blindada, uno accedía a la dimensión administrativa de la embajada, en la calle Arroyo, bajo la arenta mirada de unos hermosos jóvenes con kippá y el dedo índice de la mano derecha sobre el gatillo de una lustrosa UZI. Otros muy semejantes supervisaban el acceso a ámbitos íntimos en el Templo de Paso y el de Libertad.
    La Sinagoga de Caracas estaba custodiada por dos personas locales, no judíos, que fueron dejados amarrados al retirarse el grupo de entre diez y quince PRESUMIBLEMENTE IRANIES, quienes durante las aprox. seis horas que permanecieron dentro del amurallado recinto, más allá de las abominaciones de carácter religioso, se demoraron en los registros personales (memorias de las computadoras) lo que constituye un nuevo riesgo de proyecciones inimaginables («…y quién va a venir a revolver nada acá…!») Ahora comienza a tomar cuerpo coherente que la entrada fué franqueada por los defensores…oy,oy,oy!!!
    PD: Excelente el análisis del panorama electoral israelí (para variar, «che» Marcelo!)

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  2. Una delegación de representantes de la colectividad judía de Caracas concurrió al Min de Interior, donde se les brindó «las seguridades de nuestra más alta consideración», mientras que se aseguraba que «de ninguna manera» y «por favor !»……….
    Al día siguiente un grupo de personas se congregó frente a la sinagoga en cuestión y, a modo de desagravio, se dispusieron a escuchar las previsibles palabras de un venerable Rabbi. A poco de comenzar aparecieron dos camiones con altavoces y cargados de patoteros disfrazados del rojo que caracteriza al régimen. Hubo que suspender el acto, sin tener que lamentar desgracias personales. Quien tenga ojos para ver…Quien tenga orejitas para oir…

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